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www.myspace.com/porterband. Once años han pasado desde la primera vez que muchos visitábamos este link para saber información y dar click una y otra vez sobre las canciones de Porter. Ahora, al hacer el recuento de los daños, con el paso del tiempo es muy emotivo ver cómo las cosas han cambiado durante todo este tiempo; estremece el corazón darse cuenta que por más de diez años de nuestra vida, la música del cuarteto tapatío, como soundtrack ha acompañado el paso de nuestra adolescencia a la etapa adulta, y esto en lugar de hacernos sentir viejos, nos hace sentir bien, ya que al verlos en vivo es como reencontrate con un viejo amigo con el que puedes conversar acerca de los antiguos amores, los malos tiempos y los mejores que están por venir.
Con un set dividido en dos partes, Porter presentó más que un concierto, una experiencia de vida ante un Teatro Metropólitan que colgó el letrero de localidades agotadas desde quince días antes, y en el que miles de corazones llenos de amor y energía positiva se entregaron a la agrupación tanto en las canciones clásicas, como con los temas del mítico Moctezuma.
A las ocho de la noche con treinta minutos, las cortinas del teatro se abrieron y mostraron entre un impresionante juego de luces a la banda vestida con sus típicos ponchos. “Host Of A Ghost”, “Cuervos”, “Vaquero Galáctico” y “Daphne” dieron inicio al show, a la par de las palabras de un conmovido David Velazco ante euforia de sus seguidores: Con tanto que nos entregan, lo vamos a dejar todo en el escenario, esta noche es para ustedes.
Mientras se escuchaba la frase: Perdón que ya no aguante tu partida pero es la perra soledad, a una sola voz y con todos los celulares en posición para grabar el momento, “Espiral”, el último gran clásico del Rock Mexicano, como máquina del tiempo transportó a todos a épocas de las que seguramente ya no recordaban con claridad, pero que en algún momento los hicieron suspirar durante su juventud en éxtasis.
Después de poner el ambiente disco y los movimientos de pelvis al ritmo de “Xoloitzcuintle Chicloso”, llegó un interlude en el que se escuchó la voz de Juan de la Torre, uno de los principales responsables de introducir a Porter al conocimiento que dio paso a la sensibilidad, acordes y el flujo de energía brota de Moctezuma. Así se dio paso al comienzo de “Murciélago”.
Por nuestra Pachamama que nos da todo. Como una ceremonia que en un orden casi cronológico narró el descubrimiento del continente americano, acompañada de la mística del folklore mexicano que recorre al disco nombrado como el último gobernante de Tenochtitlán. Porter interpretó en la segunda parte del concierto todos los temas de dicho álbum, haciendo de un momento épico el cierre con “Palapa” y “Huizil”, en donde como una celebración, los sonidos prehispánicos sonaron tan fuerte que en la sangre corrió más que nunca el orgullo que hay que sentir por lo que somos y de dónde venimos.
Que buen regalo nos dan hoy. Así se despidieron David, Fer, Bacter, Victor y Juan Pablo, quienes en compañía de todo su staff que los acompañó a despedirse arriba del escenario y sus fans extasiados que en todo momento estuvieron al filo de las butacas cantando, vivieron uno de los conciertos más entrañables que se han presenciado de Porter desde que se presentaran por primera vez en el Hard Rock Live de la CDMX en el lejano 2005.
424 fue la banda encargada de abrir el show, quienes presentaron algunos temas de su más reciente álbum Siempre Mar. A pesar de que el cuarteto costarricense sólo tocó 20 minutos, entregaron un bello set que todo el tiempo estuvo acompañado por dos bolas disco que a lado de unos reflectores, en el que llenaron de pura vida, magia y luz a todo el Teatro Metropólitan.