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La influencia y legado de Orchestral Manoeuvres in the Dark, u OMD, como se le abrevia afectuosamente al conjunto liderado por Andy McCluskey (voz líder y bajo) y Paul Humphreys (teclados y voces), se ha manifestado de manera muy evidente o inesperada a lo largo de sus 40 años de existencia. Gente como James Murphy de LCD Soundsystem, Mark Ronson, Peter Bjorn & John, Saint Etienne y No Doubt los veneran. Vince Clarke afirmó que su primer sencillo, “Electricity,” fue tan extraño y fresco en su momento que cambiaría la música pop para la posteridad.
Justamente por el 40 aniversario de su primera incursión musical, OMD presenta Souvenir, un nuevo box set con todo archivo visual y sonoro que cualquier persona melómana se pueda imaginar. Con eso en mente, Indie Rocks! tuvo una plática con Andy McCluskey en donde habló acerca de tirar la casa por la ventana y de cómo ha sido este viaje de dos décadas junto a OMD.
“Ha sido un hermoso accidente de 40 años. Cuando Paul y yo teníamos 16 años nos encantaba la música experimental y alternativa. Escuchábamos mucho a grupos como Kraftwerk y Roxy Music, sobre todo en sus etapas más arriesgadas y menos convencionales. Aunque en esa época no teníamos ni un puto peso, pude juntar lo suficiente para comprar una guitarra para zurdos y era todo lo que tenía para tocar. A 40 años de haber comprado ese instrumento sigo tocando una guitarra con las cuerdas al revés porque así sigo acostumbrado [risas]. Y Paul solo usaba radios, y de ahí grababa fragmentos que luego cortaba e integraba. Con el tiempo pudo pedir prestados algunos teclados o máquinas de ritmos. Y ensayábamos los sábados por la mañana mientras mi mamá no estaba. Luego cuando empezábamos a conseguir toquines nadie quería tocar con nosotros; sólo éramos nosotros dos. Así fue como empezamos,” recordó con afecto McCluskey.
Souvenir consta de 5 CDs y 2 DVDs alojados en un box set de 10", junto con regalitos como un libro de pasta dura, posters y fotos inéditas. También hay clips de sus actuaciones más emblemáticas en Top of the Pops y Later... With Jools Holland y todos los videos musicales que han lanzado. Por si eso no fuese suficiente, habrá un tour que abarcará desde Portugal hasta París en 2020 y exhibiciones especiales en el British Music Experience y el Museo de Liverpool.
“Hay una gran coincidencia de que sean 40 años y hayamos lanzado 40 sencillos. Nos hizo más sentido sacarlo de esa manera, acompañado de un box set, que un disco de ‘Lo Mejor De’. De ese modo, puedes escuchar todas las canciones o saltarte las que quieras, o explorar toda nuestra historia o solo lo que te interese. Pusimos las buenas canciones y las no tan buenas [risas]. Nos gusta pensar que todos fueron éxitos accidentales, ya que siempre nos hemos creído una banda experimental. ¡Aleluya por eso!”, celebró el líder de OMD.
McCluskey y Humphreys se conocieron en la primaria en Meols a principios de los 60. Compartían las mismas afinidades referentes a no escuchar lo que todo el mundo escuchaba, y mucho menos ese asqueroso rock rápido lleno de guitarras y machismo, que cada vez aumentaba en popularidad en ese entonces. Necesitaban distanciarse lo más que pudieran y encontrar un nombre que no sonara ni a punk, ni a pop ni a cualquier cosa que mereciera ponerle play inmediatamente en el tocadiscos. Fue entonces cuando se inspiraron para componer su primera canción.
“Curiosamente, 'Electricity' nunca fue un éxito en ningún lado. La escribimos cuando teníamos 16 años. Nos sigue sorprendiendo que, 40 años después, todo el mundo la conozca. Aquí va una historia graciosa al respecto: enviamos un cassette a mucha gente, y uno de ellos le llegó a Tony Wilson de Factory Records. No le gustó para nada y lo puso en una bolsa que siempre traía en el carro con toda la basura. Pero un día, su esposa guardó la bolsa con el cassette. Cuando hurgó entre lo que había, vio el nombre Orchestral Manoeuvres in the Dark y le ha de haber parecido muy gracioso el nombre. Le pidió a Tony que lo pusiera, le dijo que iba a ser un éxito y ahí empezó todo. Su esposa cambió nuestras vidas,” relató McCluskey.
