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Entrevista con Meridian Brothers

Entrevista con Meridian Brothers

Marginalidad de los lenguajes musicales.

Antes de comenzar toda una colección dedicada a revalorar películas que fueron despreciadas por la crítica en su momento, el crítico de cine Danny Peary arrojó una clara explicación de lo que una “cinta de culto” podía ser. En su Cult Movies las define como películas inusuales que fueron despreciadas por el público promedio pero que encuentran un espacio en el cariño de ciertos cinéfilos que, con el tiempo, luchan para que sean revisitadas y revaloradas. También dice que éstas están llenas de ingredientes que saltan a la vista (actorales, estética, narrativa, etc.) como lejanos al promedio. Si trasladamos esa definición a la música, Eblis Álvarez encaja perfecto en la categoría.

Su mano está en muchas de las cosas que sobresalen de la música colombiana contemporánea. Es líder de Meridian Brothers, pero también forma parte de Los Pirañas al lado de Mario Galeano y Pedro Ojeda, quienes completan la santa trinidad bogotana del nuevo siglo. Además, crea experimentos en Chúpame El Dedo y tuvo sus andadas en Romperayo, sin contar otras tantas –muchas– cosas que no lograron prosperar como las mencionadas. Eblis no deja de agregar material para su culto.

“Se viene una colaboración con El Niño de Elche, un cantante flamenco que lleva el estilo a otra dimensión, una especie de disco basado en los cantes de ida y vuelta entre España y Latinoamérica. También hicimos un sencillo que se llama Grupo Renacimiento, un par de temas en el plan absoluto de la salsa setentera, salsa neoyorquina de ghetto puertorriqueño. Tenemos un proyecto secreto, además, un disco de punk cristiano que se llama San Francisco de Assis que salió con una disquera inglesa”, dice cuando le pregunto sobre las cosas en las que se encuentra su mente actualmente.

Todo eso viene después de ¿Dónde Estás María?, séptimo disco con su banda principal, Meridian Brothers. “Este disco cambió mucho el formato y la intención de la banda”, asegura. “Es un disco lírico que está dirigido a un estilo de canción mucho más concentrado en la melodía que en la teatralidad”. Editado hace un par de años con Soundway Records (disquera inglesa dedicada a la exploración de sonidos sui generis del mundo), ¿Dónde Estás María? es el disco que los trae de vuelta a México en 2019, a varios años ya de su última visita.

“Hemos hecho cosas muy interesantes como conciertos con cuarteto de cuerdas, hemos abierto espacios en teatros más que en venues y festivales. Hemos estado tocando este show durante un año y medio en Europa y Latinoamérica, así que va a sonar muy bien en Bahidorá”.

La evidencia está a un par de clics. En YouTube se pueden encontrar videos del grupo tocando como pocos ahí afuera y creando una experiencia muy distinta al resto de sus contemporáneos. Sus elementos –en su acto en vivo y en sus discos– son inusuales, fieles a la descripción del culto y siempre se perciben como algo único en cada una de sus presentaciones. Eblis es el cerebro de una agrupación que no teme seguirlo para explorar cada una de las ideas de un personaje siempre brillante.

Él también es una persona especial. Al hablar de música su mente siempre trata de abarcar todos los ángulos posibles para tratar de explicar su comportamiento. Ha pasado tanto tiempo en el underground colombiano que su teoría de práctica está llena de sabiduría. “Yo no creo que haya una especie de manera efectiva de reaccionar ante el mainstream, en cuanto a que el mainstream cuenta con todos los engranajes de la economía y el poder”, menciona. En donde el resto de los artistas parecen siempre querer luchar contra el sistema, Eblis lo abraza como oportunidad para crear.

“Hay un paradigma, una especie de mensaje inconsciente del sistema económico que es esto de crecer-cambiar-innovar-modernizar y ese tipo de cosas, pero por otro lado se olvida mucho la naturaleza cíclica de las cosas”, asegura. “Si bien el crecimiento puede ser positivo (porque a veces no lo es), también existe la naturaleza de los ciclos, es decir, no tenemos porque estar innovando o modernizando o cambiando todo el tiempo. El hecho de esperar una renovación todo el tiempo es un desgaste que incluso puede ser innecesario”.

Su declaración, aunque pudiera parecer muy lejana al conjunto de su obra, tiene cierto sentido. En términos de cine algunos lo llamarían auteur, pero las manías de Eblis se notan en cada uno de los proyectos en los que participa, aunque muy distintos entre sí. Ese “ciclo” al que hace referencia es probablemente el lugar de ensueño para aquellos que lo siguen desde siempre. “Hay que pensarlo de esa manera porque no podemos estar todo el tiempo agotando los recursos, así como la economía está agotando todo el tiempo los recursos del planeta”.

Así como es un gran pensador musical, también es un consumidor en el que se puede confiar. “Yo aquí sigo mucho a algunos artistas con gran potencial como Julián Mayorga, quien hizo un proyecto con Andrés Gualdrón, Las Islas Atlánticas, un concepto todo místico y bonito”. Su recomendación es parte de una especie de continuación de la cruzada musical que él mismo comenzó hace años y que parece fortalecerse conforme avanza el tiempo y conforme los escuchas van revisitando y revalorando la obra de quien llegó antes de ellos. El ciclo del culto en su máxima representación.

Pero, ¿qué es exactamente lo que hace Eblis Álvarez y, en particular, Meridian Brothers con su música? Uno puede decir muchas cosas, imaginarse otras tantas e inferir teorías a partir de una discografía envidiable que ha ido desde explorar la vida en otros planetas hasta el estudio del órgano colombiano, desde muestras de diversión hasta profundas tesis de estudio. Se puede hacer y el culto se genera a partir de esa discusión, pero dejemos que su autor ayude a encender la mecha del pensamiento:

“Una buena marginalidad de los lenguajes musicales. Siempre hemos buscado ese otro revés que existe dentro de las músicas comerciales. Porque somos comerciales, pero queremos buscar eso otro existente que probablemente no se ve a simple vista. Le digo a la gente mexicana que lo busque en nosotros, ahí está ese componente invisible”. Danny Peary estaría orgulloso de ver todo esto en una pantalla de cine, deberíamos sentirnos afortunados de poder escucharlo ahora.