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Desde que Ron Gallo decidió comenzar su proyecto en solitario el mundo lo absorbió y levantó en hombros por su mezcla honesta, personal y variada de sonidos, pues bien puede usar elementos de psicodelia, punk y pop en un mismo disco. Ahora, el cantante ha probado lo que es el éxito, lo que es tocar en Coachella, Lollapalooza y Governor’s Ball, pero también lo que es enfrentarse a las expectativas del siguiente material y nuevamente se vuelve a arriesgar con un nuevo sonido, más vivaz y brillante.
El músico estadounidense, sin ningún miedo y a pesar de la pandemia, decide no detenerse y nuevamente deposita su fe en un nuevo disco, PEACEMEAL, un álbum que lo motivó desde el principio a cambiar de aires, pero del que no sabe qué esperar.
Este se siente muy bien y es muy emocionante. Es un universo musical totalmente nuevo para mí, pero también creo que le hablará más a la gente, más que otros lanzamientos. Nunca sabes quién lo va a escuchar, a quién alcanzará este álbum, pero confío en que este disco detonará más emociones. Además, este es un álbum que no me ha hartado en lo absoluto y probablemente es porque le tengo mucha fe a este material, pero también puede ser por la pandemia, al no tener que tocar las canciones una y otra vez para una gira hace que se mantengan frescas. Así que veremos lo que sucede en los próximos días, sólo me queda dejar que todo tome su curso y esperar algo bueno”.
A pesar de la emoción que le causa su nuevo disco, Ron Gallo acepta que se ha sentido afectado por las limitaciones de la pandemia, especialmente durante el día del lanzamiento de PEACEMEAL. Era difícil tener una celebración como se debe, pero el músico se las arregló para hacer algo único y especial.
Trato de estar conectado con los fans a través de redes sociales, sobre todo ahora, pero no se siente igual, soy una persona que necesita más acción. Cuando salió el disco estaba buscando una manera de celebrarlo, porque no había nada que hacer por la pandemia. Me sentía algo impotente y ansioso por la situación, así que fui a una tienda de discos y compré un montón de pizzas para regalarlas a la gente que iba pasando afuera. Esa fue mi celebración, mi pequeña victoria ante el Covid, aunque no es lo mismo”.
Si algo define a Ron Gallo es que es un músico que ve la luz en la tormenta, pero no solo eso, también es alguien que sabe actuar rápido. Es por eso que, a pesar de su desagrado por los streamings, el cantante ha sido de los pocos que han encontrado éxito en esta alternativa a los conciertos.
Antes de la cuarentena, teníamos un festival en Ohio, que se canceló por la llegada del Covid. Estábamos muy emocionados por tocar y no dejamos que la situación nos desanimara, así que tomamos nuestro equipo y fuimos directo a mi estudio en Nashville para dar un show vía streaming. Fue increíble y mucha gente se conectó. Sin embargo, no me he acostumbrado del todo, odio cantar solo a una cámara, lo detesto. Probablemente haga un par de transmisiones más, pero no es algo que disfrute, además creo que la gente también está harta de los streamings, pues en los primeros vimos mucho apoyo e incluso gente donando y eso fue bajando con el tiempo. Creo que todos estamos cansados de esto y yo ya quiero volver a dar shows en vivo”.
Ron Gallo dio un giro de 180 grados con su nuevo disco y para lograr ese trayecto escribió y grabó durante un período de tres meses en aislamiento. El músico nos cuenta sobre su proceso creativo y las influencias que lo llevaron a dejar a un lado el garage y el punk para acercarse a la música que escuchaba siendo un adolescente.
“En realidad mi inspiración siempre ha sido levantarme cada mañana y ser honesto conmigo mismo, con lo que veo y con lo que siento. Mi mayor observación fue la introspección, el mirarme con ojos honestos. Ahora, musicalmente apunté mucho a la música con la que crecí hip hop de los 90, recuerdo que los primeros discos que compré fueron de Puff Daddy, Coolio, pero también bandas como The Offspring. Tomé toda esa nostalgia como principal ingrediente, pero también en ese momento escuchaba mucho jazz, John Coltrane, Miles Davis, y aunque no soy un músico de jazz”.