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Entrevista con Monte

Entrevista con Monte

02/Oct/2020

Simón Mejía de Bomba Estéreo presenta un disco inspirado en la naturaleza.

Un acento colombiano atiende el teléfono desde su hogar a las afueras de Bogotá; se trata de Simón Mejía, que conocido por ser la mente maestra detrás de la dirección, el bajo y los sintetizadores de la celebradísima banda colombiana Bomba Estéreo, ahora presenta Monte, su nuevo proyecto inspirado en las selvas y los sonidos de su país natal.

“El disco se llama Mirla, que es el nombre de un pájaro que me visitó a diario en mi casa durante una temporada antes de la pandemia. Son pájaros famosos por cantar muy lindo, pero a la vez son muy agresivos y territoriales. Tienen el ego súper elevado. Siento que ese track se volvió el emblema del disco porque aunque no fue la primera canción que hice, reunió todo el feeling del material. Luego, tras la cuarentena tuvo aún más significado que eso sucediera en mi casa, pues al estar encerrados, todos compartimos ese sentimiento de calma en las ciudades; los animales volvieron a tomar espacios que antes habían perdido, sobre todo los pájaros que siempre están ahí pero uno no los oye por el ruido de los autos, de las fábricas, de las personas. Mi interacción con el pájaro fue una relación simbólica, medio mística. Puede que sean cosas en mi cabeza pero las historias más lindas siempre tienen un componente de fantasía y  siento que cuando yo lo grababa, intercambiábamos miradas. Cuando el pájaro murió fue un momento triste pero tal vez ya había cumplido con darme un mensaje y hacerme entender cosas”, explicó. Y es que justo ese es el concepto de su disco: hacer relaciones entre los humanos y la naturaleza, “Unir la música electrónica que es un universo más humano con el mundo natural. Quería reconectarme con lo orgánico”, dijo.

“Como en el caso del pájaro, parte del arte es que haya ego. Tu individualidad es lo que se expresa. Yo lo he aprendido a manejar mejor, más aún desde que tengo hijos, pues pienso que cuando uno es padre el ego se proyecta hacia los hijos, dejas de pensar en ti y tu egocentrismo, en esa medida empiezas a pensar en el mundo y el lugar que ellos habitarán. Es liberador. Con la música también lo he aprendido, es un vehículo de conexión en el cual es tan importante lo que los músicos hacemos, como la percepción y recepción de la gente. Los shows en vivo es donde es más claro, la energía de un concierto no está en el escenario o en el público, sino en la mitad que es donde se unen ambas energías y nace la magia, esa energía casi sexual entre los dos. Pensar así te ayuda a liberarte de ese pensamiento del ego de que la gente está feliz por mí”, explicó.

Pero, ¿cómo sobrevivir sin esa energía en un momento en que los conciertos están en pausa? Monte bromea diciendo que a punta de alcohol para luego aclarar que por un lado esto no es un proyecto solista, sino personal, pues en él colaboró con gente.

“La música es más poderosa cuando es un proceso grupal. El término solsita es más un tema de marketing, porque detrás siempre hay productores, músicos, gente que suma su talento. Los que colaboraron en Mirla son amigos míos, gente cercana que se unió a este proceso íntimo que no estaba seguro ni de publicar. Era música para mi salud mental, pero mi management insistió en publicar. Yo llevaba ya mucho tiempo queriendo sacar más música, no con el objetivo de salirme de Bomba Estéreo, sino por curiosidad creativa, pero no tenía el tiempo porque estábamos constantemente de gira y cuando llegaba a la casa no podía encerrarme en mi estudio porque mi familia me hubiera colgado del techo. Pero el año pasado que giramos menos pude dedicarle tiempo y ahora con la pausa obligada más. Sin embargo no siento la carencia de los shows porque estar en el estudio me llena de forma íntima, viajando a través de la música y los instrumentos”, explicó.

Otro tema importante en el disco es su activismo ambiental. “Es difícil ser congruente, ni los más activistas están libres de la incongruencia porque el mundo está diseñado para impactar a la tierra: por ejemplo tomar un avión para ir a una conferencia del medio ambiente, o las cosas que tú comes. Cualquier movimiento humano impacta, pero por ello prefiero formas de activismo más sutiles y menos discursivas, porque aunque trato de llevar una vida sostenible, no lo logro al 100 por ciento, eso solo lo logran unos cuantos indígenas. Le bajé al discurso en las redes que ya se volvía vanal e irme a lo básico: reconectar con la naturaleza a través del arte. La raíz del problema es la desconexión de la naturaleza, ya no la vemos como un hermano del que debemos caminar de la mano, sino como algo en lo que estamos parados encima y sólo le estamos extrayendo hasta un punto en que no va a dar más. Por ello con el sonido busco crear conexiones por el lado emocional y sensible. Y a nivel personal acercarse a lo sostenible, sin salir a dar discursos para luego tomar agua embotellada, viajar en un carro que funciona con petróleo, o usar un teléfono que tiene componentes de minería de África”, concluyó.