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La agrupación liderada por Alicia Bognanno tiene un estilo bastante definido y sus influencias son muy reconocibles. La banda nace tomando la fórmula del fem grunge de Seattle, pero el proyecto surge en Nashville, hogar de la música country.
"Odio la música country, no la soporto. Estudié en la universidad de Tennessee y me gustó la ciudad. Creo que en ningún momento tuve contacto con esa escena. En realidad, Nashville es un lugar muy grande, hay espacio para todos, así que casi no tengo que lidiar con música country. Me mantengo en las partes de la ciudad que más se acoplan a lo que me gusta".
También, Alicia nos contó sobre las dificultades de formar una banda en una ciudad que favorece un género tan alejado al suyo y cómo logró llamar la atención con Bully.
"Creo que formar una banda es difícil, sin importar el lugar. Por supuesto que nosotros no tuvimos disponibles algunos venues importantes, pues le dan mucha preferencia a la música country. Pero pudimos movernos y abrirnos paso en otras partes de la ciudad. Creo que solo te tienes que rodear de la gente correcta y buscar a tu público".
Pero, a pesar de que Bully tiene un estilo marcado, la gente siempre los relaciona como una banda punk y descarnados alaridos.
"No me llamaría punk, pero tampoco tengo problema con que la gente piense que somos punk. Simplemente no quiero ser parte de un género y tener que limitarme a un sonido o tener que cumplir con ciertas características. Mi objetivo es hacer la música que me gusta. Así que no me puedo definir punk por mi trabajo, pero sí por mi actitud".
Sin importar sus preferencias y muy por encima de cualquier concepto en que se tenga a su proyecto, Alicia Bognanno estaba destinada a la música. Pudo ser con un instrumento, detrás de una consola o con su actual situación como cantante, pero la necesidad creativa es parte de su naturaleza.
“Si estudié como ingeniera de audio fue porque quería tener una forma de estar cerca de la música y tener tiempo para hacer mis propias cosas. Jamás he querido formar parte de la industria musical, pero sí del entorno artístico que la rodea. Creo que soy afortunada de poder seguir ese sueño y que todo haya salido bien”.
Como cualquier persona apasionada por la música, su gusto empezó a crecer poco a poco hasta convertirse en parte de su esencia. Pero cada artista tiene un pasado y una transformación.
“La verdad no sé de dónde saqué la idea de la música, no vengo de una familia musical, aunque teníamos un piano en la casa. Tampoco tuve un hermano cool que me recomendara cantantes y me prestara sus discos. Pero de alguna forma encontré mi camino a bandas como Belly y The Breeders. Me encanta su sonido, son una gran influencia para mí”.
Cualquier artista que sale de gira y viaja a otros países está logrando el sueño frustrado de muchos, pero pocos son los que de verdad saben reconocer su situación y agradecen por todo lo que los llevó a ese lugar.
“Creo que lo que amo de estar en Bully es poder expresarme con tanta libertad y hacer lo que me apasiona. Podría hacerlo en mi casa, pero el poder compartirlo y saber que a la gente le gusta lo que hago le da más valor y un sentido a todo. Quiero disfrutar esto al máximo y el tiempo que dure. No soy de las personas que cuidan su voz, prefiero darlo todo, aunque sea solo por un instante”.