Después de que “Electricity” los lanzara a la fama y que compartieran escenario con leyendas como Gary Numan y Joy Division, OMD comenzó una discografía vasta y contrastante, en donde sus influencias experimentales e industriales los hacía tener más comparaciones con Talk Talk o Public Image Ltd. que con Depeche Mode o The Human League. Su punto de impacto más fuerte llegó durante el lanzamiento de sus dos discos más representativos: Architecture & Morality (1981) y Dazzle Ships (1983), ya que el primero les brindó reconocimiento mundial y el segundo dividió por completo a sus seguidores obtenidos.
“Creo que Architecture… y Dazzle Ships no son tan distintos después de todo. Hay mucho azúcar melódico y momentos preciosos en Architecture..., pero le bajamos a la cantidad de melcocha bastante en Dazzle Ships y le añadimos mucho contenido político. Fuera de eso, para nosotros son bastante similares. Ambos se basan en nuestro precepto que aprendimos gracias a Kraftwerk, de que cualquier cosa puede ser música, desde contadores de Geiger hasta radios portátiles. Para Dazzle Ships solo hicimos lo que quisimos y cuando salió, la gente dijo '¿qué chingados es esto?' Perdimos probablemente a 90% de nuestros fans [risas] pero ahora, cuando nos topamos a otros músicos, es el disco que mencionan más. ‘Dazzle Ships cambió nuestras vidas’ o ‘Fue tan arriesgado e increíble y yo quise hacer algo así’”, aclaró McCluskey.
Esta división surgió también de la gradual necesidad de madurar y crear arte inspirada en temas más profundos. Aunque esto usualmente pone baches en la carrera artística de muchos actos, OMD vio una manera de fortalecerse y expandirse creativamente al mismo tiempo que tenían una postura de lo que estaba pasando en el mundo, aunque eso aisló a varios de sus seguidores.
“A nosotros nunca nos ha parecido muy cómodo hablar de cosas como la política. A veces no sale muy sutil y uno tiene que encontrar una forma de adornarlo musicalmente. Por ejemplo, a mí me gustan las metáforas, pero a veces me salen como oportunidades perdidas, siento yo. Antes de sacar Dazzle Ships, la disquera nos dijo ‘el mundo está escuchando. Ahora pueden decir un discurso fuerte y conciso.’ Fue una hermosa ingenuidad, y además teníamos 23 años. Nos sentíamos solemnes y había una inquietud de aportar desde nuestra trinchera. Entonces escribimos canciones acerca de la Guerra Fría, con el temor de que cualquier podía apretar ese botón rojo en cualquier momento. ¡Dazzle Ships y todos los discos de ese periodo son materiales llenos de temor! Y antes se trataba de misiles nucleares; ahora todo es ciberataques. Y en estos tiempos de Trump y Brexit, es una historia política totalmente diferente y más tenebrosa,” reflexionó McCluskey.
Aunque han pintado con todos los colores y texturas habidas y por haber de la música con sintetizadores, todo lo que ha hecho OMD siempre ha sonado fresco y auténtico, reinventando géneros bajo sus propias reglas. Sin embargo, McCluskey reconoce que los tiempos han cambiado y que la industria ya no fomenta a la creatividad como antes. Por ello también está la inquietud de lanzar Souvenir, como ese recuerdo a un mundo que está cada vez más lejos.
“Aún me cuesta encontrar música nueva que me emocione. Sí me gustan algunos actos modernos, como Robyn, The xx, FKA twigs, Hot Chip, M.I.A., pero no escucho tantas cosas actuales. La música siempre me ha parecido ser un lugar difícil. Y el modelo económico es muchísimo peor. Ahora con el streaming, las disqueras se quedan con el dinero de la gente que escribe las canciones. Si quieres encontrar algo emocionante, tienes que escarbar duro en la web y apoyar desde ahí. Las disqueras han hecho de la música un negocio vil,” concluyó McCluskey.