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Si en los últimos años hay una banda que ha sabido aprovechar los engranajes de la industria musical, sin duda es Reyno. El dueto formado por Christian Jean y Pablo Cantú ha pasado por una serie de cambios en su corta carrera, pero la constante siempre ha sido el trabajo duro y la búsqueda de nuevos límites creativos. Puede que parezca un camino fácil, pero llenar El Plaza Condesa o presentarse en un Vive Latino no es cualquier cosa para una banda que apenas en 2014 lanzara su álbum debut. Sin embargo, lo verdaderamente difícil es seguir adelante y tratar de vencer la presión que existe en una escena tan competida. O más bien, ¿la clave es no preocuparse?
Eso parece en la cabina del Estudio Codependiente, en donde las risas y el trabajo se reparten en partes iguales. Con dos exitosos lanzamientos en el mismo número de años, pareciera que Reyno nunca descansa, algo de lo que te percatas cuando entras a su estudio. Aunque también han encontrado en la camaradería y el ambiente relajado la clave para hacer algo de lo que se sientan orgullosos.
Con el éxito llegando muy pronto en su carrera, podrían tomarse las cosas un poco más a la ligera, pero sucede todo lo contrario. “Aunque logramos cierta notoriedad con el primer disco, no queríamos que pasara como con muchas bandas que logran que les vaya bien pero después se quedan atorados, no sé si por miedo o algo así. Por eso creo que fue un paso muy acertado meternos de lleno a una segunda producción discográfica inmediatamente después de terminar la gira”, nos comenta Pablo Cantú, baterista de la banda. “En esta época de inmediatez es más fácil que desaparezcas del radar o que la gente se olvide de ti, entonces tienes que ser muy constante y nuestra inquietud de hacer música como bestias nos ha permitido avanzar así de rápido”, continúa.
Dos discos, si bien los tienen donde están ahora, para ellos han quedado atrás. Más allá de pensar en cómo han conseguido lo que tienen hasta ahora, para Reyno es más importante buscar el siguiente camino. “Tal vez no todo ha sido tal y como queríamos, pero nosotros más bien nos concentramos en avanzar y no en estarnos sugestionando sobre lo que deberíamos de haber hecho. Siempre estamos viendo hacia adelante y lo ejecutamos todos los días”, comenta Pablo algo que cada vez está más cerca de cristalizarse, con la tercera producción de estudio del dueto. “Tenemos ya algunos demos caseros en donde estamos definiendo todavía hacia donde lo queremos llevar. Hay mucha música que nos gusta y que podríamos tomar como referencias pero preferimos que se vean hasta que esté, porque todavía ni sabemos nosotros cómo va a terminar. Esa es la magia de los discos. Que no llegas con todo claro de cómo quieres que sea, sino que en el camino lo vas definiendo y ajustando para que todo tenga sentido”, continúa Christian Jean, vocalista de la banda. “Lo que sí tenemos definido es que va a llevar una carga emocional muy diferente a lo pasado. Siempre queremos renovar y plasmar nuevos sentimientos. Con el tiempo te dan ganas de hacer algo diferente, no diametralmente opuesto, pero sí irte moviendo y dejando que las emociones dicten parte de la cuestión instrumental. La parte musical y la producción tienen que ser una abstracción de la emoción, así que por ahí irá. De momento es lo que les podemos contar”, agrega Pablo.
No es un secreto que su despegue se vio acelerado gracias a la gira que tuvieron con Zoé y al apoyo que han recibido de ellos. Sin embargo, para Reyno esto es solo un factor de lo que ha hecho que su música entre al gusto del público. “El hecho de que Zoé llegue y diga ‘les presento a esta nueva banda’ ya tiene una cierta fuerza. Que alguien con tanta credibilidad diga ‘me gusta este pedo’ hace que la gente ponga atención”, comenta Christian. “Muchas veces ponen al artista telonero por paros o porque le debes un favor a alguien, pero en nuestro caso fue una cosa de empatía y de decir ‘esto me gusta y lo quiero apoyar’. Tanto así que abrieron el subsello y nos invitaron a ser parte de él. Terminamos el segundo disco y fuimos a escucharlo con ellos, lo escuchan en sus casas... En fin, es una cuestión de apoyo real”, agrega. “Esto se suma a la transparencia en la música y el que la gente se puede identificar muy fácilmente con los sentimientos que se plasman en nuestras canciones, con las letras que los hacen darse cuenta que son cosas que ellos también viven y sienten, eso causa una empatía instantánea”, opina Christian.
