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La primera vez que fui a un concierto tenía alrededor de 15 años y un amor por el hardcore que nunca se fue. En aquella ocasión recuerdo haber sentido una excitación en el pecho y cierta electricidad correr a través de mi cuerpo al escuchar las guitarras estridentes sonar por los amplificadores. El show de ayer por parte de Chaz Bear y su banda me hicieron revivir aquel sentimiento.
A las 20:59 H. Clubz salió al escenario y nos regaló un show un tanto desabrido. Con el venue a mitad de su capacidad, la gente que llegaba al evento se mostraba apática y eso terminó contagiando la dinámica en la tarima de la banda mexicana que, solo al final de su show y con la ayuda de Girl Ultra en un par de canciones logró sentirse medianamente en el ambiente.
Pasaron algunos minutos después de que Clubz agradeció y a las 22:17 exactamente las luces se apagaron y el espectáculo de Toro y Moi inició.
Con un setlist lleno de éxitos de su más reciente producción y tracks de sus discos anteriores, Chaz logró conectar con el público de una manera sublime. El sonido por momentos llegaba hasta las fibras más profundas de cada persona ahí reunida y el magnífico juego de luces terminó por llevarnos a un espacio lleno de baile y música.
La música de Toro y Moi es única en su tipo y puede identificarse desde los primeros acordes, la gente responde al primer sonido y los movimientos se acompasan de una manera tan natural que parecen coreografías aprendidas desde los primeros años de edad. Temas como “Ordinary Pleasure”, “Fading”, “Freelance” y “So Many Details” convirtieron hasta al más taimado de los asistentes en bailarines desenfadados y libres de prejuicio que gozaban de contonearse y mover sus cuerpos al ritmo de un chillwave exquisito. Con una mezcla de emociones y atmósferas el show no defraudó, además de la actitud carismática y seductora de Chaz que en todo momento agradecía al público, incluso bajando del escenario y dando la mano a quienes se encontraban contra la valla de seguridad.
La banda en vivo fue simplemente maravillosa y la voz de Chaz se mantenía en un nivel que raya la perfección. Lamentablemente todo lo que empieza debe terminar y con “Rose Quartz” la presentación de Toro y Moi en el Auditorio BlackBerry llegó a su fin con el corazón de quien escribe esto lleno de colores y sonidos.