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“No sabemos que va a pasar”, frase que ha retumbado no solo en mi psique sino en el inconsciente colectivo global, sincronía perfecta con la frase en voz de Álbaro Arizaleta, mientras que a su lado Cristina Martínez asiente, coincide y remata: “nos costó mucho aceptar esta situación”. A pesar de todo El Columpio Asesino sigue meciéndose gracias a la energía del viento de la creatividad, y vía zoom desde su cuarto de ensayos, las voces de la agrupación comparten su sentir al respecto del extraño y fatídico año que está por terminar.
“El aislamiento nos pilló con las maletas antes de viajar a México”, refiere Álbaro con ánimo de decepción por los planes coartados, nuestro país sería sede del primer concierto del tour promocional del disco Ataque Celeste por Latinoamérica que apenas fue lanzado en febrero, y a modo de un extraño compromiso con los fans mexicanos, el Festival Marvin será el lugar de esta presentación: “Hemos hecho ya tres conciertos en streaming pero no es para nada lo que nosotros queremos. Extrañamos el contacto físico con los fans”, expresa con pesar Cristina.
Esto no se entiende sin el público, el rock fue algo que se hizo para contaminarnos los unos a los otros, ahora nos encontramos en el extremo opuesto, lo que se supone es la forma más correcta y aséptica que hay, es muy extraño, no hay círculo que se cierre, de momento no existe otra forma y hay que tomarla”, refiere Álbaro al respecto de retomar actividad después del total aislamiento en el cual ocuparon su tiempo para descansar y estar un poco desconectados.
Después de pensarlo unos segundos, “Caballito ingobernable” sería el nombre elegido por el baterista si es que escribiera una canción que relatara los sucesos que han enmarcado este año infame para la música en vivo. “Este año yo lo borraría directamente con una goma de borrar”, dice enfática Cristina. “Toda tiene su lado positivo y su lado negativo, hasta ahora nos hemos centrado en el lado negativo del modo que esto no ha dejado de ser una gran faena, perder todos los conciertos que hemos perdido, esta crisis nos ha enseñado a relativizar y a ver con otro enfoque la vida, la humildad es la lección que nos llevamos”. Estas palabras de Álbaro expresan el sentir de mucha gente que ha encontrado en la música cierta salvación ante las tribulaciones y sentido a las difíciles lecciones que hemos aprendido.
Ante la nueva normalidad, las presentaciones vía streaming han emergido como una nueva opción de consumo de música en directo, y aunque Álbaro no ha presenciado ningún show de esta forma, Cristina refiere que “ha cogido la depre” al presenciar una transmisión. “He preferido leer más y hacer mis mundos mentales que otra cosa, he estado leyendo a Luis Buñuel y acabo de terminar Señora de Rojo Sobre Fondo Gris, y escuchando música de la banda de mis paisanas llamada Melenas”.
"Yo toco como si estuviera ante 2000 personas, en ese aspecto lo damos todo, estando ante la gente o ante las cámaras, intentamos transmitir toda nuestra energía”, esta fiel y gratificante actitud nos espera en la presentación de El Columpio Asesino como parte del Festival Marvin, el cual será el motivo perfecto para cerrar cierto círculo con los fans mexicanos, y tratar de cierta forma saldar una deuda con aquellos que ansiamos presenciar su accionar en vivo, el cual, afortunadamente, no es el único motivo del regreso a las actividades de la agrupación.
Nos hemos visto obligados a trabajar en nuevo material”.
Con estas palabras y a través de una pantalla, como han sido la mayoría de las comunicaciones en estos últimos meses, Álbaro y Cristina apenas comenzaron un largo día de charlas con diferentes medios, pero siempre amables, refirieron a modo de despedida y con candor el cariño que nos guardan. “Nunca expreso todo el amor que le tenemos a México, lo que los extrañamos, con todo nuestro corazón cuídense mucho y esperamos volver a verlos pronto”, con un adiós y un beso surcando el Atlántico, un click desvanece la imagen en pantalla, pero la música que nos espera y las ansias por volver a salir al parque a jugar nos seguirán dando esperanza.