Entrevista con Ryley Walker

Ryley Walker: Revitalizando el folk norteamericano con todo y toque latino.

Ryley Walker es el nombre detrás de un melómano oriundo de Illinois de 27 años. También es el nombre de una de las figuras más prometedoras del folk estadounidense y que recién lanzó su nuevo disco –el cuarto en tres años– Golden Sings That Have Been Sung. Gracias a esto, platicamos con él.

Aunque nació en Rockford, gran parte de su vida la ha pasado en Chicago, y son justamente los días en la Ciudad de los vientos los que inspiraron este nuevo trabajo: “Vivo en Chicago, y crecí aquí, así que todas las canciones son acerca de la realidad que tengo”.  El álbum fue grabado durante diciembre de 2015 en esta ciudad, en plenos festejos navideños, lo cual según el propio Ryley ayudó a que fuera un disco más “acogedor”.

Sin embargo, a pesar de ser un disco “local”, no es excluyente con las personas del resto del mundo, pues: “el disco tiene muchas cosas con las que toda la gente del mundo puede identificarse, incluso si no son de Chicago, como la presión, la ansiedad, cosas como esas, así que creo mucha gente puede identificarse, espero”.

Hacer folk en estos tiempos dominados por el hip hop, EDM y el pop no parece ser algo fácil, sin embargo Ryley lo ve de diferente manera: “Me gusta toda la música, amo el hip hop, amo el jazz, amo la música electrónica, así que es muy inspirador ver todos esos tipos de música alrededor del mundo. Amo la música y amo a todo aquel que esté envuelto en ella, así que es más importante ver toda la música como una inspiración”.

Justo esa forma de pensar es la que hace que Ryley quiera tocar con Caetano Veloso si pudiera: “Me encantaría tocar con Caetano Veloso, me gusta mucho la música brasileña. Soy un gran coleccionista de discos y creo que un poco de la música sudamericana está presente en la mía. Es muy inspiradora y muy hermosa”.

Durante el 2009, Ryley acostumbraba ir a “jammear” a un lugar llamado The Whistler, donde las sesiones eran organizadas por LeRoy Bach, quien fuera multiinstrumentista de Wilco –banda también originaria de Chicago–. Seis años después, él fue el encargado de producir Golden Sings That Have Been Sung, por lo cual Walker comentó lo siguiente: “LeRoy es una gran amigo mío, es muy talentoso, es un compositor brillante, así que fue un gran guía espiritual y un gran guía musical, es una persona sumamente talentosa”.

Al hablar de Chicago, es obligatorio hablar de la comunidad mexicana de esa ciudad, hacia la cual Ryley tiene cosas bastante buenas que decir: “Son la gente más trabajadora, maravillosa y hermosa de toda la ciudad. Yo vivo en un barrio llamado Pilsen, el cual está lleno de migrantes mexicanos y son las mejores personas de Chicago, tienen la mejor comida, la gente más amable que te ayuda en todo, las mejores bebidas y de verdad aprecio mucho la amistad que tengo con ellos. La influencia que tienen en la ciudad es muy grande y la cultura mexicana es sorprendente”.

Aunque Ryley se sienta muy feliz de estar rodeado de mexicanos, sabemos que el folk es un género que no ha logrado posicionarse mucho dentro del público mexicano; sin embargo, eso no le preocupa a Walker previo a su presentación en el Foro Indie Rocks el próximo 9 de septiembre: “Estoy muy emocionado de ir a México, nunca he estado allá y he querido ir toda mi vida, así que ahora que tengo la oportunidad de ir estoy muy emocionado. Todos mis amigos que han estado allá me han dicho que es una gran, diversa, salvaje y masiva ciudad, llena de fiestas, chicas hermosas, buena comida y buenas bebidas. Estoy muy emocionado, no importa si toco ante una persona o un millón, el solo estar allá es un sueño hecho realidad”.

Pero no todo es Wilco, México o Caetano Beloso en la música de Ryley, pues su pinta de Bob Dylan contemporáneo no es de gratis: “Estoy muy influenciado por muchas cosas del pasado, sónicamente de gente como Miles Davis, John Coltrane y líricamente siempre he amado a Neil Young, Bob Dylan y muchas cosas del soul clásico como James Brown. Sin embargo, soy muy feliz de estar aquí ahora en el presente, tengo muy buenos amigos, una vida maravillosa, estoy muy orgulloso del trabajo que mis amigos y yo hemos hecho”.

Y así terminó la plática con este simpático “gringo” que se despidió diciendo que no podía esperar para beber mucha cerveza.

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