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La artista chileno-americana habló con IR! sobre su nuevo álbum, sus momentos difíciles, los planes con la comunidad LGBTTQ+ y de la nostalgia del pasado. “A veces uno como músico se desensibiliza, se distrae y piensa si lo que uno está haciendo tiene sentido ¿sabes? Creo que, aunque nosotros lo hacemos desde lo personal, eso tiene el arte, que el sentimiento es de todos, ya sea una canción, un poema, una película e incluso una serie me hacen sentir menos sola, me hace sentir que existo. Yo escribo desde la necesidad, entonces me hace sentido que esa búsqueda interna también termine siendo genérica, a todos nos pasa. Mi dificultad artística ha sido callar el ruido de afuera para escucharme y entender cuál será el siguiente ciclo. Me da placer diseñar una carátula, crear una canción, pero no me cuidé y no paré por años y eso me pasó factura, me cuestioné hasta la existencia”.
Sobre sus canciones dice. “Creo que no hay un tema del que yo no esté dispuesta a hablar o cantar si siento que lo que estoy diciendo tiene sentido. Por ejemplo, en la canción 'Tajo Abierto' (Tajo Abierto, 2014) canto una situación compleja, es un tema difícil para mí porque de pequeña sufría mucho con cortarme y, si bien me atreví a hablar sobre eso, fue hasta cuando escuché 'Hurt' de Nine Inch Nails que no podía creer que hubiera un artista que hablara de cortarse y no tuviera una vergüenza paralizante; yo la escribí con disfraz, con letra 'quirúrgica' y así puedo cantar sobre ansiedad, el deseo o lo que sea, pero siento que mi límite está después en tener que hablar sobre eso, pues soy muy respetuosa para contar las cosas de mi vida, siento que no son interesantes para nadie más que para mí. En este álbum, Adentro, hablo de la ruptura todo el tiempo, y, aún así, he protegido la ruptura como tal, no cuento los detalles de la relación”.
Lo más difícil de ser artista. “El momento más complicado para mí, hablando con cronología de mis discos fue entre Tajo Abierto y La Fortaleza, fueron cinco años difíciles en lo personal para mí y estaba desenamorada de la música, pensé en retirarme e hice música para comerciales, para otra gente y pensé en que ya no servía para esto, y eso me estaba ocurriendo porque estaba teniendo problemas con la salud mental, estaba sola y me sentía mal, siento que como artista independiente chilena tuve que empujar y empujar y ahí me estaba llegando el costo. En 2017, Muérdete La Lengua cumplía 10 años y un amigo me habló para decirme que qué haría para celebrar y yo estaba en un mood terrible y recuerdo que le dije que no valía la pena que la gente me escuchara, que era una artista de mierda. Fue una época muy oscura, me costó mucho salir de ahí y empezar a salir al mundo con mis creaciones, además que ya sentía un burnout por giras, disqueras y todo eso”.
Una vuelta al pasado. “Ver hacia atrás y recordar con nostalgia todo eso lindo que he pasado en mi carrera me hace emocionarme porque a veces, uno no se detiene a ver lo que ha logrado; para bien o para mal, soy auténtica y el costo es que uno no siempre será el centro de relevancia, pero uno siempre va a ser coherente, no me da miedo pensar si va a gustar algo o no. Sí, creo que la música es algo que me ha acompañado, incluso con las artistas que me gustan, mujeres en su mayoría, porque me han acompañado en momentos difíciles. Así nació Ruidosa, porque yo quería aprender de sus viajes, empaparme de ellas igual”.
Lo que se viene con la comunidad. “Si bien no formo parte de la comunidad LGBTQ+, desde los inicios de mi carrera me he sentido apoyada en Chile, México y en toda Latinoamérica, es una comunidad que amo y de la que aprendo. Justamente, el Festival Ella es sobre la gestión cultural, la feminidad y las minorías; para mí se viene música, alianzas y storytelling, sigo haciendo cosas con Todo Mejora y voy a seguir promocionando 'Juan' ¡Estoy de vuelta!", finalizó la también activista.