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Personas de todas las edades asistieron al Centro Deportivo Plateros para despojarse de las emociones y el estrés al bailar slam como un tributo al estilo contracultural de Vans. El domingo 20 de marzo terminó el invierno, y con él inició la celebración número 50 de Vans en México con el concierto gratuito Van Doren Afternoon Special. El lineup representó la esencia que conserva la marca desde sus inicios en 1966 y que a partir de los 90 acompaña la escena del rock y punk internacional.
Este año, al cierre de la celebración, se le incrustó la esencia musical de la marca, y a pesar del retraso que provocaron los filtros de revisión metros antes de llegar al escenario, los asistentes se veían entusiasmados por entrar a ver y escuchar a las bandas. Para empezar, el grupo defeño de punk rock Chingadazo de Kung Fu se encargó de amenizar la hora de la comida con canciones de su EP Orinando Contra el Viento. Una hora después los venezolanos Cardiel nos deleitaron con su última producción musical Local Solo, mientras que la gente llenaba los huecos que quedaban frente al escenario.
Para finalizar el set de mexicanos llegó al escenario Seguimos Perdiendo. La gente que estaba en el deportivo comenzó a encenderse, los chavorrucos empezaron a llegar, y los que pasaban por ahí sin saber qué ocurría se acercaron para escuchar las canciones de los punk rockeros que una hora después darían paso a los californianos de Wavves quienes dieron un gran show a pesar de que Nathan Williams (vocalista) estaba enfermo de la garganta y sólo pudo cantar algunos temas, por lo que invitaron a diferentes personas a subir para interpretar las canciones acompañados por la banda.
Caía la noche y con ella llegaban más personas para presenciar a los canadienses de Fucked Up que, de inmediato, pusieron a todos a brincar. Mientras transcurría el show, el vocalista y baterista bajaron del escenario para interactuar con el público. Al finalizar su actuación aparecieron en el escenario los estadounidenses de Anti-Flag que reventaron el ambiente y nos deleitaron con sus canciones más populares, además de una pulcra interpretación del cover “Should I Stay or Should I Go” de The Clash. Mientras tanto los “jóvenes” en el área del slam eran arrojados con más fuerza al cielo para después caer en un mar de gente que, a partir de entonces y hasta que terminó el show, mantuvo el ánimo y bailó hasta el fin del evento.