Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Indignante, atroz, escandaloso. Todas estas son traducciones literales de la palabra Shanee’a, un atributo decididamente connotado por la realidad de Kuwait y otros países árabes. Recientemente, se ha convertido en un adjetivo común entre la comunidad queer de la región. Es una mala pronunciación de esta palabra en inglés, Shaneera (2017), la que da título al más reciente material de Fatima Al Qadiri y, ultimadamente, a una suerte de alter ego de la productora kuwaiti.
El trabajo musical de Fatima Al Qadiri se ha caracterizado por habitar una difusa línea entre el pop y la crítica cultural y por tener una carga política que, aunque notable, es cada vez más común en la música electrónica. Con motivo de su visita a México como parte de la primera edición del festival Sónar, le hicimos a Fatima Al Qadiri algunas preguntas sobre el origen de su trabajo, su estado actual y lo que podemos esperar en el provenir.
Lo primero que salta a la vista del trabajo de Al Qadiri es su dimensión visual, con imágenes que van del sinofuturismo a los videojuegos de guerra. “Me interesan los géneros musicales y las expresiones post-coloniales de poder”, nos dice. Lo primero es evidente en su ecléctica producción musical, en donde ha explorado géneros como el juke, el hip hop, el dubstep y hasta la música vocal islámica y el trance gregoriano noventero. Lo otro, viene probablemente de su infancia en Kuwait durante la Guerra del Golfo. “El periodo anterior y posterior a la guerra afectaron gran parte de mi pensamiento, pero mudarme a Estados Unidos cuando tenía 17 para estudiar la universidad también fue un momento seminal. Pienso que la mayoría de las obsesiones empiezan cuando uno es joven y empezamos a reflexionar sobre nuestras experiencias conforme vamos creciendo”.
Las identidades culturales y sus manifestaciones mediáticas parecen ser, pues, una obsesión para Al Qadiri, pero ella rechaza la idea de que su música es una reflexión sobre la identidad árabe en la contemporaneidad. “Nada de mi música lidia con algo tan vasto como la 'identidad arabe'… ese nunca ha sido el objeto de mi música. En Asiatisch (2014), decidí explorar representaciones post-coloniales de China y de la cultura china”. Estas preocupaciones por las iteraciones culturales la llevaron a colaborar hace unos años con la artista de Qatar, Sophia Al Maria para observar y teorizar sobre un fenómeno que llamaron “Futurismo del Golfo”, una manifestación de la cultura islámica influenciada por las nuevas formas de consumo y el imaginario del futuro. “Ambas somos fans de la ciencia-ficción… Yo, personalmente, entré a ella muy joven, a partir de un aspecto distópico que estaba presente en Kuwait durante la ocupación de 1990-1991… La influencia más grande fue ver Akira cuando tenía 11 años”.
Su producción anterior, Brute (2016), lidiaba con la brutalidad estatal. Shaneera, con los roles de género rígidos y la forma en que se desafían ¿De qué forma puede la música ayudar a derrocar los regímenes de violencia? “No creo que la música por sí misma haga nada, es la forma en que la gente se relaciona con ella. Quizás, su existencia normaliza ciertas expresiones de género. Quiero ser clara, la idea de la sexualidad binaria siempre ha sido un concepto colonial del oeste y no parte de la cultura árabe. Va a ser un proceso largo y doloroso el de desarticular estas ideas. Pero, una vez más, la música no derroca nada. Solo puede inspirar a la gente a reflexionar y, con suerte, actuar.”
Actualmente, Al Qadiri se encuentra celebrando el premio que ganó en Cannes por Atlantiques, la película de Mati Diop para la cual compuso la banda sonora. “La directora Mati Diop me contactó por Facebook hace tres años. La colaboración fue muy desafiante pero muy satisfactoria. Espero que haya más colaboraciones de cine en el futuro”.
Aprovechando esta proyección al porvenir, le hacemos a Fatima la pregunta inevitable: ¿Qué podemos esperar de su set en Sónar? La respuesta es críptica y nos deja expectantes. “Shaneera es una chica mala, le gusta la fiesta…” Qué lejana se siente de pronto la fecha del festival.