136318
Starsailor en El Plaza Condesa

Starsailor en El Plaza Condesa

Detalles

Organización

Producción

Ambiente

Lugar

El Plaza Condesa

Artista(s)

Fotos Diego Figueroa

Guiados por los navegantes estelares.

“Listen to your heart”, que te lleve el viento, deja la rutina atrás, centra tu atención en el escenario y olvida los pendientes, las juntas, las programaciones y obligaciones, toda la vida estuviste esperando por este momento, Starsailor está en el escenario y nada más importa. Y de golpe el piano y la voz tanto ansiada, y mientras buscamos ser alguien más y nunca dejamos de ser los mismos, a través de los ojos de nuestra nostalgia “Alcoholic” nos deja un gran mensaje: “threw it all away”. James Walsh abre bien los ojos y se sabe sorprendido por la emocionante respuesta del público.

“Poor Misguided Fool”, cuando somos sensibles las caídas son más dolorosas, pero esa guitarra anima al movimiento de nuestros hombros, al canto difuso que emana un alma cansada, luces magenta dominando el panorama, y la música en su más puro estado en el mejor lugar para apreciarla en vivo. Estos lluviosos días de octubre El Plaza Condesa ha sido la capilla perfecta para todos aquellos que buscan en himnos la salvación. “In The Crossfire” por todos aquellos que no nos vemos a nosotros mismos mirando al espejo, por los que no tienen unos ojos donde verse reflejados, esa extraña pero alegre melancolía que emana la banda, el ánimo discreto de aquellos que cantan y conocen cada canción, una noche de brit pop que tanto nos hacía falta.

El evocador sonido del piano Rhodes al inicio de “Fidelity”, por aquellos que llegaron desde muy temprano a hacer fila, por los fans que recibieron a la banda en el aeropuerto, por la sonrisa que provoca la fidelidad y afinidad a las melodías que nos llevan a una fría calle en Wigan. “Way To Fall”, el borde del precipicio por el cual descendemos al escuchar tantas verdades, nuestra forma personal de caer, los consejos que no seguimos, las verdades que creemos absolutas, ese algo en la garganta como daño colateral de la soledad, el abrazo al vaso de whisky cual si fuera la urna de las cenizas de lo que hemos perdido para siempre, la furiosa marea de lágrimas y sus embates a nuestra embarcación que debemos mantener a flote, el hueco que no podemos llenar ni ocultar.

“Blood” para entender la actualidad de una banda que en el pasado encontró su arraigo con los fans, y en el futuro su encanto creativo, “Lullaby” y la emoción que se estuvo guardando por tantos años, la marejada de ilusiones, el agradecimiento por el candor de la bienvenida: “tardamos demasiado en venir y no esperábamos esto, esta es la mejor ciudad del mundo”, El Plaza Condesa en aplausos al verse totalmente complacido, años de ausencia recompensados. “Neon Sky” encadenada a algunas frases de “Sonnet” de The Verve, la noche no podía ser más brit pero faltaba lo mejor. Si hubieras visto lo bueno que había en mi estaríamos cantando estas canciones no solo esta noche, por siempre, “Love Is Here”, y ante las ausencias el aullido de un coro al unísono, por los que se quedaron solos, y los que disfrutan cada acorde y compás, por aquellas parejas que ante las luces azules emanan brillo propio mientras se abrazan. “Fever” y su cadente encanto, “Ain’t No Sunshine” de Bill Withers evocando el gospel de un templo en Harlem, “Tie Up My Hands” para recordar el inicio que nos volvió los más grandes fans, “Tell Me It’s Not Over”, lo mejor está por venir, “Four To The Floor”, el leve devaneo de nuestros cuerpos, los vasos flotando en el aire, el canto que volvió a lastimar nuestra garganta, el recuerdo que se llevará Starsailor sabiendo que siempre los recibiremos encantados.

“Silence Is Easy” antes del verdadero silencio en una despedida en falso, “Please, Please Let Me Get What I Want”, un poco de The Smiths para avivar la flama, “All I Want To Do Is Rock” con Andy Dunlop de Travis quien los ha estado acompañando en sus recientes presentaciones en el bajo, “Good Souls” para cerrar un ciclo que comenzó un verano mientras el insomnio en las vacaciones escolares provocaba hacer colage con recortes de periódico mientras la rotación de un canal de videos musicalizaba la creatividad, y esta canción sonando como una esperanza de encontrar a alguien que eventualmente apareció pero que muy rápido se desvaneció. Gracias por las buenas almas que hacen música que nos alivian al pasar de los años, su esencia lacrimógena que nos mantiene en la enriquecedora nostalgia por saber que a pesar de sentirnos vencidos, tenemos que seguir adelante a pesar de la tormenta que nos esperaba afuera de camino a nuestras guaridas. Afortunadamente los navegantes de las estrellas nos habían mostrado un atajo al sueño momentáneo.