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Existen muy pocos discos que merecen una fiesta de cumpleaños. Uno de ellos es ¿Dónde jugarán las niñas? álbum debut de Molotov, mismo que ha trascendido a través de dos décadas y ha logrado establecerse como uno de los más importantes del rock de habla hispana. Teniendo en mente esto, no es raro que el cuarteto capitalino le haya organizado un pastel de aniversario a su obra prima, aquel que los llevó a recorrer el mundo y a posicionarse como uno de los referentes más importantes de la música nacional.
Esta celebración se llevó a cabo en el Palacio de los Deportes, mismo escenario donde un año antes Molotov festejó dos décadas desde su formación y, al igual que hace un año, el "Domo de Cobre" lució lleno en su totalidad, lo cual no resulta raro si nos ponemos a pensar que gran parte de los éxitos de la banda forman parte del disco al que estaban honrando.
Los padrinos de la noche fueron DJ Alan Anaya y Simpson Ahuevo, ambos representantes de Homegrown Entertainment, la disquera reina del hip hop mexicano. Desgraciadamente para los dos, sus sets empezaron mucho antes de la hora anunciada en el boleto lo cual provocó que sus presentaciones contaran con muy poca audiencia. Es una pena.
Una vez terminada la participación de Simpson, el sonido empezó a poner nu metal para animar al público y hacer más leve la espera de casi 50 minutos, misma que no impacientó a muchos ya que era una buena oportunidad para relajarse, platicar y beber cerveza, mucha cerveza.
Para cuando las luces se apagaron y Molotov tomó el escenario, el ambiente ya estaba más que puesto. Las notas que salieron de los bajos de Micky y Paco anunciaron lo que ya todos esperaban, "¡Qué no te haga bobo Jacobo!", con esto dieron a entender que iban a tocar el mítico álbum de principio a fin lo cual significó dos cosas: que “Puto", "Chinga tu madre", "Voto latino", "Gimme The Pöwer" y "Más vale cholo", sonarían antes de que se cumpliera la hora de concierto. Por otro lado, confirmaba que iban a sonar rolas como “Molotov Cocktail Party” o “Use It Or Lose It”, las cuales llevan años sin sonar en vivo. La primera parte, como era de esperarse, fue explosiva, el Palacio vibró con las voz de los 22 mil asistentes y el piso tembló con el brinco de los mismos.
Una vez terminado el tributo a sus orígenes, la banda dejó el escenario: "es un pequeño intermedio", dijo Micky. Después de un rato anunciaron que Randy estaba lesionado y que se iban a tardar un poco más, por lo que Micky salió al escenario y retó a los asistentes a un juego de manos calientes, lo cual fue recibido con risas y gritos. El juego duró poco y Randy anunció que ya se encontraba bien, por lo que las luces se apagaron y el show se reanudó.
Aquí empezó un momento épico para aquellos seguidores de la banda que no solo disfrutan de los éxitos. A canciones como: "Frijolero” o “Here We Kum”, se le unieron rarezas como: “Apocalypshit” y "No me da mi Navidad (Punketon)". También rescataron viejos éxitos como “Parásito” o su controversial cover a “Bohemian Rhapsody”, el cual titularon "Rap, soda y bohemia" y que fue la primera rola que el cuarteto grabó.
“Rastamandita” cerró la noche, bueno en realidad tocaron una versión corta de “Puto”, antes de abandonar el escenario. El público quedó conforme. Los que iban a escuchar éxitos quedaron satisfechos y aquellos que disfrutan de esas rolas que no fueron sencillos, pudieron presumir de disfrutar aunque sea unas pocas. Solo queda por decir que si había alguna duda de lo grande de Molotov y del impacto que tuvo en una generación, el día de ayer quedó descartada.