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Luis Alberto Spinetta decía que “las almas repudian todo encierro” y ahora, al resonar ese fragmento de su canción, me hace valorar lo que las almas nos murmuran noche tras noche. Me resultó curioso el poder que me transmite esa frase después de esta charla, pues la conversación que tuve con Emmanuel Horvilleur me orilló a la naturaleza.
Contado como una película para ciegos, ésta era una mañana de mayo en la que me contacté —por Zoom como es ahora “normal”— con Emmanuel para platicar sobre su más reciente álbum: Pitada (2021). Un trabajo que surge de su necesidad por juntarse con amigos y tocar instrumentos respirando aire libre. Y ahí continúa estando, en un campo en las afueras de Buenos Aires. Y aunque la paz que me transmite su imagen a través de una videollamada podría reflejar un ser que viene del futuro para contarnos buenas nuevas, no lo es; sin embargo, dentro de este túnel oscuro Emmanuel encontró una luz, la misma que nos comparte con sinceridad.
Uno siempre le mete pensamientos positivos a todo, si éste no existe no tendría mucho sentido la humanidad; pero de un tiempo acá las cosas se han ido complicando, no solo para Latinoamérica, sino en todo el mundo. Lo que sí sé es que nosotros los músicos nos hemos refugiado en la sonoridad interna. Y dentro de todo esto, yo por ejemplo, saqué Pitada, un disco que a mí me hace sentir muy bien y que a mucha gente también seguramente, quizá por la alegría de las canciones y lo que el entorno necesita recibir”, expresa el músico.
El tema nos introdujo por completo en Pitada, su más reciente trabajo. Un disco que crece en cada momento desde su nacer; como una película que no se necesita mirar, sino escuchar. Un disco natural que esta pandemia inconscientemente exigía.
Todos sabemos que la línea de tiempo se inicia en marzo de 2020 en Argentina y el resto del mundo en donde se activa esta situación de mantenernos encerrados en casa, de no poder tocar durante todo ese año pasado y el actual. Pero un poco la respuesta mía desde mi trinchera de músico, en cuanto se abrió un poco el espacio de “libertad”, decidimos movernos al campo y es allí donde comienzo a replicar canciones mías pero con su naturaleza y la de mi entorno; llevar esa música de más de 15 años y transportarlas a ese estado oriundo, intentando poner sobre la mesa sonidos que posiblemente le hace bien a la gente, a esa gente que no tiene la posibilidad de irse a un campo y que yo intento conducirlos durante 55 minutos a ese viaje ¿viste?”, confiesa Emmanuel con un brillo en su mirada argentina.
Parece que son momento de descubrimientos, de explorar y explotar. De esa manera Horvilleur intenta entregar Pitada; un trabajo acústico, sin tanta producción y con una esencia distinta a los que solemos escuchar de Emmanuel, pero que a la vez… es su más real naturalidad.
Te has dado cuenta que hablo mucho de la naturaleza, y específicamente en la mía como músico es tomar una guitarra y crear música. Pero vamos, yo ¡amo la música! Amo los sintetizadores, amo el estruendo, amo el funk. Pero a la vez también mi esencia es agarrar la guitarra y cantar canciones. Y es así como nacen esas ganas de plasmar ese Emmanuel que soy yo; el otro Emmanuel, el que produce y al que gusta bailar y las guitarras ruidosas, es un traje que me pongo como si fuese un superhéroe; el Emmanuel más normal… es éste, el de guitarra acústica desafinada. Y es por eso que fluye tan normal y así localicé la manera de compartirme abiertamente, fragmenta el verdadero Emmanuel.
Así bien, Pitada se vuelve un álbum de un despertar y que es enriquecido de grandes colaboraciones —apegándose a esa era de “feat”— que dan una belleza a tres temas en particular:
En la intención de alimentar Pitada, contacté a Bándalos Chinos para 'Llamame', a Zoe Gotusso que vino a dejar su dulzura en 'Amor loco' y Chiara Parravicini que también elevó con su interpretación dorada y su mística. Tres canciones, tres invitados, tres altos niveles. —Añadiendo el artista— También está mi novia Evangelina Bourbon, que es bailarina y que participa en la canción 'Cosa loca'; que nace en una ocasión que yo estaba ahí tocando la guitarra y ella comenzó a corear una improvisación, grabé rápidamente y así surge. Ejemplos como éste demuestran que Pitada es algo nuevo y natural”, narra el hombre.
La plática se extendió. Los sentimientos comenzaron a frotar, más cuando se puso en la mesa ese salero de influencias con el que Pitada fue sazonado, pues en las 13 canciones se siente la claridad de grandes acompañantes de Emmanuel, como Luis Alberto…
Spinetta con una guitarra y su voz llenaba el espacio con todo; lo he vivido personalmente. Entonces si me puedo acercar o parecer que me acerco un gramo a ese espíritu, digamos… me hace feliz —suspirando el artista—. Con eso respondo sobre esas influencias que se encuentran en Pitada y que son parte de mí: desde Fito, Charly, Alberto o Cerati; pero también como Lucas Martí o Dante Spinetta. Son músicos que siempre he escuchado con gusto, con los que he crecido como una escuela cruzada y que somos parte de una crianza en común y, bueno, eso está y estará en mí: son mi familia”, narra el compositor.
En el final de túnel en Buenos Aires (como en gran parte del mundo) aún no se ve alguna luz; sin embargo, Emmanuel esperaría “haya luces de colores al final”. Mientras esto ocurra, Horvilleur soltará Pitada después de entregarlo a su público y así comenzar con lo que sigue, posiblemente sería un “Xavier vol. 2”. No se sabe bien, él solo está aprovechando este tiempo en un montón de canciones y con la intención de un nuevo disco de estudio. Por lo mientras, Emmanuel nos invita a cantar sus canciones que, casualmente, le dan ganas de cantarlas solo si lo acompañamos.