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Durante el último fin de semana de enero se llevó a cabo la presentación del álbum debut de The Smile, el nuevo proyecto de Thom Yorke, Jonny Greenwood y Tom Skinner. Minutos antes de las 19:00 H del sábado (hora CDMX) un público virtual y presencial, ávido de música en vivo se reunió para contemplar la fusión de sonidos etéreos provenientes de otro universo.
¿Cómo logró la banda transmitir una sensación de intimidad desde el Magazine London para diversos espectadores del mundo? Pues bien, gracias al trabajo del reconocido director británico Paul Dugdale quien resolvió la situación a la perfección con planos a detalle de los instrumentos musicales, así como con la realización del singular efecto “ojo de pez” en sus tomas, las cuales nutrieron al evento de increíbles panorámicas.
Definitivamente, una de las ventajas de los conciertos virtuales es observar las expresiones y movimientos de los músicos con mayor claridad, lo cual se agradece en shows como este cuyas interpretaciones, especialmente las de Jonny Greenwood, son extraordinarias.
El escenario adornado con luces LED simuló la silueta de una araña gigante, mientras arriba una plataforma hexagonal con pantallas transmitía el concierto. La interpretación del poema "The Smile" de William Blake grabada por el actor Cillian Murphy se escuchó en los altavoces abriendo el espectáculo. En el último verso, el trío entró a escena y los aplausos no cedieron a la voz grave y ostentosa de Murphy. El vitoreo fue inevitable.
“There is a Smile of Love
And there is a Smile of Deceit
And there is a Smile of Smiles
In which these two Smiles meet…”
Thom Yorke comenzó a tocar el piano y a cantar “Pana-Vision”, el primer track del disco. Todos callaron. El bullicio cesó. Solo el bajo de Greenwood y la batería inquieta de Skinner rompieron con la interpretación desesperanzada y sombría del cantante. Con dicha canción, la banda mostró su carta más densa y misteriosa envuelta en tonalidades claro-oscuras.
Luego de que Yorke agradeció y envió saludos a los amigos de América, la batería de Skinner y el bajo de Greenwood tomaron el protagonismo con "The Smoke". Las luces rojas y azules alumbraron el lugar tal como si se tratara de un clásico club de jazz: la gente reunida en círculo sorprendida con cada cambio de ritmo.
Risas, risas, risas: Sonrisa. Realmente Thom Yorke estaba muy contento de interpretar nueva música. Y ¡cómo no! si su colega Jonny se lució al tocar simultáneamente el arpa y el piano en una versión mágica y celestial de "Speech Bubbles".
La cuarta canción: "Thin Thing" subió la adrenalina de forma progresiva y delicada. Los hipnóticos movimientos de las cámaras correspondieron al frenesí de las guitarras que emitían destellos en medio de una noche profunda. Espirales de distorsión describieron la desesperación y misterio que apenas comenzaba a predominar en el ambiente.
1, 2, 3, 4, 5, 6. Un conteo que dio inicio a la experimentación electrónica de "Open The Floodgates", una pista tranquila cuyo punto de partida fue la concentración minuciosa y precisa de Skinner en los sintetizadores: suave, sublime y encantadora sin igual.
Ahora, las luces se transforman en color azul para entrar a un mundo onírico. Thom Yorke toma los sintetizadores y crea un aura hermosa para “Free in the Knowledge”. Es la guitarra acústica un consuelo para las mentes de quienes escuchamos con atención y conmoción. Sin embargo, la batería no tarda en irrumpir la tranquilidad. Un ambiente peligroso se apodera de tus oídos, mis oídos.
“And this is just a bad moment…”
Experimentación más no improvisación. Cada decisión sonora de la banda lleva a la locura y desesperación las cuales se reflejan en “A Hairdryer” cuyo verso “Look it all the pretty lights” se repite sin cesar. No obstante, ¿acaso el show se trata de una película de terror y suspenso? “Waving a White Flag”, la siguiente canción, lo confirma con su interesante guiño al trabajo de John Carpenter.
¡Ojo aquí! Se viene una de las mejores partes del concierto y del álbum con "We Don't Know What Tomorrow Brings", un título que seguramente será coreado y celebrado en los grandes festivales.
Posteriormente, Greenwood da inicio a "Skirting on the Surface", la canción de la perdición cuyo delicado acorde de guitarra invita a tomar un respiro: inhala, exhala, contempla. Con "The Same" el piano y la batería provoca cierta ansiedad que poco a poco se combina con el eco de la voz de Yorke repitiendo: “We are all the same…”.
Por su parte, "The Opposite" y "You Will Never Work In Televisión Again" provocan el punto más álgido del show. ¿El responsable de tremenda emoción? Jonny Greenwood y la locura de los movimientos de sus dedos al tocar la guitarra, los cuales responden a los versos incompletos del cantante y a la enérgica batería de Skinner. Y de repente: aplausos, gritos, todos en el venue se ponen de pie. ¡Bravo!
Luego del encore, The Smile regresó para interpretar “Just Eyes and Mouth”, una pista para avivar los ánimos, agitar aún más el corazón contento y bailar con los hermosos ritmos de jazz envueltos en un azul eléctrico. Antes de irse, la banda toca un cover de la canción "Different For Girls" de Joe Jackson, se despide e invita a todos los presentes a celebrar la noche mágica e inigualable que acaba de acontecer.
Finalmente, de la nada y del todo se dibuja una sonrisa entre los espectadores.
Setlist: