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Aparte de Dr. Martens, franelas a la cadera y playeras Fred Perry, los asistentes (en su mayoría) portaban alguna prenda que demostraba a que banda venían a ver el día de hoy, constatando que los seguidores del ska son de los más apasionados en el país, ya sea que vinieran en camión desde Guadalajara con la pequeña banda de No Tiene La Vaca, o tuvieran que esperar varias horas para ver por primera vez en México a Less Than Jake en el Pepsi Ska Fest.
La mencionada banda de No Tiene La Vaca fue uno de los primeros actos en tocar para un público poco numeroso, lo mismo que Rude Boys, pero estos actos “pequeños” no escatimaron en quemar las calorías sobre el escenario; como mínimo, sus respectivos seguidores recibieron un par de presentaciones bastante enérgicas. De Tijuas estuvo presente Almalafa, añejo grupo que lleva tocando desde los 90. Se aventaron una versión de “Redemption Song”, la cual la convirtieron en versión ska “con todo respeto para Marley”, como dijo el cantante “Duende” García. Tocaron clásicos propios como “Siento Tu Calor” y “Matar”; antes de despedirse, nos dijo “Duende”: “chéquense esta rolilla mamonsilla” (en completo acento tijuanense), antes de entrarle a una versión ska de El Padrino, si, aquella trilogía de películas.
La raza iba llegando y ya llenaba una tercera parte del Pepsi Center, con mucha gente participando en las activaciones de las marcas corporativas asistentes, casi siempre a insistencia de carismáticos argentinos que le saben a ese rollo. Es cierto que el Ska Fest se siente como un evento corporativo, muy comercial (dirían algunos), pero a final de cuentas es una oportunidad de reunir a bandas emergentes dentro de la escena ska mexicana, en un recinto cómodo y seguro, con todas las amenidades, así que todo bien. Es interesante notar que no aparecen los nombres de siempre como Panteón Rococó o Inspector o hasta Los Fabulosos Cadillacs; en su lugar No Tiene La Vaca, Nana Pancha y Maskatesta, que aparte de tener un tino para escoger nombres semi-graciosos, son propositivos en su música y contestatarios en sus mensajes (normalmente en torno a las desgracias que nos aquejan a los mexicanos).
Aunque de hecho Maskatesta trajo el momento romántico de la noche, interpretando canciones de amor y de despecho como “Tabernero”, “Hace Tanto Tiempo” y “Tú Que Pedirás”; del escenario repetidamente se escucharon palabras para el público como “energía” y “amor” por parte del cantante Kabula.
Se acercaba el momento de empezar a recibir talento internacional al escenario y personalmente anticipaba la presentación de una banda, incluso el presentador Horacio (Blanco, de la legendaria banda de ska venezolana Desorden Público) se proclamó como “fan declarado” antes de presentarlos. Eran The Aggrolites. Proponentes del early ska revival y de su característico dirty reggae. Fue una alucinante presentación llena de potencia y melodía que traía al público entero bailando. Imposible no ponerse a mover los pies con esta banda, y aunque el sonido del Pepsi Center le había quedado a deber a las vocales de algunas bandas, el teclado de Aggrolites brillaba entre el resto de los instrumentos, al igual que en los discos. Más tarde tuve la oportunidad de preguntarle al mismísimo Roger Rivas, el “Aggro Boss”, cuál era ese teclado de madera que domina sobre el escenario. “Hammond B3 my man!”, respondió.
Durante el intermedio se vino la sorpresa anunciada, más que nada para Horacio Blanco, a quien le subieron a la sección de metales de Los Victorios, junto con Pato de La Maldita Vecindad. Blanco interpretó un par de números, antes de que apareciera Rocco, incluso para la sorpresa de Pato, y pasaran a tocar una versión bastante alegre de “Pachuco”, con patadas a diestra y siniestra, como es costumbre de Rocco.
Nana Pancha deleitó a sus llamados “Gallos” con “El Odio Y El Amor”, antes de dedicarle una canción a EPN llamada “Baile Brutal”. De los grupos con más convocatoria, subieron a Marifer Malo, mejor conocida como “Fuzz”, al escenario para que cantara unos números con ellos, en un momento medio Moderatto-Belinda, y no tardaron en caer algunas rechiflas. Cabe mencionar que “Fuzz” fue la única mujer que pisó el escenario este día, en donde hizo falta más presencia femenina. Less Than Jake, en su primera visita a nuestro país, hizo lo propio con números como “Good Enough” y la pegajosa “The Science Of Selling Yourself Short”. Venía incluida en su presentación un humor algo condescendiente como “i love tacos!...yo quiero Taco Bell”, “esperábamos ver más bigotes” y “¿tienen MTV en México?”; son del norte del estado republicano de Florida y era su primera vez en México, así que todo normal…o bueno no, faltó “Surrender”, cuya omisión fue a final de cuentas el peor chiste que nos hicieron.
Finalmente llegó el platillo principal. Aaron Barrett, en camisa hawaiana y con una Gibson Smith cuadriculada al hombro, saltó con el resto de Reel Big Fish a darle duro mientras la lluvia vespertina caía con fuerza en las afueras del lugar. Corrían a toda velocidad por el escenario, pegaban patadas y bromeaban en inglés, todos, hasta el miembro de la sección de metales con el mejor apodo dentro del mundo del ska: “Saxl Rose”. Dejaron caer “Everything Sucks” y “Sell Out”, entre otras, y de repente, en el Pepsi Center, era 1997 de nuevo. Caminando hacia la salida, con trompetas en mi cabeza que van a sonar hasta el año nuevo, vi que hasta los carismáticos argentinos de las activaciones se notaban agotados. Un final feliz para la segunda edición de este festival. Ska!