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¿Qué tanto es tantito? Un solo día no es nada, dos no son suficientes, pero tres… ¡Bendito sea el Rock!
Aún se sienten los ecos de ovaciones encontradas por los rincones del Centro Histórico, la bandera ondea vigilante esperando el próximo acorde, el grito desenfrenado que emane de un cuerpo mortal a consecuencia de escuchar aquella canción añorada. Los hechos pasan a ser parte de la historia colectiva, un fin de semana marcado por la música y sus fieles creyentes.
La Semana De Las Juventudes en la Ciudad de México culminó sus actividades en un ambiente de felicidad y satisfacción donde sus asistentes disfrutaron de cada momento que las bandas y artistas les brindaron, hicieron suyo cada acto.
Las actividades que el Instituto De La Juventud de la CDMX puso a disposición del público siguieron la misma esencia de los días anteriores, donde las propuestas emergentes nacionales tuvieron un espacio para mostrar sus proyectos, siendo Hey Olympics de las primeras en sobresalir. Por su parte, Fishlights, con un estilo influenciado por el new wave, despertó un gran interés entre el publico de la plaza de Santo Domingo que los reconoció con prolongados aplausos.
Posteriormente, en el mismo escenario se presentó Silva De Alegría, proyecto alterno de Sergio Silva de Furland, que con sus melodías inclinadas hacia un folk sanador encantaron y aderezaron la última tarde de la semana en el corazón de la ciudad. Dichosos aquellos, también, los que disfrutaron de la presentación de El David Aguilar, teniendo una muy aceptable convocatoria gracias a su mezcla de música latinoamericana y popular mexicana, siendo una propuesta que ha ganado muchos adeptos en estos últimos meses.
Mientras tanto, en el escenario del Zócalo los encargados de inaugurar la jornada fue Out Of Control Army. Haciendo honor a su nombre y motivados por el sonido two tone que hiciera famoso The Specials, los comandados por Big Máscara se encargaron de descargar toda su artillería de ska, provocando el primer slam del día. El ímpetu e intensidad de ese ancestral baile de los empujones y los catorrazos confirmó que México es una de las capitales esenciales del ska en el mundo.
Es destacable hacer mención de la excelente calidad de sonido que tuvo el festival, no solo el domingo, sino todo el fin de semana y en los dos escenarios montados, dando una valiosa lección: La calidad no siempre tiene un costo, por lo menos en los festivales musicales.
El sol cayó sin piedad mientras Sergio Arau & Los Heavy Mex, proyecto del ex integrante de Botellita de Jerez, que enfundado en una imitación de banda presidencial se rifó un repertorio contestatario, satírico y elocuente. Bajo la consigna “¡Viva la lucha!” el músico y artista visual fue duro en sus criticas contra el gobierno de nuestro país, sin olvidarse de tocar algunos clásicos de La Botellita como “Alármala de tos” y “El guacarock de La Malinche” recordándoles a sus fanáticos que “Todo lo naco es chido” pero “Lo Cortés no quita lo Cuauhtémoc”.
Sin mucha demora, los destinados a aparecer en el escenario que ya se preparaba para el atardecer fue La Banda Bastön, que hicieron de su set una gran fiesta entre sus fieles seguidores e invitados sobre el escenario, entre los cuales se encontró Denise Gutiérrez de Hello Seahorse!. Con éxitos como “Loco” y “Me gustas” los oriundos de Baja California Sur brindaron una explosión de rimas que los consolidan como uno de los proyectos más influyentes de la escena hip hop mexicana.
Con los ánimos aún a tope, Dr. Krápula llegó con todo su poder y desde la primer rola pusieron a saltar a su solida base de fans mexicanos con su peculiar estilo y su discurso de protesta. “La fuerza del amor” fue la culminación a un set que fue sumamente vistoso por la alegría pública que volvió a alzar los puños y a entonar canción tras canción de la banda colombiana.
Siguiendo con las actividades, la cumbia milenaria se hizo presente al caer la noche con la llegada de Sonido Gallo Negro, dispuestos a curar de espanto y liberar a los mortales presentes de todo mal augurio y mala vibra. De repente el Zócalo capitalino ya se había convertido en una pista de baile donde el culto psicodélico amazónico a la noche, que llenó de misterio toda la atmósfera, con canciones como “El mercado de los brujos”, “Cumbia de sanación” y “Bocanegra”. La agrupación mostró un show innovador donde la labor de Dr. Alderete dibujando en vivo y manejando un Theremín dieron un plus mágico en el escenario.
Después de aquella limpia sonora colectiva, Illya Kuryaki And The Valderramas sacudió a la Plaza de la Constitución con su ya conocido espectáculo donde exploran estilos de hip hop tropicalizado. Siendo ya un proyecto consentido en nuestro país, Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur hicieron que el público se olvidara del frío y sacaran sus mejores pasos de baile.
En la antesala del fin, el gran entarimado quedó completamente listo para el ultimo acto de la noche. Plastilina Mosh tuvo un ansiado regreso a la capital del país con su gente que ya los extrañaba. La banda referente de la avanzada regia de la década de los noventa comenzó pletórica, haciendo recordar aquellos viejos tiempos con “Te lo juro por Madonna”, “Niño bomba” y la siempre coreada y desmadrosa “Mr. P. Mosh” siendo esta pieza la que más emocionó a sus fans.
El show propuesto por Jonaz y Rosso tuvo en su mayoría buenos momentos, donde las anécdotas y la buena vibra se hicieron notar en todo momento. El setlist se complementó con “Millionaire” y “Nalguita” que anunciaban el cierre del concierto, mientras que “Peligroso pop” y “Pervert Pop Song” terminaron por despertar cierta nostalgia en los oídos de los asistentes y dejándolos satisfechos hasta el ultimo momento.
Al final de la noche, cabe una buena reflexión: Todos aquellos jóvenes que muchas veces pasan a ser incomprendidos, subestimados y hasta menospreciados, fueron los mismos que hoy bailaron, saltaron, cantaron y hace algunos meses estaban levantando escombros de edificios y ayudando en las calles. El espectáculo musical que antes del S19 ya estaba planeado pasó a ser una recompensa para todos aquellos que vivieron la angustia de buscar a algún ser querido o a perder parte de su patrimonio.
La música siempre será un excelente medio para sanar las almas de los vulnerables, lo que se vio este fin de semana en las calles del Zócalo es ni más, ni menos que la toma de protesta de una juventud inquebrantable, que lucha día con día por persistir, se cae pero se levanta… lento pero seguro.