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La cantante, poeta, escritora, cineasta, actriz y conferencista Lydia Koch, mejor conocida como Lydia Lunch volvió a la Ciudad de México con su banda Retrovirus para ser uno de los actos principales del Festival Marvin 2019, donde también participó con una conferencia abierta al público en general como parte del programa.
En la plática, impartida en la Universidad de la Comunicación un día previo a su presentación, abordó diversos temas: desde el feminismo hasta la etapa actual que vive la música, pues ella ha formado parte de la escena musical desde los 70. Aseguró que está feliz con que la gente tenga acceso a su material a través de un dispositivo móvil, y que los músicos no necesiten disqueras y puedan compartir sus creaciones en plataformas como Bandcamp, ya que “no necesitamos más plástico, ni más CDs: solo necesitamos la música”.
Claro que le importa que la gente compre su música, pero no le preocupa si sus conciertos no son sold out. “No me importa si solo van 20 personas. Para ser parte de mi iglesia, solo hay un requisito: ¡la rebelión!”, expresó la cantante, quien siempre se muestra enérgica en toda presentación.
“Para mí, la edad no importa. Siempre he sido madura para mi edad, pero infantil al mismo tiempo. Estoy a punto de cumplir 60 años, pero eso no me preocupa. He conocido personas de mi edad que son idiotas, y gente de 15 años que son genios. Los años, como el género, no es algo en lo que me fije. No tengo una audiencia definida. Todos son seres individuales que escucharon una de mis canciones y decidieron venir a mi show. Puede haber desde una chica de 22 años hasta un viejo, una persona horrible o una chica hermosa, todos fans míos. Pero me alegra poder darles un mensaje, que en mi música encuentren algo que estén buscando”.
Dentro de su faceta como conferencista, ofrece talleres a los que llama de Self-Empowerment, mismos que justifica de la siguiente manera.“Doy talleres para que la gente aprenda a empoderarse en cuanto a hablar, expresarse y apoderarse del escenario. Les pido que escriban algo, yo lo leo, se los devuelvo y luego hacemos un performance donde todos leen sus creaciones. Aprendemos desde como montar el escenario hasta como leerlo a una audiencia. A mí nadie me enseñó cómo tomar un micrófono y hacer que la gente que pusiera atención, simplemente tuve que aprender a hacerlo”.
“Cuando escuchan sus palabras y se dan cuenta que están en el escenario con el micrófono, se dan cuenta que tienen el poder: el chiste es liberarse del estigma. Yo no les enseño cómo hacerlo, solo les pido que lo hagan”.
Generalmente, los workshops (a los que llama Coven, o asamblea, donde ella es la bruja mayor) son exclusivos para mujeres, pero ha abierto algunos para toda la gente. Los ha impartido en 10 ciudades ya, y expresó su interés por realizar uno en la Ciudad de México, incluso comentó que ya ha estado hablando con algunas promotoras para poder llevarlo a cabo.