Pese a haber llenado foros a lo largo del país, Reyno no piensa en arenas o giras internacionales. “Creo que nosotros vemos esas cosas como consecuencias de algo que sí es nuestro objetivo, que es la búsqueda artística. No te puedes poner a pensar en metas o logros a largo plazo porque eso puede contaminar mucho el proceso creativo que te hace llegar a esas metas”, considera Pablo. “Entonces, más bien nuestras energías y nuestro reto está en nuestra siguiente producción discográfica y en la que sigue y en la que sigue, que es lo que hace crecer tu repertorio y cada vez poder llegar a un público más amplio que te va a llevar a esas metas. Nuestros objetivos y ambiciones se deben centrar estrictamente en lo artístico”, comenta. Esto se refleja en la tranquilidad con la que afrontan los diferentes festivales masivos en los que se han presentado últimamente. “Cuando estás en un festival es interesante porque te enfrentas a gente que tal vez no habría pagado por verte solo a ti, pero ya que estás en un cartel te escuchan. En ese sentido preferimos concentrarnos mucho más en la gira que estamos armando, y que esperamos anunciarla muy pronto, que es una gira por todo el país y eso sí va a ser nuestra primera vez”, declara.
La gira aún no tiene fechas definidas, pero los llevará a lugares donde nunca han estado o en los que aún no logran atrapar al público. A pesar de que muchos podrían considerarlos una de las grandes bandas en este momento, ellos quieren comprobarlo con nuevos retos. “Es lo que vamos a descubrir con esta gira, a ver cómo estamos parados en diferentes lugares. Sabemos en dónde nos va bien y en dónde no nos va tan bien, pero hay lugares a los que no hemos ido solos y que va a valer mucho la pena ir a darte de cates”, bromea Christian. “La idea es ir a picar piedra a diferentes lugares donde hay que hacerlo. A Guadalajara hemos ido a tocar 10 veces y ya tenemos un público importante allá, por ejemplo. En Monterrey también hemos estado continuamente desde el inicio de Reyno. Toluca. León. Hay lugares donde sabemos que la banda ya existe, pero lo que importa es ir a ver qué pasa en ciudades donde no hemos estado. Nos intriga mucho saber qué va a pasar allá. Puede ir bien o no, pero si te va mal el chiste es volver a ir, regresar las veces necesarias hasta que te vaya bien”, comenta el vocalista.
Puede ser muy pronto para saber hacia dónde irá el futuro de Reyno, y a ellos no les preocupa. En una época en la que casi el mismo número de bandas que surge son las que se desintegran, la creatividad y el hambre de más es lo que puede sacar adelante a un proyecto. “Mientras tengamos la capacidad de diálogo, va a funcionar. Me pasa con mi novia, con quien llevo cinco años, y nunca me planteé durar cinco años. Sólo me planteé el día siguiente,” opina Pablo. “Pero nosotros lo que hacemos es procurar muchísimo la comunicación y no preocuparnos por algo que todavía no está aquí. Siempre está este deseo de impresionarnos mutuamente en cuanto a lo que artísticamente somos capaces de hacer. Creo que las diferencias que pueden surgir tienen que ver cuando alguien tiene una búsqueda que no empata con la de la otra persona. Pero no va a ser por un problema de egos mientras estemos disfrutando lo que el otro propone”, agrega. “Entonces es una moneda que siempre está en el aire, en realidad. No dar por sentado lo que tienes es siempre la manera de conservarlo”, concluye.