Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Fans de los tacos, las quesadillas y la Ciudad de México en general, Izal es un fenómeno de España que ha logrado posicionarse como uno de los mejores actos en vivo de aquel país. Aprovechamos su visita a México el pasado 30 de junio en el Foro Indie Rocks!, como parte de su #GiraCopacabana, para charlar con Emanuel a.k.a. Gato, quien nos resumió con lujo de detalles varios aspectos de la banda.
Al no consolidarse o no sentirse tan cómodos con proyectos anteriores, cuatro sujetos con intereses afines decidieron juntar sus caminos con Mikel Izal, fundador y compositor de la banda. Así darían vida a un proyecto en el que, literal, apostarían todo para sacarlo adelante, sin saber quizás todo lo que les daría.
“Realmente los cinco venimos de tocar con muchísimos proyectos, y creo que es la misma dinámica que siguen prácticamente todos los músicos. A veces te involucras en uno o más proyectos, uno casi siempre lo hace más que nada por amor al arte, porque es un hobbie más que un trabajo realmente. Además lo hacemos desde muy pequeños, yo he estado involucrado desde los nueve o 10 años en la música y todos mis compañeros llevan también muchísimos años en esto. Este es el primer proyecto en el que hemos podido darnos el lujazo (porque es un lujo poder vivir de ello), el poder trabajar, subirte a cada escenario, cobrar lo correcto y poder sobrevivir de esa manera. La verdad que también ha sido una suerte, porque entre tantos proyectos luego es difícil coincidir con gente que tenga la misma dedicación y que se lo tome de la misma manera. Y bueno, este proyecto después de muchas andaduras ha salido adelante”.
Su relación, que no ha sido ni fácil ni corta (llevan ya más de seis años juntos), se ha fortalecido al grado de que dejaron de ser banda, para convertir su lazo en una familia.
“Este tema de las relaciones se traduce también al trabajo, porque a la hora de hacer los temas, pues Izal es el compositor, pero luego en el local nos ponemos cada uno a dar su perspectiva y vamos enriqueciendo las canciones de esa manera. En el fondo es un símil con las relaciones humanas, porque cuando hay un debate cada quien da su punto de vista, y aunque sea totalmente divergente al resto, siempre se intenta llegar a una confluencia de todos”.
“Creo que es fundamental en cualquier tipo de espectáculo o de arte, que todos los que lo están realizando tengan buen rollo entre ellos, y que esto también se refleje. Porque de nada sirve que nos llevemos los cinco genial y que luego estemos en el escenario de pie poniendo cara de serios, como puede ser en el caso de otros grupos donde existen ciertas posturas predefinidas que hay que poner. Creo que parte de nuestro éxito se ha basado en eso, que nos llevamos bien entre nosotros, que disfrutamos de lo que hacemos y que contagiamos eso al público, y a su vez esto también genera una energía que el público te devuelve”.
Generalmente, algunas bandas tienen distintos rituales que van desde cosas muy sencillas a otras muy locas para antes de cada presentación. Pero al parecer los chicos de Izal no tienen ninguno ¿o sí?
“Realmente no tenemos un trabajo de concentración como puede tener un equipo de fútbol, que llegan al hotel, se quedan ahí aislados de redes sociales y todo eso. Es un poco más fluído, nosotros siempre lo hemos hecho de la misma manera, calentamos un poco y tenemos nuestro ritual de un cántico muy tonto para subirnos al escenario. Pero sucede que en ocasiones especiales, en las que existe un poco más de responsabilidad y te podés poner un poco más nervioso, como en el caso de México que para nosotros es todo un desafío, lo que intentamos es que esos nervios sean algo agradable y que no se conviertan en un miedo. Pero eso nunca lo hemos hablado, no está predefinido y sin embargo todos coincidimos en lo mismo: esos nervios se convierten en adrenalina”.
Algo muy difícil del éxito es, sin duda, la edad en la que te llega. Ahí tenemos a Macaulay Culkin o Justin Bieber, que al tener tanto poder a una edad muy o relativamente temprana, pierdes totalmente el piso, sin embargo eso ha sido muy diferente para Izal.
“Nosotros hemos tenido la suerte de que aunque el crecimiento ha sido bastante grande, lo hemos dado paso a paso. No ha sido algo abrupto que de pronto te ponen delante de 10,000 personas y ‘arréglate’. Hemos hecho muchas giras yendo en un coche sin poder llevar al tecladista porque no cabíamos (risas). Hemos recorrido así España tocando en salas muy pequeñas y siempre vimos esa respuesta de la gente, mientras decíamos «¡joder! si vienen 20 personas a vernos y a 17 les ha gustado el concierto, ¿qué pasará cuando nos pongan delante de 200 o de 2000 o de 10000?». Realmente hemos tenido esa suerte de que fuimos poco a poco y no nos tocó asimilar algo de golpe, ni tragar algo que te quede grande, sino que de a poco hemos podido dar pasitos y hemos podido asimilarlo también. Yo muchas veces destaco y agradezco que nos haya tocado vivir todo esto con treinta y tantos, quizá con 18 años nos hubiera costado más digerir todo eso. Pero después de tantos años peléandola y pateando por todo el país para conseguir tener gente, lo tomas de otra manera, sabes valorar todo el trabajo que hay detrás. Además, nosotros hemos estado trabajando en otras cosas totalmente ajenas a la música para poder subsistir y dedicarle todo nuestro tiempo, esfuerzo y dinero al proyecto. Nos llega en un momento más maduro y con cierta sensatez, que quizá con 20 o con 18 años se te puede ir de las manos. De verdad que lo estamos disfrutando y disfrutamos de trabajar de lo que nos gusta”.