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Entrevista con Derby Motoreta's Burrito Kachimba

Entrevista con Derby Motoreta's Burrito Kachimba

El grupo sevillano nos platicó sobre Hilo Negro, su nuevo álbum, y sus planes en el futuro.

Un mundo violento y desabrido, gris, se convierte en el caldo de cultivo para imaginar mejores escenarios. De ahí viene la contradicción latente en el concepto de quinquidelia, un estilo de música psicodélica, salvaje, de guitarras fieras y letras místicas, influida por el crudo cine de realidad social conocido como quinqui, popular en la España de los 70: “da la casualidad que, aquí en España, todo ese movimiento quinqui ha sufrido un revival. Eso nos ha ayudado a que la banda sea conocida a estos niveles en los que estamos”. Así lo comenta “Gringo”, guitarrista y responsable de la identidad visual de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, el grupo pilar de la quinquidelia.

Cuando arrancamos la banda, con los primeros ensayos, lo primero que nos salía cuando escuchábamos las primeras canciones era: ¡ostia! ¡Qué cafre es esto, qué quinqui, qué salvaje! (risas)”, cuenta “Gringo”.

Fue en el Festival Marvin Gateway cuando nos topamos por primera vez con el grupo sevillano Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Una estética de video antiguo retrató un sonido que a la vez parecía tan añejo como adelantado a nuestra época. Éste resulta ser una mezcla de psych con stoner rock y cantos de estilo flamenco que narran poéticas místicas de referentes ultraterrenales: “Nos gusta que las letras ayuden al viaje que propone la música. Entonces, la música te va llevando a un sitio mientras la letra te va acompañando, y ésta te va dejando cosas inconclusas para que tu propio viaje las complete”.

Así quedó plasmado en el debut homónimo del quinteto (2019), un álbum que “Gringo” recuerda más como una compilación de singles que como un trabajo conceptual per se. Por ello, Hilo Negro (Primavera Labels, 2021) ve al grupo aterrizar un concepto desde la gestación de las primeras ideas hasta una preproducción meticulosa, que derivó en diez cortes cargados de sitara, teclados y aguerridas exploraciones lisérgicas: “Muchas veces nosotros decimos que Hilo Negro es realmente nuestro primer disco, porque sí está pensado y consolidado así, como un disco”.

Si bien la prensa los compara constantemente con King Gizzard & the Lizard Wizard, es claro que los Motoretas se sienten más cómodos con otro referente del pasado: el rock andaluz. Este movimiento cultural, abanderado en los 70 por grupos como Triana y Smash, es parte importante de la historia del rock español por su mezcla de flamenco con las tendencias del rock progresivo de su época. Derby Motoreta’s, que involuntariamente siguió esta vena, ha encontrado en ello una puerta a nuevos oídos.

Hemos conectado con un espectro amplio de público: desde un público más mayor que vivió la época de los 70 y conecta con canciones que hacía mucho tiempo que no experimentaba, hasta los hijos de esta gente, que tienen 22 o 23 años y nunca habían visto una banda de rock dándolo todo en un escenario”, comenta “Gringo”.

Actualmente, Derby Motoreta’s promociona Hilo Negro mediante una gira alrededor de España con todas las medidas de salubridad: “todos los días le ponemos un par de velas a la Virgen para que podamos acabar la gira con la gente de pie”. Su intención tras finalizar es “cruzar el charco” y llegar a Estados Unidos y Latinoamérica, donde le espera un público ávido de nuevas experiencias sensoriales.

Una de las fantasías de la banda es ir a México y tocar. Tenemos casi la certeza de que cuando toquemos allá, va a ser una misa pagana donde habrá sacrificios rituales y entraremos todos en un viaje psicodélico maravilloso de una hora y media (risas)”, remata “Gringo”.

El grupo, desde ya, comienza a vislumbrar su tercer álbum, el cual espera que sea “el mejor disco que hagamos hasta el momento”. Así, con la velocidad que imprime su nombre, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba rompe los límites conocidos del psych para transportarnos a un mundo donde los sinsabores de la realidad se evaporan en una danza onírica de texturas: “Los Motoretas planteamos un universo paralelo para que, mientras dure el disco, la canción o el directo [concierto], tengas esa opción de embarcarte en un viaje de psicodelia y color. Y abandonar la realidad cotidiana, que a veces es un poco gris”.