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En los 90, el muro de Berlín cayó y la Unión Soviética fue derrocada, mientras que en Gran Bretaña lloraron la muerte de Lady Di y el mundo vislumbró el siguiente gran invento: el internet. La música no se quedó atrás, pero quizá muchos al regresar a aquellos años recuerden al grunge o al britpop como las principales tendencias. Por ello, es preciso hablar de la historia de un par de niños de Reading. Ella, con aficiones góticas y él, orientado al indie, unidos por su amor a The Smiths, fueron pioneros de lo que hoy se conoce como shoegaze.
Rachel Goswell y Neil Halstead se conocieron desde pequeños, su pasión por la música los hizo engendrar distintos proyectos musicales, hasta que formaron Slowdive. Neil nos contó, en exclusiva para Indie Rocks!, acerca de las bandas que lo unieron con la chica de Reading.
“Yo escuchaba mucho a The Jesus and Mary Chain, The Byrds, Sonic Youth, Cocteau Twins, My Bloody Valentine, Dinosaur Jr, Pink Floyd, The Beatles y Neil Young. Creo que Rachel andaba más metida en The Cult, Fields of the Nephilim y Siouxsie and the Banshees (cuya canción 'Slowdive' fue factor para la selección del nombre), tenía gustos y un look súper gótico. Ambos coincidimos en The Smiths y lo primero que sacó Primal Scream. Cuando teníamos 14 años, teníamos una banda llamada The Pumpkin Fairies y hacíamos covers de The Cult, T-Rex, The Velvets y hasta Simple Minds”, recordó Neil.
Slowdive comenzó formalmente en 1989, teniendo gran éxito entre la critica especializada con sus primeros EP’s. El sonido de la banda rápidamente se asoció a lo que la prensa británica comenzó a llamar “shoegazing”, término que buscaba ridiculizar a exponentes que miraban al suelo, o a sus zapatos, mientras tocaban (shoe: zapato, gaze: mirada). El epíteto, más la llegada de nuevas tendencias, comenzaron a afectar al grupo.
“Para nosotros fue una lección en la industria de la música, solo éramos chicos, y leíamos los periódicos y creo que al inicio era muy desalentador ver las malas reseñas, después nos dimos cuenta de que no era tan importante. El grunge y el britpop llegaron, creo que la prensa británica había ya superado al shoegaze y nuevas tendencias musicales continuaban llegando, creo que el shoegaze fue marginado de la ecuación”, mencionó el frontman.
Para mí tocar la guitarra y componer canciones es una forma de terapia
Después de las duras críticas a su álbum debut, Just for a Day, buscaron a Brian Eno para que les produjera su siguiente placa. Eno respondió que tan sólo estaba interesado en colaborar.
“Las canciones que trabajamos para Souvlaki eran inicialmente ideas. Yo tocaba por periodos estrictos de 10 minutos, mientras que él [Brian] manipulaba el sonido, cuando el tiempo terminaba deteníamos la cinta y empezábamos otra idea. Creo que el punto era capturar algo y después continuar. Una vez que teníamos unas dos horas de música, nos dedicamos a las partes más interesantes y las intentamos llevar más lejos. De esas sesiones obtuvimos dos temas del álbum” ('Sing' y 'Here She Comes')", relató Neil.
En 1995, tras haber lanzado tres álbumes de estudio, los de Reading decidieron que era tiempo de enfocarse en otra cosa y la banda llegó a su fin.
“Sentimos que habíamos hecho tanto como podíamos. La banda se había fragmentado y con Pygmalion creo que llevé a todos a un punto en donde sólo yo estaba cómodo. Me distancié de las guitarras indie y estaba más metido en los samples, sonidos ambiente y loops. El disco tomó por sorpresa a nuestra disquera y a nuestros fans. Para mí, lo más natural en ese punto fue separarnos, supongo que la chispa inicial había desaparecido”, aceptó Neil.
Sé que si llegamos a un punto en el que queremos lanzar algo nuevo, eso sólo ocurrirá si nos sentimos muy contentos con el material
Más de dos décadas después, Slowdive está de vuelta en los escenarios, y este 2016 le toca a México (¡por primera vez!), cortesía del NRMAL. ¿Por qué volver al ruedo? Neil puntualizó que en 2015 realizaron aproximadamente unas tres sesiones y últimamente han estado ocupados en el estudio.
“Tuvimos ganas de hacerlo nuevamente y quizá hacer un nuevo álbum. Me sorprendió que Rachel quisiera hacerlo, y me ha asombrado lo divertidos que han sido los shows de reunión. Fue una gran decisión y me alegra haberlo hecho. Incluso sin disco nuevo, ha sido grandioso tocar las canciones viejas y conocer no solo a fans de aquellos tiempos, sino a chicos descubriendo nuestra música por primera vez. Hemos sido afortunados de vivir esto”, finalizó el frontman de Slowdive.
Sobre David Bowie:
"Lamentablemente no tengo una anécdota con él, desearía que así fuera. Nunca lo conocí, pero como cualquier fan de la música, me encanta prácticamente cada período de Bowie y descubrir sus altas y bajas. En particular, fue una gran parte de mi propia entrada en la música electrónica, con Eno, Can, Neu, etc. Ver su fotografía en la portada del Times la semana pasada también me recordó el peculiar y gran talento británico que era. Sé que cuando llegué a trabajar con Eno, Bowie fue una gran parte de la conversación, y probablemente pregunté más sobre sus discos que por cualquiera de Brian".
Sobre las plataformas de streaming:
"Como fan de la música, me gustan cosas como Spotify, pero desearía que se le pague propiamente a los artistas. Es una broma hasta ahora: 3oo dólares por un millón de reproducciones, una cosa así. Es sumamente difícil para todos (menos para los 'grandes' músicos) vivir de la música estos días, y las plataformas de streaming son obviamente el futuro del consumo de la música para la mayoría, así que sería bueno pensar que las escalas de derechos aumentaran. Sé que a nadie le gusta oír hablar de músicos a los que no les paguen, por lo que no ahondaré en el tema, pero es un problema, uno que necesita ser confrontado en algún momento".