Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Las presentaciones de Los Espíritus no son solo conciertos, sino rituales. Ceremonias donde lo que predomina son las resonancias que se derivan del blues psicodélico y la narrativa callejera que los representa. Terapias que mediante el arte de la música nos ayudan a liberar las cargas negativas que acarreamos día a día en este plano físico y terrenal. Su reciente disco Agua Ardiente celebra desinteresadamente la libertad del cuerpo y la mente que transmite el calor de su música.
“Me parece que nuestra música es más sonora que otra cosa. Las canciones fueron saliendo de cada uno de nosotros, lo que decidimos en conjunto fue trabajar bien en el sonido e ir a retratarlo en un estudio. Los discos anteriores los grabamos por nosotros mismos en nuestra sala de ensayo. Tratamos de retratar el sonido en grupo y lo fuimos puliendo, digamos tanto con los discos anteriores como en las giras y los recitales se armó un sonido de grupo dentro del cada cual tenía un rol y decidimos que eso retrataba el sonido de Los Espíritus”, mencionó Maxi Prietto.
Sin una fórmula para crear sus canciones, en cada producción musical se dejan llevar por la marea de agua ardiente que los nutre durante cada presentación o ensayo en su natal Argentina, desde donde nos traen este nuevo disco con canciones como “Huracanes” o “La mirada”, en las que podemos escuchar un blues místico que al mezclarse con la psicodelia nos provoca movimientos corporales involuntariamente suaves que terminan por invadirnos y convencernos de unirnos en su ritual sonoro.
“Lo grabamos en un estudio en las afueras de Buenos Aires, alquilamos una casa a lado y nos mudamos a vivir ahí. En ese estudio se graba en cinta abierta o sea de forma analógica y es la primera vez que lo hacemos así, nosotros siempre habíamos grabado de forma semi casera en la sala de ensayo pero ahora lo hicimos en un estudio alquilado por lo que tuvimos que ensayar y tener las canciones definidas y claras para grabarlas en vivo. Hubo una preproducción de un mes donde intensivamente armamos las canciones que iban a ser parte del disco y las grabamos en cinco días. Tiene sobre grabaciones de voces o detalles de guitarra y percusiones pero la mayor parte está grabado en vivo”, mencionó Santiago Moraes.
El disco se grabó en el estudio El Attic por Patricio Claypole, está materizado por Mario Breuer, la tapa fue diseñada por Santiago Pozzi y salió a la venta en mayo en formato CD y vinilo. Las canciones que nos presentan tienen temáticas tan variadas como la vida misma y está hecha sin la intensión de hablar sobre algo en particular sino de lo que le nace en determinado momento a cada uno de ellos desde que decidieron retomar estos géneros que creíamos más extintos que el rock and roll.
“La música tiene una función relacionada con el transe y con el momento, con conectarse con otra cosa y sentimos que estos ritmos generan esa sensación. Lo empezamos a descubrir entre todo el grupo tocando en vivo y está bueno porque genera comunión. Cuando comenzamos teníamos una idea. Tenemos un sonido medio de blues y psicodelia y le agregamos percusiones buscando un sonido como una psicodelia más tribal”, expresó Maxi Prietto.
La música es un medio de expresión que transmite una variedad de sentimientos y conceptos que son capaces de cambiar la vida de las personas, expandir horizontes y abrir mundos paralelos a los que se accede mediante el sonido de las vibraciones que se desprenden de cada instrumento y voz. A esto se le suma el internet, las redes sociales y las nuevas plataformas de música que, junto a las bandas, están innovando la industria musical hacía un futuro más variado. “El internet es la principal herramienta que tenemos de comunicación y de difusión, es muy poderosa porque no hace falta contar con otro tipo de medios para que la música llegue a todas partes, eso es casi revolucionario”.
El proceso de creación de Los Espíritus está en constante cambio desde hace cinco años en que se juntaron a ensayar y armaron el grupo con el que hoy se presentan en varios países de Latinoamérica. En la actualidad la banda está en una época parecida al final de la post adolescencia y el principio de la adultez donde siguen experimentando pero ya encontraron un sonido que los distingue y que de seguir así los llevará más lejos de lo que hoy han podido llegar.
“Tenemos dos discos anteriores con los que aprendimos a trabajar en equipo y de tanto tocar en vivo empezamos a buscar un sonido grupal en el que las guitarras no se pisen, cada cual ocupar un lugar para generar espacio y que el sonido del grupo tenga más peso y más contundencia. Cuando estábamos tocando en vivo y empezamos a sentir este sonido que estábamos generando tomamos la decisión de aprovechar eso para justamente retratarlo en vivo para el disco. En sí que este disco es el que tiene un sonido más pulido desde el inicio de Los Espíritus”, concluyó Santiago Moraes.