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Fotos Cynthia Flores
Apenas a dos años del tan esperado debut de Public Image Ltd. en la CDMX, John Lydon y compañía volvieron a México de la mano de Euritmia para celebrar 40 años llenos de controversia, alegrías, grandes canciones y, sobre todo, muchas ganas de patear al prójimo.
Que los boletos se agotaran semanas antes del show en el 2016 auguraban que en esta ocasión el aforo sería mucho mayor; sin embargo, a pesar del 2x1, no se logró que el Pepsi Center WTC alcanzara siquiera la mitad de su capacidad.
Sin banda telonera, hecho que agradecemos quienes tenemos que pararnos temprano al día siguiente, PiL salió al escenario apenas unos minutos después de las 21 H. mientras muchos aún estaban en el baño o esperaban su turno en la fila de las cervezas.
El audio, no impecable pero decente, nos hizo pensar que después de tantos años los ingenieros por fin hallaron la fórmula mágica para evitar que los conciertos se escuchen como si estuviéramos dentro de una cacerola. Gracias a eso pudimos disfrutar en todo su esplendor canciones clásicas como “The Body”, “Memories” y “Disappointed” entre treintañeros y cincuentones que, con trago en mano, cantaban y se contoneaban al compás de la música.
Quienes han tenido oportunidad de ver a PiL más de una vez saben que no hay pierde, pero que tampoco hay espacio para las sorpresas. La banda sube y hace suyo el escenario, acompañando a John Lydon que, sin tener que pararse de cabeza o hacer gran cosa, impone respeto y hasta miedo.
Tras una versión extendida de “Death Disco”, Lydon le regaló al público mexicano una rabieta en la que atacó a uno de los camarógrafos del recinto, pidiéndole que dejara de grabar e incluso amenazando a los organizadores que observaban desde uno de los balcones con cara de no entender lo que estaba pasando.
Afortunadamente, el berrinche no pasó a mayores y el show continuó su curso. Como era de esperarse, cuando llegó el turno de “This Is Not a Love Song” y “Rise” más de una docena de personas se conglomeró al centro de la pista para participar en una suerte de slam en el que más que repartir golpes, la gente entró a embarrarse en el sudor y la mugre de los demás.
Tras salir unos minutos, la banda volvió al escenario para un pequeño encore compuesto por “Public Image” y su redención a “Open Up” de Leftfield, cuya voz original siempre ha estado a cargo de John Lydon. Sin mayores palabras, PiL se despidió, se encendieron las luces y algunos aprovecharon para tomarse una selfie con su playera de Sex Pistols y el escenario de fondo.
Mientras el público se encaminaba hacia la salida se podía ver por todos lados cómo viejos amigos se encontraban y se tomaban fotos como si de una reunión generacional se tratara. Si bien a prácticamente a todos los que en algún momento se dijeron punks se los ha comido el capitalismo y el sistema, la vida les regala espacios como este para recordar cuando usaban botas, traían los pelos de colores, tomaban mezcal barato y dormían en las escaleras de metro Pantitlán.