
10/Abr/2013
Hay ciudades que por un lapso de tiempo reúnen las condiciones para que germine y madure un movimiento musical sin precedentes. A finales de los 80, Manchester vio nacer a The Stone Roses, y con ello, a un movimiento que más tarde adoptaría el mote nacionalista de britpop.
En México, nuestros oídos se abrieron masivamente a ese sonido gracias a dos bandas rivales: Blur y Oasis. Ambos han demostrado una gran convocatoria, sin embargo, sus padres putativos, The Stone Roses, apenas reunieron unas 5 mil personas ayer en el Pepsi Center, sede elegida luego de que Ian Brown, John Squire, Mani y Reni no lograran vender los suficientes boletos para llenar el Palacio de los Deportes.
La baja venta ya anticipaba que no se trataría de un concierto para villamelones, sino de un show para nostálgicos de vanguardia, para aquellos fans que comprenden la importancia de esta banda que hace casi tres décadas, delineó un sonido que influenciaría a cientos de músicos en Inglaterra.
Es una lástima que este foro, como es costumbre en nuestro país, no reúna las condiciones acústicas ni visuales para disfrutar al 100% de un concierto. Aunque los Roses abrieron con todo, la psicodelia pop de "I Wanna Be Adored" fue opacada por un recinto que no fue diseñado para albergar música en vivo.
Como esposo de una mexicana, Brown calentó los ánimos hablando en español, sin embargo, algo faltaba en el escenario. Aunque ahí estuvieron "Mersey Paradise", "Sugar Spun Sister", "Sally Cinnamon" y "Waterfall", el ánimo general fue decayendo. Faltaban decibeles y locura para que el Pepsi Center reviviera la euforia que contagió a los jóvenes ingleses que ahora tienen 40 años.
La interacción entre los cuatro músicos fue casi nula, como sugiriendo que el reencuentro obedece más a un estimulo monetario que a uno musical, ya que de lo contrario hubieran aventurado un nuevo disco de estudio. Afortunadamente, para "Fools Gold", John Squire decidió utilizar todos sus pedales para envolvernos en una cascada de guitarrazos, una dosis que sin duda hubiera mejorado el concierto de haberse repetido en más canciones del setlist.
Ya en la recta final, "Don't stop", "This is the One", "Made of Stone", "Love Spreads", "She Bangs the Drums" y "I am the Resurrection" dejaron un mejor sabor de boca.
Una vez que Ian Brown cubrió con flores y regalos a los espectadores de las primeras filas, nadie pidió otra canción, síntoma que confirma la intuición de esta reseña: Ayer, los Stone Roses no salieron cubiertos de gloria ante sus fans mexicanos. ¿Habrán perdido la magia que los hizo grandes en sus primeros años?
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos