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Este pequeño prólogo sirve como vestíbulo de la conversación que tuvimos con Colin Caulfield y Ben Newman, bajista y baterista respectivamente, integrantes de DIIV.
El ser visceral siempre se ha visto con un dejo de reprobación y aversión. Se considera, en la mayoría de los casos, que el ser visceral corresponde a una maldad intrínseca con la que se busca infligir daño o, cuando menos, actuar de manera dura frente a las situaciones. Pero el actuar con la tripa es una muestra de vulnerabilidad y una manifestación de sensibilidad que puede traer consigo una expresividad infinita.
El motivo principal de nuestra breve charla era el lanzamiento de su nuevo material de estudio Deceiver, que saldrá al público a partir del 4 de octubre de este año, y del cuál ya pudimos disfrutar con antelación. “Es verdad que el disco suena más crudo que nuestros trabajos anteriores y que puede parecer más visceral, pero en realidad es parte de nuestro proceso como individuos y como banda. Hemos crecido desde la primera vez que tocamos juntos y de nuestro primer álbum y eso es algo que se ve reflejado en este último álbum”.
Ya han pasado más de tres años desde que la banda de Brooklyn sacó a la luz su segundo disco Is the Is Are con el que logró cimentar su carrera y amalgamar un sonido que la volvió única. Pero la espera vale la pena, además de que fue parte de un proceso de aprendizaje y crecimiento tanto personal como musical. “Nos tomamos el tiempo que creímos necesario para que pudiésemos crecer y experimentar con nuestro sonido. Además los momentos de vida por los que cada uno de nosotros pasamos nos hicieron tomar las decisiones adecuadas para que el fruto fuera este nuevo álbum”. Para Colin y Ben conceptos como el arte y la música son de vital importancia. “Es curioso describir lo que es el arte, lo que para nosotros es la música, pues vivimos de ello. Pero creo que el arte va más allá de una forma bella o un sonido armonioso; tiene que ver con algo más puro que surge del corazón y de las entrañas. El arte es así… visceral y hermoso”.
En retrospectiva, la cantidad de tracks y material discográfico de la banda ha sido relativamente escaso en comparación con lo que estamos acostumbrados a recibir de otros exponentes de la industria musical y ha ido mutando de un álbum a otro, algo que puede ser perjudicial en cuanto a números. “En realidad no nos importa tanto el que quienes nos escuchan puedan decepcionarse o estar molestos por cómo sonamos. No nos importa tanto como ser auténticos y honestos, ¿sabes? Sacamos los discos, sencillos o tracks que nos hacen sentido. Creo que nadie le debe nada a nadie, quizá desde nuestra posición sí deberíamos de decir que le debemos algo a nuestro público, pero si hay algo de lo que de verdad tenemos la obligación es de hacer música honesta y con la que nos sintamos satisfechos. Por eso tardamos tanto en sacar un álbum y por eso puede que suenen tan diferentes entre sí nuestros discos. Todo es parte de nuestro proceso de vida, no somos quienes éramos hace unos años, ni siquiera quienes fuimos ayer, entonces ¿por qué deberíamos de sonar igual que con nuestro primer disco? No nos preocupan los números, el dinero, queremos ser congruentes con nuestros pensamientos y con lo que hacemos día a día”. Concuerdo completamente con esa respuesta.
Para el final de la entrevista agradecieron al público mexicano por su acogida y, concretamente, el cómo fueron recibidos en la segunda edición del festival HIPNOSIS en 2018. “Son un público increíble… Nos hacen sentir bienvenidos desde el momento en el que salimos al escenario y la energía con la que nos envuelven es simplemente indescriptible”. Así que nos prometieron tenerlos pronto en México, nos dan la esperanza de poder escucharlos de nuevo en nuestro país con su nuevo material y una nueva energía sobre el escenario. Esperemos que ese día llegue pronto.