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Si al día siguiente del jueves 7 de junio del 2019 tuvieron una plática de elevador, seguramente mencionaron la lluvia. Porque la lluvia es un catalizador de conversaciones sin sentido. “Qué fuerte estuvo ayer el agua, ¿no?”. “Híjole, acababa de lavar mi carro y ayer se cayó el cielo”. “Ayer llegué medio tarde a un concierto por la maldita lluvia”. Y sí, la ciudad se convierte en un caos pero hay cosas un poco más relevantes de las que se podría hablar. Porque justo ese jueves, era jueves de Semana IR!.
Poner etiquetas determinantes no es lo mejor siempre, pero si nos viéramos en la necesidad, el jueves era jueves de guitarras. En puerta estaba la presentación de una banda mexicana que goza de la privilegiada recomendación de boca a boca: El Shirota; y también el regreso a la CDMX de un proyecto que parece incansable: Cloud Nothings. Quizá esto sea una reflexión innecesaria, pero es muy reconfortante ver cómo el Foro Indie Rocks! se ha consolidado como uno de los lugares para ver a muchos artistas que, tal vez, en otro recinto no tendrían cabida. Y con las remodelaciones recientes, ha quedado mejor que nunca.
Podrás decir muchas cosas sobre El Shirota, pero nunca que son una banda sateluca. Para los hermanos habitantes de la zona de Tlalnepantla de Baz, hay ciertos códigos. Así como en los suburbios de zonas lluviosas o frías en Estados Unidos, muchos adolescentes se dedicaban exclusivamente a tocar y escuchar música en sus habitaciones para resguardarse de las inclemencias del clima, los muchachos de El Shirota parecen emular las prácticas, aunque yo lo ataño más a que para llegar a cualquier lugar en la CDMX desde allá, se necesitan por lo menos, 50 minutos de auto. De las escuchas, de los ensayos, El Shirota ha logrado consolidar un estilo que es difícil encontrar en las propuestas locales. En una entrevista reciente con Indie Rocks!, Nacho comentaba que sus gustos musicales van evolucionando, que no necesariamente tienes que gritar para ser honesto con tu música. Seguro que hay por ahí un “purista” que diga: “ya no son tan chidos como antes”. Pero también habrá 10 personas más que opinen que deben seguirle la pista. Sobre todo si se les ve en vivo. Son de esas bandas que, sin darte cuenta, has visto sin parpadear por más de cinco minutos. Enérgicos, buenos músicos y con mayor madurez, El Shirota y sus nuevos sencillos, están listos para dar un paso a la élite de la escena local.
Después de una vuelta por el patio buscando cervezas o algo para comer, se escuchó alguna voz dentro del Foro. Ya estaban sobre el escenario. Habían pasado algunos años desde que Cloud Nothings habían venido a México. Dentro de ese periodo, la banda de Ohio había sacado dos discos consagrantes. Tanto Life Without Sound y Last Building Burning, habían sacado lo mejor del proyecto de Dylan Baldi. Lo que comenzó como maquetas hechas en GarageBand, había culminado en Sonic Ranch, uno de los estudios con más reconocimiento a nivel mundial. La mano de productores se nota en canciones como “Modern Act” o “Leave Him Now”, en donde combinan lo mejor de la esencia de la banda. Una crudeza ligera, alboroto calculado, gritos desbordantes pero mesurados. Cloud Nothings es un proyecto que discurre en diferentes estilos y géneros musicales. A veces parecieran hermanos de Real Estate y a veces de Titus Andronicus. Los contrastes son necesarios.
En vivo se notan cohesionados. Con visuales de Adult Swim o sin ellos, con los monitores bajos para el baterista o hablando con una sola persona del público, no tienen muchos más aspavientos pero las canciones hablan por sí mismas. A veces pareciera que es la banda de tus amigos de la prepa evolucionada. Como si esa tocada en la que por fin pudiste besar a tu persona favorita después de aguas adulteradas se proyectara a un escenario profesional. Y eso es una virtud que a veces se pierde entre el creerse estrella de rock. Es obvio que Cloud Nothings no son Tame Impala o Muse, pero tampoco quiere serlo. La intimidad parece irle de maravilla. “On an Edge”, “The Echo of the World” o “Stay Useless” sonaron como deben sonar. Dijeron que les gustaba venir a México y a nosotros nos gusta que vengan. Son una banda que encumbra tiempos turbulentos pero disfrutables. Tiempos de cambios, de amigos que se van, de amores que no duran lo que se quisiera. Tiempos de descubrimientos, de decepciones, de gritos por las noches y aprendizajes que forjarán una personalidad.
Con lluvia o sin ella, la Semana IR! 2019 tuvo otra noche que en algunos años se recordará con una sonrisa y no solo como una plática de elevador. También, dentro de esos años quizá haya nuevos discos y canciones de dos bandas que, sin lugar a dudas, valen las reproducciones que se les dediquen.