199482
Entrevista con Alice Glass

Entrevista con Alice Glass

Encontrado la fuerza interior, iniciando de nuevo.

Poco sabemos de lo que ha sucedido en la vida de Margaret Osbourne desde su salida de Crystal Castles. Si, hubo un EP que anunciaba algo más grande, pero al final Alice Glass necesitaba reencontrarse consigo misma. Ahora tras varios años y un riguroso proceso creativo llega su primer disco; un conjunto de temas que dejan en claro todo lo vivido en años anteriores, directo a la cara de quien aun desee escuchar a la que, sin duda, es un monstro en el escenario y su nuevo hogar lleva por título PREY//IV.

Más que nada fue un proceso en el que estaba en un plan de 'ok necesito salir de esta situación', suena un poco cursi pero sólo quería probar que podía sobrevivir por mis misma y dejar la mierda de lado… me di cuenta de que realmente tenía más poder del que imaginaba”.

El nuevo trabajo no deja dudas del sufrimiento que pasó la compositora durante estos años, pero también es un ejercicio pocas veces visto en trabajos de este tipo: No hay una postura de víctima, y aunque las letras son en sus palabras ‘jodidamente oscuras’ hay una fuerza y rabia bañada de madurez, mucho de ello se aprecia en la voz, que conserva la furia de aventuras pasadas, pero que también explora su lado más suave.

La música se trata de poner, por momentos, tu mente en trance y darle a tu voz una cualidad de ensueño, combinado con mis letras jodidas (risas). Probablemente sea la persona menos divertida para hablar en una fiesta, pero para mí es muy importante poder expresar mi lado oscuro, no importa lo que cueste”.

Así el disco, que ya se encuentra en todas las plataformas, es nuevamente una invitación a la pista de baile, una dónde ahora ella es verdaderamente la dueña y en la cual no importa la cantidad de personas que se encuentren en ella, lo importante es hacer comunidad y para la cantante, encontrar un espacio dónde su música sea realmente apreciada por lo que es.

Creo que cómo seres humanos, ser parte de la pista de baile implica ser parte de la comunidad, es como un estado de hipnosis y creo que eso genera lazos con la gente. No me gusta la charla trivial, me gusta confrontar a la gente como cuando les pregunto '¿Cuál es la cosa más jodida que te pasó el fin de semana?' (risas).”

Su debut marca el cierre de una etapa en la que estuvo buscando su propia identidad, sabía que decir, pero no tenía mucha idea de cómo llevarlo a la música. Al final tuvo que hacer un trabajo de auto búsqueda y fue en sus influencias, que van desde el metal hasta Cyndi Lauper, dónde encontró la llave para dar con el sonido que toma influencias del witch house, hyperpop y la electrónica que siempre la acompaña.

“Es agradable y al mismo tiempo surrealista poder juntar mis letras y ponerlas en paquete y lanzarlas. Lo que pasa es que jamás pensé que podría salir de este estado de miedo/enojo entonces el escucho de escucharlo, incluso de hablarlo me hace sentir que es algo que puedo ir dejando atrás”.

De los temas que conocimos antes de la salida del trabajo se encuentran la fantasía de venganza de “Suffer and Swallow, la doble lectura de “Love is Violence” o la nada inocente “Baby Teeth” todas ellas relacionadas profundamente a la vida de Glass, quien no se había dado cuenta de cuan oscuros son sus textos. Al final es una situación irrelevante por que para ella el trabajo está hecho y su música ya no le pertenece.

La gente me escribe y me comenta cómo mis temas se relacionan con ciertas partes de su vida y es entonces cuando se convierten en ‘su canción’. Así que cuando toco esto temas sé que lo estoy haciendo para ellos, lo puedo percibir y es una sensación increíble”.

De sus problemas con su ex compañero de banda y los problemas subsecuentes a su salida de esta hay mucho de qué hablar, pero Alice es más que eso; y después de tanto tiempo por fin puede mostrar su verdadero yo en esta nueva etapa. Recomienda a todo aquel que inicie en la industria de la música tener un abogado, y cuenta algunas cosas que por cuestiones legales no se pueden poner en texto. Al comentarle que pese a todo creo que tiene la oportunidad de llevarse la victoria ella cierra la charla de manera contundente:

Desde este momento ya me siento una ganadora, ¡porque sé cómo lidiar con esa mierda!”.