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Tras su presentación en el Corona Capital, celebrado el pasado fin de semana, tuvimos la oportunidad de conversar desde Indie Rocks! con el DJ y productor inglés George FitzGerald, quien nos compartió todos los detalles referentes a su relación con el público mexicano, los retos afrontados al momento de subir al escenario de un festival y la particular manera en la que nos relacionamos desde lo humano con el mundo de lo aparentemente sintético, encontrando la pureza del relief en los sonidos de la electrónica contemporánea.
La carrera de FitzGerald se ha visto plagada de momentos destacables desde hace poco más de 10 años, contando con colaboraciones de actos como Lil Silva, Tracey Thorn (Everything But The Girl) o Bonobo, pisando escenarios del electro avant garde de manera internacional y contando actualmente con un total de cuatro aclamados álbumes bajo el brazo. El regreso a escenarios en tierras nacionales tras la reciente emergencia sanitaria pareció formar parte de esos puntos rojos dentro en la trayectoria del inglés.
Cada vez que vengo es mejor, hubo algo en el show de aquella noche que capturó la sensación post pandemia, algo extra por parte de la multitud, una especie de liberación de energía tras todo lo que ha pasado”.
El volver al oído público en el contexto de un festival cambia ligeramente las cosas para todos los involucrados, el mayor reto para los artistas se convierte entonces en afrontar la diversidad de los escuchas para llegar a cautivarles.
La belleza de los festivales es que expones tu música a nuevas personas. […] Debes lograr mantener su atención, unir aún más los momentos grandes, ellos no tienen por qué estar frente a ti, hay muchas más opciones, conectar es esencial.”
El puente entre lo humano y lo musical se ve canónicamente protagonizado por los aspectos más orgánicos de la melodía, en el caso de FitzGerald los sintetizadores y secuencias ofrecen una tangente bien explorada pero poco expresada por quienes conforman el gremio de lo electrónico.
No puedes cambiar el hecho de que es sintético pero la virtud de la música electrónica es la sensación de escapismo que le da a la gente. No aterriza constantemente como cuando tienes voces y cuerdas sonando, te transporta”.
Es esta filosofía alrededor del sonido la que ha guiado al artista a través de los últimos años, desde el respiro forzado de confinamiento obligándole a enfrentar su mundo interno para nutrir el impulso creativo hasta renovar su proceso de composición en pro de lo sensorial.
“Antes me concentraba mucho en el aspecto técnico, grabar bien, usar el equipo adecuado. Creo que ahora me guio mucho más por la sensación que deja. […] Al final es lo que le importa a las personas, cómo se siente una canción. Un track increíblemente producido que no es una buena idea nunca será una buena canción, pero una gran canción mal producida seguirá siendo una gran canción”.
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Así y tras el estreno de “Ultraviolet” vía Domino Records a finales de septiembre, FitzGerald nos prepara para los sonidos del futuro cercano, envuelto de ganas de volver a México para contagiarnos de esa calidez entre el mar de lo sintético.
La ciudad es tan grande que no sé por dónde empezar, he estado en otros lugares como Tokyo o Londres donde todo es igual de cambiante. La Ciudad de México es asombrosa, casi abrumadora, me hace querer volver tan pronto como sea posible”.