Entrevista con Juana Molina

El viaje continua, pero el paisaje es diferente.

Ella está en constante búsqueda y exploración de universos sonoros. Hace un tiempo viajaba sola, pero hoy está cada vez más acompañada, en una carrera que se ha construido con el tiempo y continua. Estos dos años de pandemia han sido de reflexión, que de momento no han generado material nuevo, pero si le han otorgado la oportunidad de revisar hacia atrás y recordar el trabajo que para ella fue el punto de inflexión. Juana Molina, presenta la reedición de su álbum Segundo, el responsable del paisaje sonoro

Es un disco muy importante para mí, siento que lo hecho después son todos hijos de Segundo… porque dije ‘mi camino es este’, y después este te va llevando por distintos lugares, pero yo voy hacia allá y sigo yendo”.

Juana ya había lanzado un disco antes, su debut Rara (Universal, 1996) producido por Gustavo Santaolalla, poco tiene que ver con el resto de su carrera. Desde las letras que habían sido escritas una década antes, hasta el formato de canción que terminó por aburrirla, es su primer registro oficial como solista, pero sin duda, comparado con el resto de su discografía es el que menos frutos le ha rendido.

Yo no podía cantar bien, no me refiero a la afinación, me refiero a la intención. Cantar, que te salga la voz desde el alma hacia afuera, a mí me salía desde la garganta para afuera y ni siquiera muy para afuera”.

Finalmente, y después de un tiempo Juana comienza a experimentar y trabajar en algo poco usual en estos días, los demos. Y es ahí donde ocurrió la magia, pues, sola, sin testigos, ni nadie que opinara, fue el espacio que necesitaba para poder ser, y es ahí donde sucedieron las cosas. El resto es historia: el disco comienza a tener un sorpresivo éxito en Japón y posteriormente David Byrne descubre el trabajo y la convierte en la telonera de su gira por Norteamérica y es ahí donde ocurre otro punto de inflexión, esta vez desde el escenario.

Me costó muchos años realmente empezar a sentirme cómoda y que no había nada que yo pudiera hacer para gustarle al otro. Cuando me di cuenta que no había nada que hacer… empecé a ser”.

El día de hoy tras girar por muchos años con banda, la artista regresa con una serie de conciertos de nombre “Juana Sola” que devuelven aquellas primeras aventuras en vivo, en dónde más de uno se sorprendía por la maquinaria sonora que la acompañaba en el escenario, y que hoy regresa para hacer un repaso de su carrera.

Diría que es cómo una versión 2.0; primero yo soy otra, la misma pero después de unos años, y en esa época, cuando yo tocaba sola, si bien era todo lleno de cosas y meticulosidades, arreglos y que se yo, estaba todo, milimétricamente armado, en cambio ahora hay mucha improvisación, entonces si un día se me ocurre algo, empiezo a buscar sonidos en el medio de la canción y bueno… más desprolijo”.

Y es que sin duda el sello de la productora son los paisajes sonoros que ha creado, ya desde sus aventuras con guitarra y teclados, hasta ser pionera en el arte del loop station, lo de Juana se trata de sentir, de trasladarte a otro lugar de provocar en el escucha algo que te emocione y te transporte.

“Entro en un estado tal en dónde yo misma desaparezco, dónde realmente me meto en la música y estoy haciendo algo… Pierdo la noción de espacio, tiempo, lugar, y empiezo a entrar en un mundo, en un lenguaje puramente musical, dónde las cosas pasan… sé que ahí hay verdades, importantes, no importantes, el valor de la verdad no importa, lo que sí se es que son pequeñas verdades que van ocurriendo”.

Esta simple afirmación es una prueba de que ser música es cosa seria. Sin embargo, y sin caer en la pretensión, es un hecho que la cantante se ha consolidado con el paso de los años y ha hecho un espacio para muchas cantautoras que no temen a experimentar y que han perdido el miedo a no tener la difusión que otros artistas sí podrían recibir, aunque para Molina, la fama es algo que nada tiene que ver con el hecho de crear arte.

El consejo que yo daría es, tratar de encontrar tu propia voz, porque yo creo que la gente que quiere hacer las cosas como otro, es porque lo que en realidad quiere es la fama de otro y ahí ya equivocaste el camino. Porque si lo que realmente quieres es hacer música, tiene que haber algo que nazca de ti”

Eso es precisamente lo que ocurrió en el año 95 y que 10 años después encontró la ruta necesaria que hoy continua, mismo sendero, pero distinta vista. En la actualidad viejos y nuevos amigos la acompañan, este último motivo de satisfacción es porque prueba que su propuesta no se estancó. Aún no sabemos cuál es el siguiente paso musical en su carrera, pero sabemos que ella es un ser libre y que antes de hacer música para otros, la hace para sí misma. Ante la pregunta de si se sintió alguna vez incomprendida ella tiene un cierre perfecto:

No me sentía incomprendida, sentía que no les gustaba. Porque si dices que eres un incomprendido estas asegurando que lo que haces es bueno…Hoy soy un ser cada vez más libre y más entregada a la situación, al hecho de estar tocando, a que las cosas pasen, peleándome menos con el destino”.