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“Lo que pone luz en la oscuridad”, esa frase siempre me lleva a pensar en la música. En ese arte que te hace vibrar. Único en su tipo y que nos corrompe diariamente. En donde las palabras sobran. Y también donde una te dice todo lo que necesitabas saber. El sabio perfecto que de alguna manera bastante poética hace girar al mundo. Sacudir la supuesta estabilidad al escuchar un poco de rock & roll. Los integrantes de Los Espíritus, son maestros de la crítica política y social, vuelven para mostrar y plasmar los sonidos de la cultura que comprende y envuelve América Latina.
Con cuatro discos bajo el brazo, la agrupación de Buenos Aires ha destrozado géneros y ha creado rituales. Blues chamánico que conecta con el interior. Letras que gritan vivimos en el Apocalipsis. Versos que solo nos cuentan una historia ficticia. Superándose en cada disco, Los Espíritus se hace mejor a cada disparo. A veces solo se trata de enchufar y tocar en un lugar mal ecualizado con olor a cerveza y humo frente a 100 personas. Otras de pararse frente a 15 mil en un imponente festival al aire libre. Para los argentinos parece darles lo mismo. Quieren compartir algo especial, una profunda idea de que el rock vivirá siempre. Tal vez no como lo esperabas. Pero lo hará.
Quizá para cualquier otra banda perseguir el éxito lo es todo. Esforzándose en evolucionar para gritarle a todos que son creativos en exceso. Que los músicos no se quedan sin ideas, solo que algunas no son comprendidas. Y puede que sea cierto, pero en esa obsesión la mayoría se desploma. Con los dirigidos por Maxi Prietto todo parece sumamente distinto. Utilizan las giras como experiencias. Extraen el espíritu y la vibra de cada país para plasmarlo en su obra. Caldero es la prueba febril de todo lo que representa América Latina.
El sabor a tequila mexicano, el olor a puro cubano y la fiesta con un asado uruguayo. La fiesta a pesar de los golpes sociales. El eclipse que olvida la desigualdad y la pobreza. “Es una idea que teníamos de antemano. Surgió en la gira Latinoamericana anterior. En Medellín escuchamos mucha salsa, en La Habana mucho son, toda la experiencia de viaje queríamos que quedara retratada en este disco. Por eso esta gira es tan importante para nosotros, es nuestra manera de devolverles la inspiración”. Los Espíritus ha hablado por casi 10 años. Nosotros queremos escuchar lo que nos dice.
“Sin darnos cuenta es cierto que ya pasó ese tiempo. Recorrimos muchos lugares, conocimos ciudades que no hubiéramos conocido quizás, si no fuera por esta profesión. Aprendimos mucho de los escenarios, de los estudios de grabación, como desarrollar nuestra identidad en forma de canciones. Por otro lado, el espíritu sigue siendo el mismo, llegar a la sala, enchufar y tocar”, responde Prietto desde alguna computadora en la gira promocional de Caldero.
Hay que dejar en claro que Los Espíritus tuvo que reorganizarse tras la partida de Santiago Moraes y Fer Barrey, quienes se fueron este año de la banda. “Fue muy orgánico, incorporamos a Santiago Córdoba en congas y chekere, el Pipe Correa, le sumó un timbal a la batería y tocamos mucho en la sala, nos adaptamos rápidamente. Caldero está grabado con esta formación, lo que suena en el disco es lo que estamos presentando”, comenta Maxi, quien parece no dice nunca palabras al aire y es conciso en este tema.
El escuchar a la banda resulta reconfortante, pues parece que los tienes de frente en un escenario. La calidad ha ido en aumento desde su debut, pero siempre conserva ese toque de suciedad. La manera de grabar en análogo e interpretar en directo le regala autenticidad a Los Espíritus. “Nos gusta que se escuche al grupo tocando en tiempo real. Las intensidades que suben y bajan grupalmente, todos tocando en un mismo lugar. Todo esto genera un poco de desprolijidad, pero es un sonido que nos encanta”.
En Agua Ardiente, la agrupación tomó una voz particular de lucha. Su lado más punk salió a relucir y gritaban todo lo que estaba mal. Una manera de protesta ante los males que azotan a América Latina, y que, al parecer, no tienen una fecha de caducidad próxima. “Nos influye como personas, es doloroso ver cómo crece la derecha, la mano dura, como se maltrata siempre al que menos tiene y se usa el poder para favorecer a los poderosos. Estas sensaciones que tenemos a la hora de escribir una letra, se nos presentan como un desahogo, no lo pensamos mucho, simplemente nos sale así”, comenta Maxi Prietto.
La banda ya es asidua de nuestro país, visitándonos cada año desde la salida de Agua Ardiente. Un amor correspondido se creó entre los argentinos y el público mexicano. No es para menos, son un monstruo de la escena independiente. “Nos encanta México, la comida, la música, incluso esa mezcla entre el caos y todo el ritual de colores y espiritualidad y también recorrer disqueras”.
El proyecto ya tiene planes a futuro después de acabar su gira promocional de Caldero. Las ideas giran. La música no para y la escuela de Spinetta está más viva que nunca. “Ya tenemos las maquetas del próximo disco. Este verano seguramente empecemos a grabarlo, con muchas ganas de probar cosas nuevas. Seguramente iremos compartiendo cosas en las redes”. De verdad, sin ninguna duda, Los Espíritus es la mejor banda que ha otorgado Argentina en la década. No importa qué disco escuches primero, seguro te vas a enganchar.