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Tu gusto musical tal vez se desarrolló junto a la vehemencia de las redes sociales. O quizás conociste a Mark Lawrence desde sus inicios, cuando jungle, garage (música electrónica), hip hop, dub, reggae, D&B, y estaciones de radio pirata, se entrelazaron para desarrollar una de los sonoridades más representativas del milenio. A finales del 2004 bajo los legendarios raves del sur de Londres organizados por el DMZ en el distrito de Brixton, COKI, Loefah, y la creación del colectivo Digital Mystikz, fueron punto crucial para que el dubstep estallará como movimiento.
Mark Lawrence mejor conocido como Mala es uno de los padres de ese sonido que desata pulsos, líneas de bajos monumentales, brakes y hooks, y dub / hip hop en tornas. Infusión cultural que más adelante devino en el sonido agresivo de Los Angeles, mezcla de samples chopeados, Ableton, distorsión, wobble bass, electro music, emo/metalcore, influencia de From First to Last, proyecto del productor Sonny John Moore, A.K.A. Skrillex, conducto directo del post dubstep / brostep, y que en 2015 pasó más digerido a los charts gracias al proyecto de Diplo / Skrillex, Jack Ü y el single "Where Are Ü Now" Ft. Justin Bieber.
Regresa una década atrás, ve cómo lesionarse jugando soccer formó el camino para que Mala se convirtiera en exponente musical y cómo el estar sordo del oído izquierdo, desarrolló su magnífica técnica en las tornas; inteligent juggle que se puede apreciar en el Boiler Room de Londres del 2015 y que probablemente presenciemos en el próximo Carnaval de Bahidorá, donde a este exponente lo puedes denominar un gran embajador del bass music:
“Intensamente el mismo fin de semana del carnaval estaré en Bamboo Bass festival en Costa Rica. ¿Sabes?, disfruto mucho estar de tour y caigo en el común denominador, me llena de energía conectar con el público, sentir la vibra de este”, compartió con Indie Rocks! previo al #LlamadoBahidorá.
El productor, ya en el tercer piso, hace pensar en la figura de DJ en sus inicios; ser un adolescente, estar en la escuela, practicar, la obsesión con el sonido, los años noventa. Sus compañeros tal vez lo vieron como outsider con audífonos puestos.
“De pronto te das cuenta cómo le puedes cambiar el animo al público, ¿pero sabes? a su vez no tienes tanto tiempo para ti. En concreto, como DJ no tengo un ritual antes de subir al escenario pero en lo que te preparas, estás en la habitación del hotel, sientes la soledad, deseas estar en el dub, estás algo cansado por el cambio de horario y piensas en los discos que utilizarás", señaló.
Su último long play Mirrors, está lleno de sonidos peruanos, que bien se podrían tomar como referente al productor Nicola Cruz, pero igual hay que entender lo imponente que son las líneas de bajo, los contrapuntos agudos y la exploración sonora del londinense.
“Conocer la identidad de un país a través del sonido, es algo presente en este material. Cuando te hablo de conectar con el público, es conectar con la cultura, la información que recibes, y el amor que se desata al hacer música, experimentar, ver como utilizan una quijada de burro como instrumento es alucinante ¿en que otra parte del mundo ocurre eso?”, afirma y nos deja con esa interrogante.
La herencia cultural africana plasmada en Latinoamérica, concierne al ámbito sonoro a nivel global, lo cual nos hace meditar: la mayor parte del ritmo contemporáneo viene de ese continente. En el dubstep en específico se plasma gracias a esas líneas de jungle y hip hop; en las últimas producciones de Mala, en los sonidos folclóricos de Cuba y Perú.
“No ocupo casi ningún sonido que no sea grabado en ambiente de estudio, me agrada la profundidad que se puede obtener en este proceso”, aclara el productor.
Como leíste al inicio del texto, el uso de software caracteriza al sonido de L.A., lo cual afirma la calidad de la vieja escuela al utilizar herramientas que requieren una mayor destreza motriz, para encontrar el punto exacto en un vinilo, hacer que una grabación empate y suene completamente distinto a la grabación original.
“No soy de esos puristas que dicen ‘no ese sonido agresivo no es dubstep, ni siquiera está en el tiempo...’, creo que hacemos música y lo hacemos por pasión a esta, cada quien tiene sus procesos y eso es lo que llena como músico”, aclara. Lo cual puede recordar al título Genere is obsolete, texto del filósofo Ray Brassier, y deja una profunda reflexión, así como lo menciona el carnaval Bahidorá: “Donde alguna vez exploramos territorios desconocidos, hoy tenemos una comunidad sólida alrededor de nuestra cultura; un estado ideal para la creatividad…”
Lo importante de hacer música es explorar, generar comunidad, cultura, y llegar a un estado creativo, esencia de este productor al conocer el mundo a través de la exploración de distintos procesos y sonidos, reflejados en la frescura de su material y performance.