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Era un día normal, el mundo giraba y la ciudad vivía en su monotonía; en algún lugar de la CDMX, algunos amigos cercanos y periodistas selectos (no más de 10 en total) nos reunimos para ver cómo el mundo se detenía, como dejó de girar por tan solo un momento. Esas son experiencias que reconfortan, que te marcan. Y ¿cuál fue la razón? La nueva escucha del trabajo más reciente de la regia Ely Guerra, un ícono en la música con una trayectoria implacable, innegable y envidiable.
En un silencio total, todos disfrutamos de un vino, de un whisky y los más recatados, un vaso de agua fría; Ely estaba feliz, extasiada y era una gran celebración poder mostrar el trabajo que le tomó casi siete años de altibajos, ella solamente bebía agua tibia, claro, para conservar en excelente forma el instrumento más potente, y el protagonista del álbum Zion, su propia voz. El disco verá la luz a finales de septiembre, junto con una serie de presentaciones conmemorativas en el icónico Centro Cultural Roberto Cantoral, además del adelanto de un guión Teatral que representará a Zion el próximo año.
Con una duración de 37 minutos y nueve tracks, Zion hace olvidar las penas, detiene el mundo y te lleva al propio; este disco, lejos de ser llamado así, es una experiencia completa; la primera escucha te deja sin palabras y las experiencias que la artista compartió sobre la gestación de este nuevo proyecto, complementan la vivencia. Bien se dice que este no será un material que habrán de escuchar en la radio, pero sí se asegura que cada persona que lo escuche le dará interpretación propia; no habrá medias tintas y generará opiniones binarias.
Este es un trabajo muy arriesgado, similar a aventarse al precipicio y esperar que el paracaídas abra; según la misma Guerra, a este punto, después de 20 años de carrera artística, no tiene nada que probar y está consciente de la osadía que plantea. Es un statement para otros artistas, a que estos se atrevan a explorar y experimentar, ya que, como dice ella, el mundo no está quieto y el país ciertamente está sufriendo un cambio. Asegura que Zion rebasa los parámetros comerciales y contiene un periodo de su vida en el que encontró frustración y a veces la inspiración no llegaba; tomó su tiempo porque había días de asueto, de descontrol y por otro lado, en días grababa en una sola toma y su intuición le indicaba que la canción estaba finalizada. Todos los tracks son primeros takes y lluvia de ideas que la iban empujando; al terminar el álbum se sintió ridícula pues en siete años, dice, solamente escribió 37 minutos, pero al final, con opiniones de colegas y expertos en producción, ella sabía que no necesitaba más.
Muchos dirán que lo que creó se sale del molde, que no es nada similar a lo que nos tenía acostumbrados; lo cierto es que Ely Guerra siempre fue, es y será camaleónica, única y como su apellido lo dice, una guerrera; es una artista que se encuentra en el mejor momento de su carrera y su voz tiene una forma inmejorable a sus casi 50 años, ella desea morir haciendo esto, su gran pasión. El disco será atemporal, no habrá una sola generación ni un grupo selecto de personas que lo escuchará; es intuitivo, porque ella misma explica que fue su intuición femenina la ayudó a decidir qué camino seguir y hasta dónde llegar.
Finalmente, explica que los nueve tracks de Zion se escribieron en tres lenguas distintas, que son español, inglés y portugués, lenguas que ella habla con naturalidad. Decidió utilizar sonidos naturales, susurros, conversaciones como background, silbidos, aplausos y hasta aves cantando, todos ellos sonidos que acompañan al único instrumento necesario: su voz. Canciones como la propia “Zion”, con un tono ecléctico y celestial; “Atrium”, con melodías y poesía en prosa y “Mía Patria”, que para ella es una reversión del himno mexicano como una reinterpretación del nuevo patriotismo, del peregrinar. Si el álbum es una experiencia en solitario, no podemos esperar a verlo representado en teatro el siguiente años; además del disco físico en tiendas, con arte creado en Chapa de Mota, en el Estado de México, también tendremos las versiones digitales de Zion y hasta un vinilo en edición especial.