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A ritmo de "Tan ta taca tan ta taca tan ta taca…" me adentraba al Salón Paraíso, lugar en donde podías encontrar distintos tipos de personas. Todos tenían el mismo objetivo: sudar a ritmo de reggaetón.
La noche inició con Kryone, un talento mexa que invadió el Salón Paraíso a ritmo de hip hop combinado con beats contagiosos. El oriundo de la Ciudad de México se ha caracterizado por usar el portugués para dar a conocer sus producciones. Con una hora de haber iniciado poco a poco comenzaba a aumentar la temperatura del lugar y los asistentes que iniciaban una velada de sonidos tropicales y beats pegajosos. “Na Calada” y “Mãos ao Alto” hicieron que las caderas comenzaran a moverse.
De manera inmediata entraron a escena Coral Casino, el dúo argentino de reggaetón o como ellos mismos se definen: soft porn. Sus letras románticas fueron coreadas por los asistentes, quienes comenzaban a llenar el lugar ubicado en el centro de la Ciudad. Algunos tracks que presentaron fueron: “Nike (Fuera un Santo)”, “Amor de Chocolate” y “Summer Romance”.
Roque y Lara presentaron su setlist con ropa deportiva que tenía estampado el nombre del grupo y, sin tanta parafernalia, recibieron piropos y chiflidos. Los argentinos agradecieron a los fans mexicanos por el recibimiento acalorado que les dieron.
El sudor comenzaba a salir de los cuerpos y prometía no parar. El show continuó con el repertorio de reggaetón pesado de Rosa Pistola, quien salió con una gorra y una blusa de piel color roja. Su amplia selección iba desde los clásicos de Daddy Yankee, Plan B y Tego Calderón a lo más reciente de figuras como Danny Ocean y J Balvin, todas fueron cantadas por cada uno de los presentes quienes además mostraban sus mejores movimientos. La colombiana radicada en México dotó de buen reggaetón al Salón Paraíso en donde el llamado flow salió a relucir en los amantes del género.
La carta fuerte del evento fue la ovacionada española Bad Gyal, que subió al escenario con unas gafas que cubrían parte del rostro, una cola de caballo y un crop top que levantó suspiros. La chica de 20 años –que empodera a las mujeres en sus letras– cantó temas como “Jacaranda”, “Fiebre”, “Pai” —una versión en catalán de “Work” de Rihanna— y “Despacio”, temas que le han otorgado el reconocimiento en la industria musical a pesar de su corta edad.
El olor a cigarro y la lluvia de cerveza se combinaron con el ritmo del twerking, mismo que provocó los gritos de la multitud a pesar de los apretones y arrimones que se daban en la pista.
La fiesta continuó con el productor francés King Doudou que –con el exceso de bass– retumbó las paredes e hizo que nadie dejara de bailar al compás de sus agresivos beats. Con un look sexy y unos pupilentes rojos, Tomasa del Real apareció durante el DJ set cantando “Perra Sátira”.
La barra divisoria en cada acto se transformaba en pared ya que hubo quienes la aprovecharon para poder bailar "hasta abajo" y por qué no, buscar compañía para perrear.
Al paso de las horas el lugar comenzaba a vaciarse, pero eso no impidió que DJ Bekman cerrara la noche con su popular "cumbiatón" y trasladara el ambiente sonidero de los barrios a los pocos asistentes que seguían sacando sus mejores pasos de baile.
Así, la primera edición de SUDA CDMX cumplió su cometido: hacer sudar a los fieles seguidores de la música bailable y olvidar las diferencias entre las tribus urbanas en la capital del país. A esperar la siguiente edición para poder volver a decir “Nos fuimo’ hasta abajo…”.