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Pasando desde la sintonía londinense de The Clash hasta la destrucción californiana de Dead Kennedys, el punk siempre ha sido el estandarte del DIY (Do It Yourself) o mejor conocido como el “vamos a grabar puro asqueroso ruido con nuestros propios medios”. Y sí, es cierto, el género como tal ha tenido altas y bajas, ya no estamos en los 70 en la explosión contracultural donde el mítico CBGB veía desfilar a los grandes –o los que querían serlo- en su escenario, ni tampoco en los 80 donde su declive era inevitable. Estamos en una época donde las bandas veteranas que aún subsisten siguen girando tratando de mantener su vela encendida, y donde las nuevas quieren corroborar que el punk nunca ha muerto, y por el contrario, sigue más vivo que nunca.
En esta última etapa, es donde Sgt. Papers entra, y en palabras del mismo Felipe García Ortíz. “El punk es como una actitud de valemadrísmo, de agarrar cosas y poder destruirlas. No encasillarse en algo ni ser puristas”. Tal vez esa respuesta sea la más certera para entender el género, pues no estamos frente a una corriente musical, sino a una forma de vida, donde la rebeldía lo es todo y el anarquismo –en ocasiones mal entendido y satanizado–, es una de las grandes bases filosóficas y políticas de un sonido que rompió barreras culturales en muchos aspectos.
Como en casi todas las bandas de punk, en los integrantes de Sgt. Papers se fue desarrollando un chip donde la música que escuchas de niño, la manera en la que te desarrollas y las influencias de tus familiares te marcan para generar tus gustos. “Todo nace de un primo más grande que teníamos y nos prestaba discos de bandas como NOFX y Blink-182, de ahí empieza a crearse como ese gusto al punk. Además cuando estábamos morros nos gustaba jugar Tony Hawk 4 en el Game Cube, y pues los soundtracks de ese videojuego nos marcaron mucho”.
Podría decirse que Sgt. Papers es una de las agrupaciones más genuinas de estos últimos años, pues además de crear música sin pretensiones donde disfrutar es lo más importante, el dúo se conforma por Jesús y Felipe, hermanos que trazan su propio camino en la tan difícil escena independiente de México. “Yo viví en CDMX, Monterrey y después en Los Angeles, luego me exilie a Hermosillo y empecé a tocar con The Mud Howlers (todavía tocó ahí), y pues mi hermano nunca había tenido una banda seria –por así decirlo–, y le dije que empezáramos algo y surgió la banda, tal vez nuestros gustos orillaron a que Sgt. Papers tuviera ese sonido tan particular”.
Por si fuera poco, el dúo de psych punk recientemente tuvo algunas fechas en Estados Unidos, pasando por el místico desierto de Joshua Three, California, lugar donde se celebra Desert Daze anualmente. “Tocamos en Stoned and Dusted el fin de semana pasado en el desierto. Es un festival chico en Joshua Three, pero de un nicho muy específico. Había bandas de doom y stoner, algo que contrastaba con lo que tocábamos. Pero lo más increíble es que tocamos y la energía de la gente se prendió bien cabrón, nos fue muy bien y estábamos bien contentos de que estuviera sucediendo algo así con la banda. Lo mejor de ese festival es que es difícil llegar, y hay tantos filtros para hacerlo que cuando estás ahí, sabes que las personas que asistieron son las que deberían estar ahí, las que le tienen el amor a la música y no solo van a tomar o algo así, sino que van y disfrutan del espectáculo”.
Platicando con Felipe, una duda razonable es cómo una banda de punk adquirió un nombre así, pues inmediatamente el cuarteto más famoso de Liverpool se viene a la mente al escuchar ese par de palabras. “La idea de darle el nombre de Sgt. Papers es para tener una referencia de la cultura pop. Antes el nombre completo era Sgt. Papers Lonely Psych Punk Band, pero estaba muy largo y creímos que todos se confundirían”.
Además, el frontman, guitarrista y cantante de la banda, piensa firmemente que lo que das es recíproco a lo que puedes recibir, por ello la hermandad que se ha fundado entre bandas de psicodelia, garage y diversos géneros semejantes, ha crecido de manera exponencial en este último lustro. “Yo creo que algunos de nosotros, o al menos los más grandes, nos tocó ver cómo muchas bandas se agarraban de las greñas, tirándose o hasta bloqueándose, y pues veías que no llegaban a ningún lado. Creo que es como intentar algo nuevo, a lo mejor no era tan común una hermandad entre bandas. No es que descubriéramos el hilo negro, pero yo creo en el momento que no le tomas tanta seriedad a la música como negocio, empiezas a pasarla mejor. Cuando haces las cosas de corazón, todo fluye más chingón y simplemente como consecuencia, te comienza a ir bien”.
El futuro de Sgt. Papers es fructífero, un dúo que no se cansa de crear y que quiere comerse al mundo con guitarrazos crudos y destruyendo tarolas, la clásica fórmula del género más rebelde que ha existido en la historia de la música. “Hay disco en puerta, queremos sacarlos antes de que termine el año, tal vez en agosto. Trabajar duro, un poco más de disciplina aunque sea banda de punk. Queremos algo que suene bien cabrón, no clavado como banda de progresivo, pero ser muchos mejores discos. Y sobre todo, ver hasta donde puedes llegar tocando con dos pelados tocando”. Bienvenido a la destrucción.