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“Había terminado la gira e Ian Gillan se sentó tras bastidores buscando relajarse… sonó su teléfono, era nuestro manager Bruce Payne, pegando un grito preguntó ‘¿Ahora qué? ‘ A lo que Bruce respondió ‘Ustedes van a hacer un álbum’ logrando que Ian dijera ‘Bueno, tenemos el título’” ríe Don Airey, tecladista y miembro de una de las bandas más importantes de la historia: Deep Purple. “Bob Ezrin fue el que verdaderamente maquinó esto: Se nos acercó y nos invitó ‘no tiene que ser el disco numero uno que reviente listas de popularidad. Simple y sencillamente será el nuevo álbum de Deep Purple”.
Bob Ezrin, quien en su discografía como productor cuenta con Berlin de Lou Reed, Destroyer de Kiss y The Wall de Pink Floyd, fue quien motivó y buscó a estos iconos para crear Now What?, sucesor de Rapture of the Deep lanzado en 2005.
“Ezrin fue fantástico y el ambiente creativo muy serio… el lado pesado de la banda es una corriente creativa que extrañaba en el estudio, es una gran presión pero muy positiva, distinta a cualquier otra persona con la que haya trabajado” platica Airey, distinguido colaborador de figuras como Bruce Dickinson, UFO y Rainbow.
“Las grabaciones sucedieron en Nashville, donde la gente cree es la cuna del country, pero realmente Nashville es la cuna del Rock And Roll” haciendo referencia al hogar de músicos como Little Richard, Jimi Hendrix, y Jack White. “Estábamos en la ciudad donde mucho del rock comenzó, ya que el término country no entró en vigor hasta principios de los 70's, lo que salía de ahí se llamaba entonces Rockabilly. Es una gran ciudad de enorme tradición musical, A donde quiera que vayas hay una banda tocando”.
“Nunca vamos a recapturar el sonido análogo como solía ser, 24 tracks pasando por una maravillosa consola de una tonelada: eso se ha ido… pero por otro lado, protools fomenta la parte creativa, motiva a hacer más cosas ya que ahorras tiempo, te inspira” continua el nativo de Sunderland, Inglaterra “Daría lo que fuera por tener devuelta algo como un Minimoog, le pedí a un ingeniero que construyera uno para mi pero me hubiera salido en un cuarto de millón de dólares únicamente fabricar los componentes” profundiza el tecladista que ha estado en la industria desde principios de los años 70's, viendo el ir y venir de distintos avances tecnológicos en la música.
“Las descargas ilegales seguramente acaban con las ventas de actos pop más comerciales, pero con Deep Purple las ventas no están tan mal y creo es porque la gente quiere la cosa real, quieren ver y escuchar como se debe a músicos que de hecho saben tocar.”
“Para nosotros que estamos viejos, es increíble ver audiencias rejuvenecen; al show ya no solo van viejos hippies que consiguieron trabajo y ahora son respetables, la última década realmente hemos sentido vigor y entusiasmo de generaciones nuevas notando menos cabezas grises en los asientos” dice Airey, quien además de su currículo como integrante de distintas agrupaciones, cuenta con tres álbumes solista, “No tenemos mucho contacto con bandas de rock actuales ya que pertenecemos al circuito clásico, pero cuando Oasis se separó fue a Deep Purple a quien llamaron para cubrir el vacío en un par de festivales. Fue muy divertido ya que bandas como Kasabian y The Kooks se acercaron siendo muy amables”.
Terminando la conversación, Don menciona que se encuentra en la redacción de lo que serán sus memorias, adelantando un pasaje de lo que será una de sus experiencias en nuestra capital “La ultima vez que estuvimos ahí, el crew y yo salimos y nos llevaron al Hard Rock Café… nos sirvieron margaritas ¡demasiadas margaritas! Jamás había visto a nuestro crew tan borracho. Al final me acerqué a pagar, éramos 7 y en la barra me dijeron ‘Don Airey: tú eres de Deep Purple, no pagas nada; gracias por la música‘ ¡Que cosa tan increíble! Lo triste fue que al día siguiente yo era el único que lo recordaba”.