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“Aquí nacimos” dijo Christian Jean, al referirse al Plaza Condesa. Sí, ahí nació Reyno, en una noche de invierno a lado de un tal León Larregui que presentaba su disco. Lo que no dijo es lo rápido que todo pasó. Un año bastó para que el grupo pasara de ser nadie a ser reconocido por miles. ¿Qué será lo que motivo que en tan sólo 365 días su mundo cambiara? ¿Será el apoyo de la disquera? O, acaso ¿se deberá a que sus integrantes son relacionados con otros proyectos? No, lo que en realidad pasó fue que los músicos encontraron la manera de conectarse con la gente, una fórmula que muchas veces es rechazada: talento + trabajo + humildad. La última no se refiere a ser amable todo el tiempo, sino a presentar tu canción, tu banda sin pretender algo más que alegrar corazones.
Esta es la crónica de lo sucedido el 20 de diciembre de 2015 en el Plaza Condesa, una noche que se convertiría la mejor noche de la vida para dos sujetos que llevaban mucho persiguiendo un sueño.
No parecía que se fuera a llenar. Todo indicaba que un concierto en domingo, con las fiestas de diciembre a la vuelta de la esquina y con un grupo que hasta hace un año abría conciertos de León Larregui no iba a poder conseguir la meta de atraer al público. 7:00 pm decía el boleto. Eran 6:45 y el recinto lucía vacío. La razón era muy obvia, el concierto lo abrirían unos desconocidos llamados Costera, que, como los principales hace un año, están empezando a trazar su propio camino. Con un rock muy Zoé, sirvieron muy bien su propósito, calentar motores, alargar la espera y dar tiempo para que los rezagados, que seguro andaban bebiendo en los bares aledaños, pudieran entrar. Algo me dice que en el 2016 se hablará bastante de estos jóvenes chilangos, pero bueno, esa es otra historia que aún está por escribirse.
Cuando Reyno subió al escenario el lugar ya estaba lleno de adolescentes en vacaciones dispuestos a embriagar (¡obvio, para ellos no existen los lunes en esta época del año!). Abrieron con “Ahrimán”, “Dualidad” y “Purifícame”, las tres, muy coreadas, o al menos lo eran para ser una banda nueva, pensé. No imaginaba que el show estaba diseñado para ir de menos a más. “Fluye”, canción que me hizo querer asistir a este concierto y que en poco tiempo ha llegado a tener gran éxito, fue la primera que hizo que por mi cabeza pasara el pensamiento: “Esta reacción de la gente no es normal en un grupo nuevo".
Todo seguía en ascenso, con cada canción demostraban que se habían saltado por completo el proceso de crecimiento de su fama. Parecía como si llevaran 10 años y siete discos. Incluso se dieron el lujo de tocar “Puente” de Cerati (de la mano de Rodrigo, baterista de Zoé) y lograr que sonara a un buen tributo y no a un cover mal hecho.
Al principio dije que había humildad en Reyno. Esto lo noté cuando Christian señaló hacia el segundo piso y agradeció a sus mamás por haberlos aguantado tanto, acto seguido les dedicaron “Ay de ti” cuya letra dice: “Ay de ti que te vayas antes de tiempo”. Ese grado de gratitud sólo se logra cuando la humildad reina en ti.
“Amarrado” fue la más coreada previo al encore. Sí, una banda con sólo un año de haber empezado su andar en los escenarios (no así en el estudio, ese andar empezó antes) ya tiene el suficiente repertorio para generar un set que incluya una pausa para refrescarse y generar expectativa. “Dos mundos” y “Exilio” fueron las triunfadoras de la noche y vaya ¡qué noche!
Ayer podría haber sido el nacimiento de un gigante. Puede no gustarles a muchos pero, una banda que en tan poco tiempo tiene dos discos y llenó el primero de los recintos importantes de nuestra ciudad, va en camino de ser una de las grandes. Al final, sólo el tiempo lo dirá.
Nota final: Los más grandes dicen que el rock ya murió. Que las nuevas generaciones no entienden la rebeldía de los años pasados. Aseguran que la esencia original y el sexo, drogas y rock and roll pasó a mejor vida el día en que los grupos empezaron a ser más fresas que los mismos fresas.
Es cierto que Reyno no tiene la fuerza de Molotov o la rebeldía de Maldita Vecindad, ni hablar del virtuosismo de Bátiz. Pero ayer en su concierto hubo: muchos borrachos, algunas drogas, adolescentes en faje extremo y gritos y emoción hacía un grupo que, genera su propia música y, además escriben su propias canciones. Perdón pero si eso no es ‘rocanrol’ entonces ¿qué sí lo es?