08/May/2013
Sin presentarse, avisar o esperar, la enorme figura proveniente de Norteamérica dio inicio a su recital con "The Art Teacher", donde bastaron apenas unos segundos sobre las teclas del piano para desatar una oleada de gritos y aplausos que llevaban mas de una década esperando recibir a Rufus Wainwright.
A quien muchos jamás consideramos poder ver en nuestro país, estaba frente a nuestros ojos. Su silueta al piano, su cálida y única voz, sus patillas y su postura. Fue todo lo que muchos imaginaban y que siempre esperaron, una carismática, extrovertida y talentosa persona que cantaba, recitaba anécdotas y sobre todo, bañaba la noche de un característico humor que lo ha colocado como un crooner moderno.
"Martha", "Montauk" y "Zebulon"; canciones para su hermana, su hija y su madre explicadas y narradas como reflexiones sobre la vida y la muerte, donde la única conclusión o lección aprendida fue el poder del arte para transmitir mensajes y donde no necesariamente debe haber una catarsis, pero sí música.
“Es muy especial para mi, o no se, creo que es una ocasión importante el cantar esta canción por primera vez en este lugar ya que, la relación que tiene Estados Unidos con ustedes, bueno, esta muy jodida y tiene que cambiar” fueron las palabras que antecedieron a una tropezada pero muy pasional versión de "Going To A Town", centrada en el fastidio que es Estados Unidos con su moral, su crítica y su mera existencia.
Entre cambios de instrumentos, bromas sobre piñatas y parafernalia de hello kitty, un verdadero músico y cantante se hizo presente donde la falta de una banda de apoyo se olvidó inmediatamente y la intimidad de la velada, con su calor y sonrisa, propiciaron una de las noches mas bellas que han acontecido en ese foro. Entre risas, confesó no haber podido ensayar debido a “La Venganza de Moctezuma”, pero compensó los tropiezos en las notas y letras con complaciente repertorio que incluyó "California", "Matinee Idol", "Vibrate", y su muy aclamada, pero sobre todo, bella versión de "Hallelujah", original de Leonard Cohen.
Con "Foolish Love" clausuró lo que todos y cada uno de los presentes no queríamos acabara nunca, Rufus interpretó la melodía como respuesta a la pieza que antecedió, "The Maker Makers", excusándose: “Bueno, vamos por un tono mas contento ¿esto es contento, verdad?” y así como llegó, se fue, dejando vacío el entarimado pero sabiendo que dejó mas que repleta la memoria y corazones de los asistentes que partieron llenos de anécdotas, bromas y canciones.
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