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Formados en 2010 al norte de Londres, Inglaterra, Daughter se ha caracterizado por un carácter orgánico y sensible en los límites del indie de nueva ola. Intención que han sabido propulsar entre atmósferas atrapantes, líricas brutalmente honestas y la suavidad melódica mantenida a lo largo de dos materiales de estudio; If You Leave (2013) y Not To Disappear (2016).
Tras consolidarse como uno de los nuevos referentes del soft sound contemporáneo, Elena Tonra, Igor Haefeli y Remi Aguilella darían un paso atrás para alejarse de reflectores y dar cabida a nuevas salidas creativas. Entre ellas el proyecto solista de la frontwoman bajo el seudónimo Ex:Re (2018).
Tras siete años de silencio autoimpuesto —y haber sobrevivido a la emergencia sanitaria— el triplete inglés vuelve al centro del oído público con el anuncio de Stereo Mind Game vía Glassnote Records. Esto para resignificar su abanico de sonidos en pleno 2023, hacer un recuento del avance intrapersonal y lograr uno de los LP’s más contundentes en lo que va del año. “Nos emociona mucho poder compartirlo tras todos estos años trabajando en él”, abría Tonra.
Con la lejanía entre el proyecto y el público internacional el cambio artístico era más que inevitable. Guiado más por una intención de madurez que por una supervivencia angustiante. “Está este hecho curioso sobre que cada siete años todas las células de tu cuerpo se renuevan. Somos personas distintas, literalmente. Hemos tenido tiempo suficiente para crecer, para aprender un montón de cosas nuevas. Ahora somos un poco más viejos [ríe], con suerte también un poco más sabios”, compartía Haefeli.
El recuento de experiencias ha colocado la nueva música de la agrupación en un ambiente mucho más luminoso a comparación de trabajos anteriores. Destacando el tono optimista entre track y track, aún cuando hablen del camino a la sobriedad recorrido por la vocalista.
“Creo que el cambio en el tono emocional es parte de hacer las paces con la vida; aquello más allá de la música termina por impactar directamente en la escritura de sonidos”, acentuaba Tonra. Seguido de una perspectiva más profunda a los sonidos dentro del larga duración.
Creo que puede explicarse por la situación en la que nos encontrábamos; viviendo en distintas ciudades, colaborando a la distancia. Todo moldeó el carácter final, la cantidad de capas, sus texturas, la forma en que los elementos encajan unos con otros, casi fragmentados. La distancia entre nuestras vidas contribuyó inevitablemente al sonido”.
Esta sensación de lejanía parece uno de los ejes temáticos del tracklist, materializándose en forma de reliefs sonoros y momentos introspectivos en cortes como “Isolation”. Todo guiado por la sensibilidad de la autoproducción.
“Creo que es de esos momentos donde todo tiende al silencio. Se une a la profusa producción de capas, mezcladas entre guitarra y voz desnuda. De hecho corrimos el track a través de cinta de cassette para darle esa sensación granulada y casera. La escribí yo sola, sentada en mi habitación, así que sí. Desde un punto de vista técnico, y confiando en nuestro instinto, la canción no necesitaba mucho más. La parte del final es uno de mis beats favoritos, Igor lo creó con la idea de emular el canto de los pájaros con sonidos electrónicos. Me cautivó esa mezcla de orgánico y sintético, la intención naturaleza proviniendo directamente de una máquina. En cuanto a la letra se trata de una carta para alguien a quien echas de menos, un “Te extraño”, bastante directo creo [ríe]”, expandía la
compositora.
Stereo Mind Game parece girar en torno a aquellas palabras dirigidas, pero nunca entregadas, a las personas a nuestro alrededor. Imposibilitadas por un pasado que ya sucedió, un futuro que jamás parecemos alcanzar o, más usualmente, la crudeza con el que el presente se nos revela. Tan definitivo como alentador.
“De una u otra manera, hay espacios dentro del álbum. La desconexión del aislamiento, el contacto a la distancia, etc. Las canciones románticas hablan sobre el amor en lo lejano, las de la familia van sobre, dios, lo mucho que extrañaba a mis sobrinos. Por eso incluí pequeños fragmentos de las notas de voz que solían enviarme. Quería que la realidad de mis seres amados fuera parte del disco. Al mismo tiempo puede verse como una conexión y desconexión constante de todos ellos, de mí misma. Me hizo pensar en el punto en que dejé de ser la persona que solía ser. Ver a mi yo más joven y todo lo que ha cambiado. Una celebración de haber seguido adelante”, compartía Tonra.
La profundidad de los temas cobra aún más relevancia conociendo el proceso detrás de cada uno. Trabajados en ciudades de Europa y EE.UU., concebidos, trabajados y reunificados por los integrantes entre separación y aislamiento. Fragmentos de un devenir artístico fundidos a la libertad de un proyecto con las riendas en sus propias manos. Tanto técnica como creativamente.
“Tratamos de crear un sonido que fuera tan orgánico como energético. Tiene que ver con la manera en que grabas algunas cosas, pero va más allá de eso. Nos esforzamos muchísimo en la parte de los arreglos y detalles para mantener esa sensación, quitar y poner capas, experimentación. Contrario a lo que parecería, nos quedamos con muchas primeras tomas, varios errores [ríe]. La voz final en “Neptune” fue el primer intento porque, al tratar de regrabarla, simplemente no se sentía igual. Ha sido un recorrido interesante en cuanto a producción, dar sentido a todos los fragmentos sonoros reunidos a través de los años, ideas de 2020, 2021. Nos tomó mucho tiempo llegar a esto. Hubo puntos en los que estaba, quizá demasiado concentrada en ello, no tenía ni idea de si sonaba remotamente bien [ríe]. Pero creo que, al final, logramos un gran balance general, nos hace sentir genuinamente felices y orgullosos”, concluía la vocalista.
Hacia el final de la producción una de las preguntas obligadas parece la de la objetividad estando tan absortos en el proyecto. Primero como agentes creadores y después como productores, conduciéndose, en todo momento, como escuchas a disposición de los sonidos.
“Honestamente ha sido hermoso. Al iniciarte dentro de la producción debes estar bien con la idea de escuchar lo que compones una y otra vez. Después de vivirlo en carne propia creo que es una gran señal el que aún podamos disfrutar nuestras canciones. Este es el disco con el que mejor me he sentido en términos de entregarlo al mundo, me hace feliz”, puntualizaba el guitarrista. Seguido inmediatamente por la sinceridad dulce de Tonra, “Sí… estoy de acuerdo [ríe]. Creo que solo me emociona pensar en ello. Estoy orgullosa por todo lo que hemos recorrido, haberlo completado es un alivio cálido. Y sí, tal y como dijo Igor, me hace feliz”.
Aguilella pareciera haberse guardado hasta el final solo para compartir su emoción respecto al futuro inmediato del álbum. “Ahora, con el lanzamiento, podremos compartirlo con las personas. Es intenso pensar en que finalmente podremos escuchar lo que empezamos desde 2017”.
Tras un intercambio de palabras más que cálido no quedaba más que preguntar pro una futura visita de Daughter quienes, aún con una negativa suave, no pierden el carisma y buena voluntad sonora que les ha acompañado desde el inicio.
“No tenemos planes de salir de gira por el momento. Pero, quién sabe, quizá vayamos solo a pasar un buen rato por allá”, cerraba Haefeli. Dejando correr la despedida en voz de sus compañeros.
En la industria, donde todo se mueve tan rápido, es genial saber que aún hay publicaciones interesadas en escucharnos tras todos estos años”.