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“Festival de música para millennials incomprendidos”, así se anunciaba uno de los festivales más bizarros que hay en nuestra ciudad. Electrónica, hip hop, reggaeton, todo lo que un digno representante de esta generación debe escuchar.
Un line-up lleno de bandas raras, que invitaba a la fiesta y al descontrol. Sólo bastaba con ver a PXXR GVNG como cabeza de cartel para darse cuenta que no era un festival cualquiera.
Para las primeras bandas la cosa no les resultó tan fácil, si algo tienen los “millennials” es su gusto por la noche así que llegar temprano no era una opción y los que lo hicieron prefirieron pasarla en el lobby fumando y tomando. Así, las primeras presentaciones pasaron un poco desapercibidas y no fue hasta que Jamez Manuel tomó el micrófono que el ambiente realmente se empezó a calentar. Claro ayudado por colaboraciones especiales como la de su paisana Mariel Mariel.
No somos marineros volvieron a mandar a todos al área de fumar, no es que sean malos, simplemente no era su público y no lograron conectar con un ambiente que quería menos gritos y más “perreo”, aún así su presentación fue buena.
Ya entrada la noche llegó Lao devolviendo a los asistentes a la pista de baile preparándolo todo para los principales de la noche: PXXR GVNG. Los españoles pisaban por primera vez tierras aztecas donde ya gozan de una buena camada de fanáticos. A las 9 de la noche subieron al escenario y en el Foro Indie Rocks! no cabía un alma. Reggaeton intenso con letras que invitan al cachondeo es lo que el cuarteto que incluye un DJ y tres MCs, todos provenientes de las calles, lo que se transmite en su música y en sus presentaciones.
El momento alto del show llegó cuando PXXR GVNG se transformó en la La Mafia del Amor proyecto alterno que lleva el reggaeton a su máxima expresión, lo cual contagió a los asistentes que a pesar de que la banda ya había rebasado el tiempo asignado, no los dejaban bajarse alargando su presentación.
Aunque eran los más esperados, la noche no terminó con los españoles, a partir de las diez empezó una serie de DJs que convirtieron el concierto en una fiesta llena de alcohol y buenas vibras, todo lo que un millennial requiere para pasarla bien.
Raymondstock Jr le da frescura a los festivales en nuestra ciudad que normalmente pelean por traer a los grupos masivos para atraer gente. En cambio, este proyecto no trata de reunir a cientos de miles de almas, lo que intenta es hacer una oferta de calidad con bandas que amenicen la fiesta, lo cual hace que los asistentes se sientan parte del festival e incluso protagonistas por momentos. Si cada año le dedican el mismo amor y devoción y no cambian el concepto, se podría convertir en un clásico o hasta en una leyenda urbana que esta generación podrá contar a los hijos de sus hijos.