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Entrevista con Canalón de Timbiqui

Entrevista con Canalón de Timbiqui

Marimba y tradición.

Antes de cualquier otra cosa, hay que aclarar que Canalón de Timbiqui, el proyecto nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que se presentó recientemente en Festival Nrmal X, es mucho más que un grupo de música. Sus virtudes –y acaso lo que más entusiasma– son un conjunto de valores y de prácticas que utilizan a la música como vehículo desde hace décadas. “Es un proyecto de música 100% tradicional que tiene más de cuarenta años”, asegura su líder actual Nidia Góngora, una mujer clave en el desarrollo de la música colombiana de los últimos 15 años. “Nosotros somos la nueva generación”.

La nueva generación de una Escuela (así, con mayúscula) que no solo se dedica a llevar la voz de la región por el mundo, sino a enseñar, con todo lo que la heroica labor implica. “La idea de la Escuela de Canalón de Timbiqui es poder crear un semillero y poder, entre otras cosas, brindar a los niños un espacio. Estamos en una zona de Cali que es muy vulnerable (el distrito de Agua Blanca), entonces queremos darles a esos niños que vienen del Pacífico en condiciones vulnerables un espacio que cumpla varias cosas”.

Ella las enlista así. “Una, que les permita sentir menos fuerte ese desarraigo de su tierra. Dos, que ellos puedan encontrarse y reencontrarse en el mundo urbano y citadino con su tradición. Tres, poder brindar un espacio de sano esparcimiento a través de la música y el arte y poder alejarlos un poco de todo lo que encuentran en la calle”.

Es una labor admirable que está detrás de un grupo de hombres y mujeres que últimamente han recorrido los mejores escenarios del mundo (de Glastonbury a Nrmal) con un montón de instrumentos de la región como marimbas y tambores. Su coherencia es perfecta. Lo que se puede apreciar en el escenario es solo el rostro de todo un movimiento social y cultural que se ha gestado en el Pacífico colombiano desde hace muchos años atrás. Canalón de Timbiqui es música, pero más específicamente es el palpitar de una comunidad.

Sus cantos, más que canciones en forma, son representaciones de otras cosas, como si funcionaran únicamente como intermediario. Una de ellas es una especie de álbum fotográfico de su región. “La idea es trasmitir todos esos hechos que nos pasan –positivos y negativos– a través del canto. Utilizamos este medio de comunicación universal para llevar ese mensaje y sensibilizar. No hay mejor manera de dar a conocer todo lo que vivimos en nuestros territorios y crear conciencia que a través de la música”.

Otra es un poderoso y siempre necesario manifiesto a la feminidad, probablemente lejos del discurso político de occidente y más cercano a su importancia natural. “A pesar de que nuestra región es muy machista, es evidente el liderazgo de las mujeres. Tenemos mujeres líderes, empoderadas, mujeres que cada día luchan por seguir construyendo y transformando, por seguir luchando y peleando por la libertad en todo sentido”.

“Vivimos en una sociedad en donde tenemos muchos problemas sociales y ambientales, estamos en una lucha fuerte por defender nuestro territorio, los recursos y la riqueza natural que ahí hay. Entonces se ve una lucha fuerte por parte de las mujeres porque, al tener la naturalidad de dar vida, tenemos más arraigado el sentido de conservación”.

Pero quizá la más importante –y en donde todas las demás hallan un punto de encuentro– sea el culto a la espiritualidad, en donde caben cosas que van desde la transmisión de la sabiduría ancestral como filosofía de vida, hasta la búsqueda de canales para preservarla y, como decía Reynolds, enfrascar sus fantasmas. “Una de las cosas que hacemos a través del proyecto con las cantoras y los músicos es llevar ese mensaje de contacto con la naturaleza y cuidado hacia nuestros recursos, todo lo que tenga que ver con la herencia ancestral”.

Esa búsqueda de preservación implica que su tradición se vea frente a frente con la inmediatez de la nueva era. Sin embargo, Canalón no lo ve como una amenaza, sino como un apéndice de su labor. Sobre el tener que acortar los cantos para que quepan en los formatos comerciales de hoy. “Tener que incursionar en el mundo de la industria musical implica muchas cosas y uno tiene que abrirse a otras cosas, son los riesgos que hay que tomar. Estamos conscientes de estas exigencias técnicas y tratamos al máximo de que no interfiera mucho en la naturaleza misma de nuestra música. Tratamos de guardar ese equilibrio”.

“También queremos que esta música quede en una memoria, que no se pierda, que se archive. Muchas de las tradiciones se han muerto con la memoria de los sabedores que han muerto con ellas y que nunca quedaron ni grabadas ni escritas. Entonces la idea es correr esos riesgos para poder garantizar que la música siga y así la tradición se mantenga viva de generación en generación”.

El emblema está a punto de llegar, será el primer vinilo de Canalón de Timbiqui en toda su historia y está a cargo de Llorona Records, una de las disqueras colombianas que escarban el pasado para enmarcarlo y distribuirlo a oídos jóvenes del mundo en un formato que les hace justicia. Lo hizo hace un año con los legendarios Los Gaiteros de San Jacinto y lo hace ahora con Canalón. El significado de este vinilo –como su música– va más allá de un ornamento de sonido. A ojos de Nidia es casi un tesoro.

“El primer vinilo es un logro grande porque llevamos mucho tiempo trabajando para eso. Con él llevamos el mensaje claro de que a través de lo nuestro, de lo propio, de lo de la región, de las cosas que poseemos, de nuestras riquezas ancestrales y culturales, podemos lograr abrir fronteras y llegar a muchos lugares. Queremos recordarles a los chicos que pueden emprender un proyecto de vida a través del conocimiento de los saberes ancestrales. Tenemos una música hermosa que tiene mucho poder y hay que explorarla, difundirla y darle el valor que merece”.

Caer rendido ante una música como la de Canalón de Timbiqui es sencillo. Pero conocer su historia y contexto la hace todavía mejor. Antes de cualquier otra cosa, decía yo, hay que entender lo que se va a escuchar aquí. ¿Cómo explicar a nuevos oídos algo que tiene cientos de años de antigüedad? Nidia, como siempre, lo hace mejor que yo.

“Nosotros somos esa gran puerta del Pacífico y los invitamos a todos que se adentren por esa puerta para conocer esa gran riqueza cultural que tenemos. Canalón de Timbiqui es una experiencia viva y un referente de todo lo bonito que posee el Pacífico, una región que ha sido invisibilizada por mucho tiempo”.

“Queremos decirles que hay una región en Colombia que está en el Pacífico, una región en donde hacemos una música con mucho poder y valor espiritual. Que Colombia no es solo cumbia, también es marimba, currulao y eso es lo que venimos a mostrar y compartir. Los invitamos a que traspasen esa gran puerta y se den un paseo por el Pacífico a través de la música”.

 Una vez que se pasa esa puerta, uno ya no quiere regresar.