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El poeta romántico Percy Shelley escribió en uno de sus sonetos emblemáticos, Ozymandias, sobre la derrota de los líderes, la caída de los imperios y la herencia reducida a escombros. "Conocí a un viajero de una tierra antigua quien dijo: ‘Dos enormes piernas pétreas, sin su tronco se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos (…) Y en el pedestal se leen estas palabras: Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'. Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”. Metronomy con su nuevo álbum, al igual que Ozymandias, intenta crear un legado musical que trascienda la temporalidad de las canciones veraniegas. Una herencia que resuene a través de los años y que no quede minada a fragmentos de historia. La grabación de su sexto lanzamiento, Metronomy Forever, marcó un punto de inflexión al interior de la banda, una crisis que llevó al vocalista a cuestionarse la razón de ser del grupo.
“Después del disco anterior (Summer 08) quería publicar un álbum inmediatamente, pero en el proceso me cuestioné sobre por qué hago lo que hago, por qué hago música, por qué me interesó la música cuando era joven. Comencé a obsesionarme con The Beatles y The Beach Boys y con su historia, con su legado, cuando estaba haciendo este álbum me di cuenta de que quería hacer algo así. Es como los reyes egipcios y las pirámides que construían para ellos mismos, los músicos llegan a un punto en donde se preocupan por eso, por el legado”. Joseph Mount está en la casa Indie Rocks! reflexionando sobre lo que empuja intrínsecamente sus nuevas canciones, unas melodías que no han perdido el núcleo de su música, tonos juguetones imantados de una profunda emotividad.
Mount se sorprende porque desde la terraza podemos ver hacia el interior de las habitaciones de edificios contiguos, toma una foto, le da un sorbo al agua mineral e intenta recomponerse, el cambio de horario debe ser complicado. Abre su mochila y saca su computadora, nos comparte una pista aún no estrenada, le preguntamos si pueden ser más, aunque receloso al principio finalmente accede. Consciente de la importancia del estreno nos pide que borremos las tres canciones cuando termine la sesión. “La idea de este título es un poco estúpida, porque es sobre el infinito, Metronomy Forever; es una enorme declaración pero al mismo tiempo es pequeña, lo que importa es lo que está sucediendo ahora, con nuestra audiencia, no lo que ocurra dentro de 100 años. Puede ser una majestuosidad de ideas pero al final solo hice un álbum de canciones pop, creo que todos tenemos derecho a una crisis existencial, no importa si estás haciendo un álbum, puedes hacer lo que quieras y preguntarte 'por qué estoy haciendo esto'”.
El imperio de Ozymandias cayó, el de Metronomy, como le sucedió a muchas bandas que surgieron en el mismo período, podría haber caído de no ser porque en su historia tiene un álbum sólido, The English Riviera, y una decena de canciones alucinantes que sirven de propulsores. Desde el lanzamiento de Summer 08 Joseph Mount ha realizado cambios en su vida, dejó Francia para regresar a Inglaterra, montó un estudio en su casa y trabajó con otros artistas como Robyn. En Metronomy Forever la banda está transitando hacia un lugar en donde pueda edificar su legado. El período de vida, así como la maduración de la banda, relata el vocalista, le parece el correcto.
“He tomado buenas decisiones en los momentos importantes, lo cual se traduce en que tengo este trabajo, se ha convertido en algo que es valioso, la pregunta es si la banda ha madurado como yo; tengo 36 años y la música coincide con este período de mi vida, así que ha madurado bien”. Percy Shelley en su poema habló de lo frágil que es pensar o planear el legado. Primero habló el rey. “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: '¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'”. Y luego habló el tiempo, de esas obras poderosas que el rey quería que contempláramos, quedaron añicos. Fragmentos. Pedazos. Podemos creer que el imperio, los gobiernos o los edificios durarán eternamente. No es así. Es inevitable la caída. La situación de Metronomy va más allá de pensar en la posibilidad de que su música se destruya o desaparezca, se trata de que no se olvide, porque si algo plantea la era post-contemporánea en el arte es su reproducibilidad y la pérdida de su aura, y ante una marea de música continua, no sería difícil quedar en la fila de tantos archivos por escuchar, olvidados e ignorados.
“Estoy tratando de descubrir algunos sonidos nuevos, por ejemplo, me sucedió con 'The Look', pensé en que podía componer una canción, pero no estaba interesado en escribir 'The Look', se convirtió en eso, en 'The Look', pero no lo pensé así en el inicio. Lo que hice después fue componer canciones y ninguna se convirtió en 'The Look', no puedo decir que lo estoy evitando o que no lo estoy intentando, pero tal vez inconscientemente lo estoy haciendo. Estoy experimentando de nuevo, ya casi me siento listo para hacer la próxima cosa y quiero que sea un concepto claro. Pasé por un período cínico, en donde decía ‘quiero escribir canciones exitosas, necesito cosas nuevas’, pero no es así como funciona, no puedo generar hits así como así”.
El legado también involucra conceptos y sentimientos para poder existir más allá de un ritmo. Más allá del sonido y del beat, con ideas introducidas en la cabeza y el corazón de su audiencia. Pocas canciones hablan con tanta franqueza y con el mínimo de elementos sobre la rutina de un matrimonio como “Trouble”. O del sentimiento puro y auténtico de querer ayudar a quien lo requiera como canta en el nuevo tema “Walking In The Dark”. Joseph Mount platica sobre la posición que adopta al hablar de amor en su música y cómo el ser padre incide directamente en su trabajo.
“Es raro cómo tus experiencias con las relaciones influyen dependiendo de qué tan afortunado eres. Encontré el amor y estoy muy feliz, estoy consciente de lo jodido que puede ser para algunas personas de mi edad estar solos o romper con alguien, me pregunto qué haría si mi novia de pronto me dijera que ya no está enamorada de mí; entonces hablo desde una posición de ser consciente de lo frágil de la situación. Te preocupas por la gente, tienes responsabilidades contigo mismo, tomas la responsabilidad de tu novia o pareja y luego la responsabilidad de los hijos y se vincula directamente con todo. La calidad de la música y el éxito que tenga en el negocio tiene un efecto directo en el bienestar de mis hijos. Tienes que pensar en ‘cómo nos ayudamos, la mujer que amo y yo, a sentirnos cómodos y criar unos niños y que al mismo tiempo me permita disfrutar naturalmente de lo que hago que es hacer música’”.
¿Metronomy es infinita? ¿Es para siempre? ¿Seguirá existiendo mañana cuando amanezcamos? ¿Su álbum Metronomy Forever tendrá el mismo éxito que alguno de los anteriores? ¿Sus nuevas canciones se meterán dentro de nosotros para mitigar algún dolor que llevamos guardando desde hace tiempo? Nadie lo sabe. La importancia se reduce, de forma absurda, al tiempo que dura su canción. A esos tres minutos en que seguimos el ritmo con los oídos y ese sonido se convierte en un hito para nuestra forma de estar en este momento.
“Y en el pedestal se leen estas palabras: Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: '¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'. Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”.