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Elbow es de esas bandas que pueden empezar como un gusto adquirido y llegar a ser el gran soundtrack de un increíble momento en tu vida. Su música puede llenar de paz, plenitud, vigor, melancolía o furia, a veces incluso en una sola canción. Tras 23 años de carrera, ha realizado su disco más oscuro y cálido, su yuxtaposición más pronunciada. Una bestia que destruye mundos y le canta canciones de cuna a sus hijos antes de dormir. Eso es Giants of All Sizes, un tesoro más añadido a su ya aclamada carrera, y lo traerán en vivo a la Ciudad de México para su primer show en solitario. Con esta visita en mente, platicamos con Guy Garvey, líder y autor principal de la música, acerca de sus expectativas de volver a México, el proceso de composición del disco y sus inspiraciones más recientes.
“Realmente nunca nos ha tocado ir formalmente a visitar México y estamos muy emocionados. La última vez que fuimos, estuvimos en el Corona Capital de 2017 muy de parada rápida, y resultó ser uno de los mejores públicos para el que hemos tocado. Fue muy emotivo recibir el entusiasmo de la gente mientras cantaba con nuestras canciones y se movía en unísono. Nos hizo sentir muy bienvenidos y ahora las apuestas están más altas. Es nuestro primer show en solitario, y lo hemos esperado desde Navidad. También voy a hacer más turismo y a escuchar a artistas locales, justo para llevar a mi show de radio y ampliar mis recomendaciones,” empezó entusiasmado Garvey.
Elbow viene de Bury, Englaterra y se compone de Garvey (guitarra y voz principal), Craig Potter (piano, teclados y productor), Mark Potter (guitarra y voces secundarias) y Pete Turner (bajo). Se conocieron en 1990 en la Universidad de Bury y empezaron a tocar juntos bajo el nombre de Mr. Soft, pero nada realmente serio y concreto. Se rebautizaron como Elbow en 1997 y empezaron formalmente su carrera. Su disco anterior, Little Fictions, fue un pasaje mágico a una tierra llena de sonidos tenues y sorpresas rítmicas, pero mucho más dócil que otros álbumes. Para Giants of All Sizes empezaron a tener otras cosas en mente.
“Justo al terminar de grabar Little Fictions, empecé a escribir las canciones para Giants of All Sizes casi inmediatamente. Hicimos el tour, cada quién reanudó su vida y luego empezamos a componer cada quien en sus casas. La mayor parte del disco se grabó en Hamburgo, Alemania. En cuanto empezamos a compartir ideas, vimos que la música nos estaba llevando a un estilo más de rock progresivo,” continuó Garvey.
Giants of All Sizes puede ser apreciado como un compendio de la vida inglesa a finales de la década, tanto de forma política como social. La situación del Brexit representó una incertidumbre monumental entre los miembros de la banda, quienes querían comunicar todo lo que estaba pasando tanto en sus cabezas como en el colectivo social, casi como un grito de guerra y una alegoría esperanzadora todo en un mismo mensaje. Aunado a eso, hubo otros problemas personales que, lejos de aislar a la banda, los hizo comprender que no era el fin de una época, sino otro momento para aprender.
Líricamente, nos costó trabajo componer himnos positivos en contraste con lo que estaba pasando en Inglaterra, como lo del Brexit, el bombardeo en el estadio de Manchester y el incendio de la torre Grenfell. Personalmente, también hubo situaciones muy delicadas; yo perdí a mi padre y a dos amigos cercanos. Todos estos sucesos influyeron de alguna forma en que el disco sonara más pesado y robusto - hasta agresivo. Sin embargo, aún tiene un poco de alma y esperanza, y fue ahora más complicado encontrar esos factores en nuestra composición,” relató Garvey.
Todos estos momentos sirvieron de inspiración para una mayor versatilidad en la instrumentación y en las letras, lo cual resultó en una de sus etapas más prolíficas y felices como músicos.
“Escribimos de 30 a 40 canciones; el disco consiste en las mejores 9 de esas sesiones. A nosotros nos gusta crear y completar historias con lo que componemos; si el escucha está pasando por alguna situación personal en su vida diaria, nos gusta pensar que nuestras canciones lo están transportando o terminando la historia para bien, que se sientan cambiados de alguna forma,” detalló Garvey.
El deseo por expandir su sonido los llevó a colaborar con Jesca Hoop, una de las promesas de indie folk más grandes de la escena alternativa actual, y quien ha trabajado con Sam Beam de Iron & Wine en varios proyectos aclamados. Su estilo idiosincrático y juguetón la hizo una adición perfecta a lo que estaba cocinando la banda, y es quien los acompañará en su próximo recital en la CDMX.
“Jesca es una de las mejores cantautoras existentes hoy en día, y me da gusto llamarla una amiga personal. Cuando compusimos ‘Dexter & Sinister,’ empezó como una sesión de jamming entre cinco hombres, con riffs pesados y una vibra contagiosa. Pero al llegar a la segunda parte de la canción, concluimos que le faltaba una presencia femenina. La contactamos diciéndole que estábamos empezando un nuevo material y ella gustosa aceptó participar. Le gusta experimentar en el estudio más que a nadie y sus contribuciones elevaron la canción a otro nivel hermoso y más profundo. Ella escribe del corazón, igual que yo, así que tenemos eso a nuestro favor,” contó Garvey.
Al final del día, Elbow es una banda que quiere abrazar al escucha; que quiere contagiar su melomanía y enigma para hacernos descubrir nuevos detalles y sentimientos cada vez que escuchamos sus discos. Su producción intrínseca, su ambición instrumental y sus letras que oscilan entre la abstracción y el romanticismo los han llevado a ganar el Mercury Music Prize y a conquistar estadios en todo el mundo. Pero lejos de lo colosal que puede sonar, lo que más les da satisfacción es la calidez en los pequeños detalles, como el amor, la familia y el saber que habrá un mañana soleado.
“La música siempre me hace sentir como en casa, independientemente de lo que escriba. Un par de ejemplos son ‘My Trouble’ que no escribí específicamente para mi esposa, sino la sensación y la conciencia que tengo al tener a mi lado una compañera, una pareja y una amiga. Es como una nota para mi yo del futuro y que recuerde lo que tengo para atesorarlo, y espero que resuene con la gente que la escuche. Por otro lado, ‘On Deronda Road’ fue inspirada por un paseo que hice con mi hijo en autobús. La simplicidad y maravilla en sus ojos y en el viaje fue lo que me inspiraron; son todas esas pequeñas cosas. Cabe destacar que también me inspiré cuando le puse el disco Mama Said de Lenny Kravitz mientras lo bañaba. Ver cómo respondía con alegría a sus canciones y a la actitud también me incitó a escuchar más discos así, con melodías menos complejas y mayor potencia,” concluyó Garvey.