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“Cuando comenzamos en la música, la gente aún pagaba por CDs y vinilos y las compañías discográficas eran un tanto diferentes a como son ahora”, recuerda Alexis Taylor, frontman de Hot Chip. En 2021, el grupo británico no solamente se alegra por la vuelta a los escenarios, sino que también celebra dos décadas de existencia. Sin embargo, el tiempo parece no haberle pasado por encima, pues mientras aquel estilo sonoro que reconocemos bajo la etiqueta de indietronica ha acelerado una evolución conforme al ritmo de la época, Hot Chip se ha mantenido fiel a su propia marca, ha forjado su propio camino y ha actuado bajo sus propias reglas: “No pensamos en nosotros mismos como parte de una escena, ni en cómo ésta ha cambiado, ni en si seguimos siendo o no relevantes. Simplemente nos sentimos bien de hacer lo que sabemos hacer”, remata el músico.
Pese al despegue de los proyectos alternos de algunos integrantes, Hot Chip no ha detenido su carrera desde A Bath Full Of Ecstasy (2019). Bien entrada la pandemia lanzó las canciones “Candy Says” y “Straight to the Morning” —la última en colaboración con Jarvis Cocker— y, ahora, se alista para dar a conocer nuevo material: “Tan pronto estemos listos para decir algo más concreto, lo haremos. Pero, sí, estamos grabando música; no es ningún secreto, porque todo mundo puede vernos ahí en el estudio [vía Instagram]. Y realmente lo estamos disfrutando. Estamos buscando tener un álbum completo pronto, listo para salir”, agrega Alexis. El grupo augura que los fans encontrarán este trabajo “ligeramente diferente”; sin embargo, estos cambios no serán más que el reflejo de los últimos dos años, una época “que afectó a todo el mundo, de manera que al otro lado de la frontera han cambiado la cultura y las expectativas de la misma”.
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Cuando nos sentamos a escuchar lo que hemos trabajado, logramos darle cierta perspectiva. Podemos darnos cuenta de que tal vez la experiencia creativa no ha respondido solamente al Covid, sino a todos los cambios que han ocurrido alrededor del mundo, en términos de cómo todos percibimos nuestras propias interacciones con otros humanos. Ha habido un montón de cambios positivos que han estado ocurriendo muy lentamente, y se siente como si parte de eso estuviera en algún lugar dentro de la música”, complementa el frontman.
Pese a esta nueva incursión en el estudio, Hot Chip no había estado desocupado. Durante el incipiente regreso a los festivales alrededor del mundo, el quinteto se dedicó a perfeccionar un formato en vivo bautizado como Megamix, que consiste en una forma aumentada de DJ set —con más temas de Hot Chip que en la mezcla regular—, donde la banda se toma la libertad para modificar la música que escoge mediante samplers, cajas de ritmos, sintetizadores y otros instrumentos. “Lo que me gusta de Megamix es que hay un componente de riesgo. Nunca sabemos qué vamos a obtener y eso es muy divertido. Es un híbrido interesante; es una especie de work-in-progress, así que será genial ver cómo progresa en giras posteriores”, agrega el multiinstrumentista Owen Clarke.
Sin embargo, el grupo ya comienza a cuestionar el impacto medioambiental de los tours y de la forma tradicional de sostener una carrera musical, como lo demuestra la entrega a la organización EarthPercent de las ganancias obtenidas por el sencillo “Losing My Head”. Alexis, empero, cree que tomar decisiones al respecto es más difícil para las bandas más jóvenes que para actos establecidos como el suyo: “Si nosotros decidiéramos hacer menos viajes, aún podríamos mantener algún tipo de carrera solamente lanzando música, lo cual es más difícil para una banda que no ha hecho lo necesario para darse a conocer. Aunque supongo que hay que sopesar las opciones: ¿deberíamos detener las giras así nada más o será mejor continuar dando conciertos? Porque, tal vez, la gente extrañaría algunas cosas culturalmente hablando si todas las bandas desaparecieran para apoyar al medio ambiente”.
Es un gran reto, porque no se trata de detener la cultura. Ni siquiera hay discusión sobre eso; no es posible ni es la forma en la que se va a lograr un cambio. Se trata de ser conscientes del impacto que tenemos personalmente, del de nuestros movimientos y nuestro consumo, así como de las emisiones de carbono provocadas por todo lo que generamos para ser consumido. Podemos sentirnos culpables por eso, pero es justamente por esa culpa y esas discusiones complicadas con uno mismo y con otras personas que podemos llegar a algún lugar”, añade Clarke.
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El Megamix y el live set tradicional de Hot Chip convivirán más en el futuro inmediato, cuando la banda haya encontrado la forma de conciliar las grandes giras con el medio ambiente para ofrecer más presentaciones “dentro de los parámetros económicos, digo, ecológicos… Bueno, también económicos… Y de Covid... Y de Brexit”, agrega Taylor, entre risa. Mientras tanto, México se ha regocijado con el regreso del quinteto tras año y medio de pandemia, el cual ha pasado por House Of Vans (CDMX, 11 de diciembre) y llegará pronto al festival Pulso GNP (Querétaro, 7 de mayo, 2022): “Es interesante cómo la gente busca una liberación tras no haber podido disfrutar de la música en vivo. Aunque, aún así, seguimos un poco a merced de nuestros propios miedos y de las nuevas convenciones, como portar una máscara, mantener sana distancia y demás. Hay múltiples emociones corriendo al mismo tiempo, pero sabemos que México siempre es bueno para demostrar energía y nuestra experiencia puede ser realmente buena. Realmente lo esperamos”, concluye Owen Clarke.