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Las historias de Crumb siempre desvisten a un protagonista. En Jinx (2019), el cuarteto desnudó la belleza del caos y la complejidad de las experiencias traumáticas. Meses antes del lanzamiento oficial de “The Letter” y “Fall Down”, Jesse Brotter (bajo) fue testigo de un accidente automovilístico en Montreal. “El álbum es una cronología de los últimos dos años. Si lo ves de esa forma, tiene un final bastante trágico”, expresó Lila Ramani en julio de 2019. Para 2021, las palabras de la vocalista y guitarrista de Crumb son un poco más joviales. “Tengo la esperanza de que cuando regresemos, lo haremos más fuertes que nunca”, asegura en entrevista con Indie Rocks!
Al igual que la mayoría de las bandas, Crumb ha tenido que adaptarse a las nuevas dinámicas de trabajo. Con el lanzamiento de temas como "Bones" y "Recently Played", Lila, Jesse, Jonathan Gilad (batería) y Bri Aronow (sintetizadores) dejaron claro que uno de sus motivos musicales es la edificación de atmósferas. La promesa persiste en cada uno de sus audiovisuales. Desde 2016, los temas de Crumb nos han vuelto transeúntes de paisajes híbridos. Nos han guiado en un vaivén entre el jazz, psych y garage para manifestar que la exploración de la fragilidad puede ser placentera.
A mediados de 2020, la industria de la música empezó a especular cómo sería el regreso a los escenarios. Se habló sobre la consolidación de los modelos de streaming y —vagamente— se discutió la política de distancimiento. Sin embargo, aún no se conocen con claridad los protocolos para asistir a los eventos en vivo. Escribir música para los públicos se ha vuelto una labor complicada.
A su vez, la hostilidad del ambiente sociopolítico ha dificultado los procesos creativos.“Fue un verano sumamente intenso. Pasaron cosas terribles”, relata Lila. “La cuestión emocional impacta muchísimo. En esos meses preferimos darnos el tiempo para comprender lo que estaba a nuestro alrededor”, completa Bri, quien confiesa que el confinamiento social también ha sido una oportunidad para demostrar que “los seres humanos no siempre estamos dispuestos a estar solos”. En este sentido, la banda destaca que los eventos de 2020 fortalecieron la forma en la que se pronuncian política y públicamente.
A Lila, Jonathan, Bri y Jesse no les interesa contar con una audiencia que no manifiesta su descontento ante el racismo y la violencia policial. En junio, los integrantes de Crumb dejaron clara su postura en Instagram. “Si no te interesa [apoyar al Movimiento #BlackLivesMatter], entonces deja de consumir nuestro contenido. Necesitamos escuchar, hablar, protestar y encontrar estrategias internacionales para continuar esta lucha”. A poco más de un año de ‘acostumbrarnos’ a una ‘nueva normalidad’, Bri reflexiona sobre la potencia de los (re)encuentros:
Será genial cuando nos podamos encontrar de nuevo. El estar juntos es poderoso. Y esa es una de las cualidades de la música: recordarnos que el estar juntos es un acto político en sí mismo”.
Por su parte, Jonathan asegura que “el 2020 no pasó en vano”. Además de (re)pensar las formas en las que quiere regresar al sector musical, el aislamiento le ha permitido especializarse como baterista. “He podido perfeccionar mi técnica. Al fin pude mudarme. Puedo disponer de mi tiempo y los vecinos no se quejan si practico. Es muy gratificante”.
En concordancia con su bandmate, Bri considera que la situación derivada de la COVID-19 “ha obligado a los músicos a ser más autónomos y multifuncionales”. Desde su punto de vista, esto no solo tiene que ver con la diversificación de los instrumentos que tocan dentro de una agrupación. La profesionalización musical consiste en que las y los artistas validen sus capacidades, deseos de experimentación y “confianza en el instinto”.
Mientras algunos músicos optaron por debutar en la producción, otros recuperaron materiales que —por falta de tiempo— no habían podido pulir. Aunque “Trophy” fue lanzada de manera oficial hasta el 10 de marzo de 2021, esta canción ya formaba parte de los setlists de Crumb.
El hecho de que no fuera una pieza recurrente en los shows o que no estuviera en el tracklist de su álbum debut (Jinx) o sus EPs (Locket y Crumb) se prestó a interpretaciones erróneas. En más de una ocasión, el cuarteto se enfrentó al comentario (¿o reclamo?) de que “la banda pensaba eliminarla de su biblioteca”. Al respecto, Bri Aronow y Jonathan Giland comentan:
La teníamos desde hace unos dos o tres años. Hasta la tocamos en algunos de nuestros conciertos, pero en estos meses que estuvimos trabajando a distancia tuvimos la oportunidad de intentar distintas versiones. Eso nos ayudó a llegar al estudio con una idea más sólida. Quisimos destacar los elementos de percusión”.
Además de fortalecer sus colaboraciones con Haoyan of America, “Trophy” es otra prueba de que la música de Crumb reivindica la desnudez de los protagonistas de sus historias. A la fecha, Lila, Bri, Jonathan y Jesse no tienen planeado el lanzamiento de un segundo material discográfico. Continúan trabajando a distancia y, en sus ratos libres, se (re)descubren como músicos. La banda prioriza la comprensión de un personaje del que hemos sido poco conscientes en los últimos 13 meses: el tiempo, esa incógnita que tanto nos incomoda desnudar.
Leaves, watch them fall
House car bed trophy
Someone there to hold if only
Smile’s wide your face