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El año pasado se concretó el regreso de una las mejores agrupaciones de música electrónica en México, TITÁN. Luego de diversas especulaciones, la banda presentó su álbum Dama. Tuvieron que pasar 11 largos años y el despunte de sus proyectos paralelos para que Emilio Acevedo, Julián Lede y Jay De La Cueva volvieran entrar al estudio para generar nueva música juntos.
Contrario a lo que parezca; en realidad, nunca se fueron. Tal como explicó Lede en entrevista para Indie Rocks!. “En nuestra mente siempre estuvimos juntos, simplemente nos distanciamos. Jamás lucramos con una despedida o un regreso. La condición para reunirnos era tocar en vivo, sacar un disco y no refritearnos. Queríamos sorprendernos”. ¡Vaya sorpresa para todos!
Dama es un disco compuesto de once temas que, en comparación con sus predecesores, suena más maduro. Conjunta –además de experiencia– los valores sonoros que cada uno de sus miembros desarrolló en su proyecto alterno: Emilio Acevedo como Sonido Lasser Drakar, Julián Lede como Silverio y Jay de la Cueva con Moderatto. Esta nueva placa producida por Nick Launay (Yeah Yeah Yeahs, INXS, Lou Reed) los puso a girar por varios puntos del globo y muchos estados de la República Mexicana. Destacan su en directo en Ceremonia 2016 y su extático show en El Plaza Condesa en diciembre del mismo año.
Este 2017, además del lanzamiento del visual para "Dark Rain" (canción en la que colabora Gary Numan), presentan Noches TITÁN. Un concepto que promete veladas de baile interminable en varios venues de México. La primera fecha de esta iniciativa realizada en El Candelero de la Ciudad de México cumplió esa premisa. El baile no tuvo pausa en presencia de DJ Hotmale, Christeene y TITÁN.
El Candelero es un espacio que regularmente funciona como restaurante bar. Su arquitectura evoca a una pequeña hacienda del siglo XVIII. Tras librar un gran patio con varias mesas de metal para comensales y una escalera de caracol, se llega a un gran salón en semipenumbras. Su alto y grueso techo de madera no fue lo suficientemente resistente para olvidar que afuera llovía profusamente. Más tarde, cuando el calor se asentó implacable, las goteras se convirtieron en fuentes de frescura.
Algunos candeleros de techo escurrían una tenue luz amarilla, los muros eran bañados por rojos intensos y los beats inundaron los oídos de los presentes. Arriba, desde una cabina con aspecto de repisa, la música de DJ Hotmale comenzó a congregar en la pista a los pocos reunidos hasta el momento.
El set de la faceta oscura de LAO fue privilegiadamente freestyle. Navegó por diversos afluentes. Los sampleos a temas de Daft Punk, Marilyn Manson y Underworld empujaban el sonido hacía lo mainstream; desde otro flanco, Delta 5 y Miss Kittin tiraban hacia lo old school. De a poco, los ritmos fueron acelerado y se desvanecieron los versos.
A las 23:14 H, una versión electro-ambient de "Corazón" anunció que todo viraría hacia el groove. La segunda mitad de la ejecución de DJ Hotmale fue aumentando la convocatoria en el dance floor. En contraste con la temperatura que incrementaba gradualmente por la fricción de los cuerpos, los efectos industriales del sonido discurrían por regiones frías. Hacia el final del acto, la música se tornó más lúgubre; unas risas extrañas, como de bruja, se burlaban de lo que estaba por venir.
Las luces del escenario principal se encendieron y un regordete personaje de largas pestañas presentó a Christeene. La extravagante drag queen hizo su entrada por el lado derecho. Llevaba puestas una botas de pico con altos tacones, un derruido vestido azul eléctrico, un antifaz, un velo blanco y un dildo al que estaban atados unos globos.
Entre preguntas retóricas del tipo "¿Qué hago aquí?", se presentó como un "drag terrorist", un ser dispuesto a entregarse a las perversiones de la noche. Su performance sonoro combina intensos y acelerados beats con una voz rasposa y mal articulada. Su estilo musical es una extraña mezcla de punk y rap.
Su trasgresora interpretación mantuvo a varios con una mirada curiosa y a otros con una sonrisa nerviosa. Luego de tocar varios de sus temas más conocidos, entre ellos "African Mayonnaise", "Tears From My Pussy" y "slowly/easy" se fue despojando de su indumentaria.
La provocación e interacción con la gente fue constante: tragos compartidos, abrazos, seducción y besos. El personaje de Paul Soileau (nombre real) conmina constantemente a transgredir las prenociones acerca del virtuosismo musical, la moda, el estandar de belleza y la sexualidad. Por momentos grotescamente sensual y extrañamente intenso, su show cerró con "FUK V 29", "Big Shot" y "Fix My Dick".
TITÁN no necesitó presentación. Subiendo al escenario comenzó el estruendo. Al rededor de de las 02:00 H del sábado "Apache", la primer canción ejecutada, arrebató aplausos y chiflidos. Los sintetizadores de "Tchaikovsky" hechizaron la cadera de varias chicas e hipnotizaron el cuello de muchos. "P.E.C." para viajar al pasado. "Space Chemo" y "Odisea 2001" hicieron crujir el piso de madera. El sudor ya comenzaba a escurrir por la frente de aquellos que se pusieron a sacudir todo el cuerpo.
"King Kong" con sus densos beats jazzeros pusieron la mente en modo avión. Durante "1,2,3,4" el tiempo y el espacio se desvanecieron.
Jay De La Cueva demostró su versatilidad. A lo largo de la presentación se alternó en el uso del bajo, la batería, los teclados y la voz. Emilio Acevedo, al frente y al centro del escenario, se amarró a la caja de ritmo y los sintetizadores. Julián Lede se dedicó a los efectos y complementos, sin los cuales el sonido de TITÁN no sería tan espacial.
Luego de una pausa para interactuar con el público, siguieron "Dama Negra" y "Dama Fina". Esta última fue coreada intensamente. Las goteras ya no escurrían y el calor humano era una clara sensación olfativa. Con "Soldado" comenzaba la marcha hacia el cierre de una noche en la que nostalgia y novedad se fundieron en una sola.
De La Cueva y Acevedo dejaron el escenario para que Silverio ejecutara el interludio previo al cierre. El combo "Araña" - "El Rey de Swing" fue una clase magistral de coordinación y ritmo.
Para concluir una gran presentación: "Corazón". Su actual interpretación en directo es una exquisita mezcla de capas y texturas sonoras. Sintetiza mucho de lo mejor que cada uno de los integrantes de la agrupación ha pulido técnicamente. No suena a un hit que se ejecuta con partitura de clásico, sino a novedad constante.