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Cinco canciones que, a pesar de ser pocas para fans que extrañan verlos en vivo, estuvieron tan bien escogidas que se les perdona lo corto del set. Todas las canciones se tocaron en formato acústico, con la presencia de Tony Bevilacqua, Ryan Sinn y Brody Dalle. Según ellos mismos comentaron, Andy Granelli no pudo llegar al show. Prepararon un ‘escenario’ que lucía como la sala de una persona entusiasmada con Halloween: calaveras de muchos tipos, desde cuerpos enteros hasta cráneos, calabazas y La Muerte en diferentes tamaños. Todo estaba acomodado alrededor de un par de muebles, micrófonos y amplificadores. Lo íntimo y relajado del setup lo hacía incluso más especial, ya que el acceso al especial solo se conseguía si ya eras parte del club o uniéndote al mismo.
Arrancaron con “Drain The Blood”, para la que prepararon una versión mucho más relajada aunque sin perder del todo la rabia y la velocidad. Esto gracias a que Tony no se ‘desconectó’, ya que era el único que tenía una guitarra eléctrica. Luego vino “Coral Fang”, probablemente la mejor lograda de todo el set. No solo el trabajo de volverla acústica estuvo muy bien ejecutado, sino que las melodías en tonos graves agregadas en la ejecución los coros le dieron el espíritu de Halloween, spooky y hasta melancólico. Algo inesperado también pero muy bienvenido fue la inclusión de “She”, de Misfits. Algo en la voz de Brody hace que la canción se eleve así la interprete sentada y con una guitarra acústica. Cerca al final, tocaron “Dismantle Me”, una que ya les conocíamos en esta versión. Hasta aquí, el ambiente y la actitud, claramente dirigida por Brody, se sintió natural y apropiada, como dándonos la oportunidad a los jóvenes del ayer de disfrutar sentados frente a un televisor de canciones que hace pocos meses podríamos haber intentado poguear en un estadio, cansados pero contentos. Para cerrar el set, estrenaron “Sunsets”, una canción con mucha alma distilleriana que además suena a unos Distillers que a pesar de la adultez no pierden la urgencia del punk que los mueve. Esta vez, la canción fue tocada por Brody, sola, usando únicamente su voz y su guitarra acústica. A pesar de esto, y teniendo claro cómo Brody llena de personalidad todo lo que hace, fue lo justo y necesario.
Terminado el set, que duró solo 16 minutos, respondieron preguntas que los miembros de The Revenant les enviaron antes de la grabación. Lo interesante de este setup es que se prestaba para una ‘conversación’ sincera y abierta. Se les preguntó sobre lo diferente que es estar en una banda que obtuvo su fama hace 20 años, a lo que respondieron que ellos creyeron en todas las promesas que se les hizo para mantenerlos produciendo nueva música y giras. Brody se desvió de la pregunta y empezó a contar los desastres que hicieron durante sus giras, algo que Tony interrumpió para continuar con las siguientes preguntas. Brody agregó “significa mucho más para nosotros ahora, poder hacer esto y vivir de esto, es algo que nos supera”. Ryan contestó una pregunta sobre lo que aprendió a partir de esta cuarentena: “Aprendí que no necesito la mitad de las cosas que creía necesarias antes.” Entre otras cosas que respondieron, también respondieron qué música vienen escuchando últimamente, a lo que Tony respondió Actress, de Reino Unido. Ryan a su vez dijo Public Enemy, y Brody cerró con el compilatorio The Roots of Chicha y el último disco de Tricky. Hacia el final, anunciaron la publicación de un disco con versiones alternas, pero no entraron en más detalles. Una experiencia especial que los fans han calificado como “increíble” en foros y grupos en las redes sociales.