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Tras casi año y medio de un pánico intermitente ocasionado por la reciente emergencia sanitaria el mundo allá afuera ya no es como lo recordábamos; desde la adaptación de las pequeñas dinámicas sociales entre amigos y familia al otro lado de la pantalla hasta los grandes cambios dentro del inconsciente colectivo que compartimos como sociedad. El avance en los distintos estados internos nos conduce inevitablemente a transformar la manera en la que nos relacionamos con nuestro entorno, la industria musical específicamente ha evolucionado para generar nuevas y distintas alternativas en pro de rescatar ese grado de conexión humana que creíamos perdida entre la falta de concierto. Espacios como las sesiones de Vans Channel 66 albergando a bandas como Margaritas Podridas, The Froys o Los Viejos, con quienes tuvimos la oportunidad de platicar, llenan de impulso a esta nueva marejada sonora nacida desde lo contemporáneo.
Invitados por Román Tamayo de Vinnum Sabbathi y curador para Channel 666 (programa especializado en el heavy sound dentro del canal), el dúo formado por Leo Padua y Jordi Alacont, mejor conocidos como Eustaquio y Jacobo tras las máscaras, volvía a los escenarios – al menos de manera virtual – durante su presentación vía live streaming el pasado 26 de julio. Después de un largo tiempo alejados de los escenarios la banda retomaba condición contrastando los matices del concierto con el vibe general de lo presencial.
Era una probadita de lo que se extraña un montón que es tocar, claro que a la hora de los streamings es raro, hay algo que falta, esa interacción con el público. Sentimos que es como una simulación, desde la preparación es distinto, llegamos, tocamos, desconectamos y adiós, vas a lo que vas. Pero también empezamos a verlo con otra perspectiva porque de momento es lo que se puede hacer.”
Siguiendo esta línea de atenerse a las condiciones presentes la conversación tocaba uno de los puntos críticos dentro del desenvolvimiento de la música en la actualidad hablando sobre la inmediatez de la era tecnológica en la que vivimos, “Si no les pones algo en su cara se olvidan de que existes.” Si bien Los Viejos logró sumergirnos a un concepto mucho más alternativo mezclando recursos de posproducción en el Abduction Show a finales del año pasado la banda deja en claro que esta clase transmedia jamás podría sustituir el core del proyecto: “El pedo de la experiencia viva.”
El confinamiento también realineó las preferencias del dueto forzándoles a reconocer todo lo que el tourear como en años pasados había significado contrastándole con el panorama actual.
“Creo que los dos coincidimos en que justo ahora nos urge tocar, nos habíamos mantenido tocando, saliendo, viajamos un montón, siendo constantes, más que un respiro la pandemia nos hizo revalorar todo esto. Tampoco queremos tomar el primer show que nos avienten, queremos que para nosotros signifique algo chido, poder ofrecer algo de calidad, buen audio, buen espacio para la gente que nos quiera ir a ver.”
Los Viejos ha llegado incuestionablemente a un momento de soltura musical, el contar con un nivel técnico pulido, la experiencia dentro y fuera de estudio además de un concepto definido son las herramientas de las que se valen para retomar elementos de este amplio universo sonoro, augurando el estreno de un sencillo con miras a un nuevo EP.
Ya sabemos qué nos gusta, nos estamos dando la libertad de hacer música como venga, como se sienta chido. Ahora hay que disfrutar y usar nuestra experiencia sin estarnos preocupando por ser perfeccionistas, dejarnos ir más y que se disfrute.”
Y con esta perspectiva sobre el futuro de la banda pensar en su evolución parece igual de natural, manteniendo un sonido bien amarrado desde Quebrantahuesos (2012), pasando por Sociedad del Miedo (2016) hasta llegar al Green Screen de (2019). El cambio en la musicalidad raspada y blast beat se ha dado de manera enteramente natural dando paso a una experiencia inmensamente propia, “El resultado es un poco muy Viejos, bastante agresivo, bastante podrido pero suena bien cabrón”.
La dupla Eustaquio-Jacobo es hoy en día uno de los referentes dentro de la escena de punk nacional, manteniéndose fieles a sí mismos sabiendo encontrar un lugar dentro del hardcore sweet spot entre el público mexicano. “Toda esta historia recorrida ha sido una bola de amigos que ha crecido con la banda, hacer música chida y pasarla bien.”