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Fotografías: NiñaPapalote Barbosa
Faltan sólo unos minutos para las cuatro de la tarde y en un pequeño camerino de El Plaza Condesa espero a Andrew Hozier. La mía es la última de una agotadora serie de entrevistas realizadas a lo largo del día, y a la distancia puedo escuchar su voz repasando algunas notas mientras se acerca a mi puerta. Con tan sólo 25 años, una mirada franca y la sencillez de quien ama lo que hace, Hozier se sienta frente a mí para enfrascarnos en una apasionada charla.
Desde hace tres años, después de ser descubierto por un agente de Universal Music mientras cantaba una canción de Nina Simone en un concurso escolar, la vida de Hozier ha dado un giro rumbo al alocado camino de la fama.
“Solía pensar en ello siendo adolescente, incluso de niño si voy más atrás en mis recuerdos. Pero no fue sino hasta que tenía tal vez unos 19 años que abandoné la universidad y tomé la decisión de renunciar a la seguridad de la escuela para forzarme a trabajar en mi carrera musical… si me hubiese mantenido en la escuela, habría gastado 4 años en obtener un título que de ninguna manera me habría acercado a mi deseo de ser músico y compositor. Creo que esa fue la decisión que cambió todo, después de eso ya no había marcha atrás”, dijo.
Hijo de una familia dedicada al arte, madre pintora, padre músico, y criado en una comunidad rural en Irlanda, Andrew posee una visión poco común de la vida, inmerso en sus recuerdos nos habla de su crianza.
“Creo que definitivamente tuve una educación algo liberal. Por un lado mi madre siempre fue una persona bastante política, por lo que crecí inmerso en un hogar permeado por el debate y la discusión. El debate por el debate mismo y la contradicción sobre esa misma causa, siempre estuve expuesto a diversos puntos de vista y supongo que eso me influenció para desprenderme de los percepciones convencionales “sobre lo bueno y lo malo”. Hablo de lo bueno y lo malo no solo pensando en los extremos, quiero decir, siempre hay tres ángulos para cada historia, lo bueno, lo malo, y en el centro la verdad o lo que sea que la mitad sea. Mi padre por otro lado era baterista y a fin de cuentas su gran colección de discos, y toda la música que él escuchaba, llegaba a mis oídos desde el día en que nací o incluso antes, folk, jazz, blues… así que para el tiempo en que era adolescente, todo esa música se sentía como un hogar para mí, por lo que definitivamente me sumergí en ella”, compartió.
Al escuchar la música de Hozier es posible percibir blues, gospel, soul e incluso algunas insinuaciones jazzísticas que al mezclarse con el folk muestran en sus composiciones una fuerte influencia de la cultura afroamericana y su sonido.
“No lo sé, fueron varias cosas, creo que en un principio fueron el soundtrack de mi niñez, lo que generaba esa intensa familiaridad con una música que me hacía sentir protegido y que además tenía un sentido muy profundo, emoción que aun percibo cuando escucho blues algunas veces. Después, al crecer y conocer más música, la atracción vino en el hecho de apreciar la manera en que los discos fueron grabados –como por ejemplo en el sonido del ´blues de chicago’-, percibir en las grabaciones el sonido particular del cuarto donde fueron hechas, el color de la banda tocando junta, ese sonido crudo de los amplificadores… algunas veces incluso escuchar a los guitarristas tocando un poco desafinados… había una fealdad en el sonido, una especie de crudeza… sí, esa honestidad me tocó. Y luego, conforme vas creciendo, tu percepción se abre y comienzas a educarte más acerca de asuntos sociopolíticos y esa serie de cosas… creo que en ese sentido hay una gran significación dentro de la música blues, sus orígenes y como se desarrolló. Después, cómo todo ese sonido se convirtió en rock and roll y fue adoptado por las audiencias blancas… Para mí la mayor expresión artística proveniente de Norteamérica se sostiene sobre la cultura afroamericana sobre todo en la música. Si enciendes la radio, cada canción pop se influencia de ella. Así que entre más crezco y me sumerjo en ella, más la aprecio y amo”, confesó.
Más allá del sonido, la presencia de ciertos artistas en la vida de Hozier --como es el caso de Nina Simone, figura caracterizada por su fuerte compromiso social-- ha dejado en él una fuerte huella.
“Creo que mucho de esa influencia fue inicialmente una coincidencia. Yo escuchaba a Nina Simone de pequeño solo porque era parte de la colección de discos de mi padre -no tenía cds de niño- pero, recuerdo escuchar los discos de Nina Simone y descubrir temas como Mississippi Goddam donde ella canta con tanta furia e ira… después escuchar artistas como Stevie Wonder o Billie Holiday cantando cosas como Strange Fruit… siento mucho respeto por aquellos artistas que han escrito sobre sus tiempos… Me parece que hay una gran cita de Nina Simone que dice '¿Cómo se puede ser un artista y no reflejar los tiempos en los que vives?' Creo que eso es verdad, aun cuando se tenga consciencia o no de ello, a través de tu creación artística se refleja directamente tu contexto. No es posible despolitizar las cosas, todo está cargado de influencias, solo que en esos tiempos los artistas eran más conscientes de ello al escribir, mostrando de manera decidida su contexto, haciendo declaraciones políticas y anti institucionalistas, hablando de los conflictos raciales en sus canciones. Yo realmente crecí respetando eso", expresó.
En el afán de reflejar la actualidad en la que vive, a través de sus canciones Hozier aborda temas de importancia social como la igualdad de derechos, la rebelión y la libertad de expresión. Al preguntar acerca del rol social que el artista debe tomar en nuestros días, después de soltar un largo suspiro contestó...
“Sería muy idealista para mi pensar en que todos los artistas deberían hablar sobre las cuestiones sociales, creo que ese no es el caso. Para mí hay un cuestionamiento entre la responsabilidad como artista de hacer declaraciones políticas o no… hay artistas que son ridiculizados por hacer declaraciones políticas e incluso vistos como quejumbrosos por ello, o hay quienes utilizan este tipo de asuntos para beneficiarse mediáticamente… Pienso que esta postura debe venir de un lugar honesto y ser razonable. En mi caso no ha sido una decisión como tal hacer esta clase de declaraciones, simplemente creo que estoy un poco más influenciado por ciertas cuestiones políticas y trato de reflejar aquello que me permea fuertemente. Por otro lado, también creo que aunque el artista sea consciente o no de lo que escribe, al hablar de ciertas cosas de alguna manera está estableciendo una postura… incluso si eres Robert Thick cantando ‘I know you wanted, you’re a good girl’. En esa declaración hay absolutamente un peso político para bien o para mal…Lo ideal sería que todos fuéramos conscientes de esa situación”.
Es imposible dejar de lado que "Take Me To Church", la canción que abrió las puertas de la carrera musical de Andrew lleva en sus entrañas una fuerte crítica hacia la iglesia, sin embargo los orígenes de la música que lo atrapa provienen de una gran espiritualidad. Quisimos saber en qué cree Hozier día a día, a lo que después de una breve pausa y con una cara muy seria respondió...
“Eso es algo que difícilmente puedo responder, porque repentinamente hubo un giro en mis creencias… Creo que incluso al hablar de ateísmo o agnosticismo hay un gran absurdo en tratar de explicar algo que apenas se podría aspirar a conocer. De la misma manera, al hablar sobre Dios, tanto si existe o no, o cualquiera que sea su forma, creo que me siento bastante cómodo con el hecho de ´no saber´. Pienso que una de las cosas más importantes de estar vivo, definitivamente una de las cosas más nobles y maravillosas de estar vivo en este mundo, consiste en ‘no saber’ y tener que enfrentar el vacío que produce el mirar a un universo que parece grandiosamente indiferente a tu existencia. Así que al hablar de Dios… para mí la idea del Dios judeocristiano, el creador que sacrificó a su único hijo en una muerte sangrienta y espantosa para perdonarme por mis pecados 2000 años antes de que yo existiera no tiene sentido. Realmente no creo que esa sea la clase de Dios que quisieras seguir como ejemplo. De nuevo, es como si abofetearas a uno de tus hijos para perdonar a otro niño. Así que no sé, para mí parte de todo está en ‘no saber’, y en ocasiones la discusión se torna tan absurda que para mí sería algo similar a poder concebir o no la ‘existencia’ de algo dentro del vestidor que está a un lado de nosotros, puede o no existir, no lo sé, pero aunque dijera que no, en cierta manera estaría haciendo una declaración de una verdad que no tengo derecho de pronunciar, si digo que existe, también es una declaración de la cual no estoy seguro, así es que a fin de cuentas la discusión es completamente fútil… Al final del día amo estar vivo y me sumerjo completamente en el hecho de ‘existir’, y por el momento estoy contento con el ‘no saber’, me parece que estar en paz con eso es muy importante”.
Sobre el escenario de El Plaza Condesa el soundchek ha comenzado. Para finalizar nuestra entrevista –y después de pedir educadamente una última pregunta- quisimos saber cuáles eran las expectativas de la estancia en nuestro país.
“Mmm, ¿cuáles son mis expectativas? ¡Buena comida! Y… he escuchado cosas maravillosas acerca del público aquí, -tristemente estuve enfermo la vez anterior que suponía debía tocar en México- la audiencia latinoamericana, la audiencia mexicana tiene una reputación que la precede como un público que realmente disfruta pasar un buen rato en los conciertos… el público es muy distinto alrededor del mundo, por lo que puede ser una experiencia increíble tocar para cierto tipo de audiencia, así es que estoy muy emocionado por tocar aquí… Definitivamente me gustaría conocer la ciudad si tengo un poco de tiempo”, finalizó.